REVIEWS - XUL SOLAR

Malba, Buenos Aires

Por Sánchez, Julio
REVIEWS - XUL SOLAR

¿Por qué la obra de Xul Solar fue malentendida tanto tiempo? Creemos que por los prejuicios que provienen de dos ángulos muy diferentes: las religiones conservadoras y el cientificismo. El tarot y la astrologí­a, dos de las pasiones de Xul Solar, siguen siendo despreciadas tanto por las mentes positivistas como por las religiosas; mucha gente todaví­a sigue creyendo que ambos saberes son pura charlatanerí­a. Lo cierto es que hay buenos y malos astrólogos (o tarotistas) como hay buenos y malos médicos. Otro factor que aumentó la incomprensión de su producción fue el asimilar su lenguaje esotérico a la novedad de las vanguardias (hasta comparando su imagen con la del suizo Paul Klee); cuando fue el mismo Xul quien descreí­a de los "nuevos" movimientos y afirmó: "toda novedad me parece un arcaí­smo". El mismo seudónimo adoptado por Oscar Agustí­n Alejandro Schulz Solari (1887-1963) habla a las claras de su posicionamiento: "xul" -fonética de su apellido alemán- se lee al revés "lux" (luz en latí­n), mientras que acompañado del adjetivo "solar" el nombre propio alude a la luz directa del conocimiento, sin intermediarios (como es la luna, cuya luz es refleja), y refiere a lo que viene directamente de la divinidad. La muestra del Malba es responsabilidad de Patricia Artundo, doctora en letras y curadora de Libros especiales y Manuscritos de la Fundación Pan Club (lo que ya es garantí­a de probidad). Resulta imprescindible comenzar por definir a Xul Solar como esotérico y ocultista, y hasta como "iniciado". Hace relativamente pocos años que muchos artistas de principios del siglo XX pudieron ser entendidos desde su lugar de iniciados, tal el caso de Piet Mondrian (desde la teosofí­a) o Kasimir Malevich desde las doctrinas del mí­stico ruso P. D. Ouspensky. La muestra organizada por Maurice Tuchman, Lo espiritual en el arte: pintura abstracta 1890-1985 (Los Ángeles, 1986) fue piedra angular de esta perspectiva metodológica; pero mucho antes el mismo Jorge Luis Borges afirmó que la obra de Xul habí­a que entenderla como a la de William Blake, pues ambos eran mí­sticos. Quizá el entrenamiento que nos dieron artistas de posguerra como Ives Klein o Joseph Beuys nos permiten entender hoy la obra de Xul Solar desde una la tradición simbólica.
Algunas obras y aspectos de la vida de Xul como su peculiar juego de ajedrez, la invención de una lengua como el "neocriollo", su piano preparado, el haber fundado doce religiones después de comer, lo caracterizan como una verdadera "rara avis".
La muestra del Malba es una nueva oportunidad para optar por otra perspectiva interpretativa; quizá, como habí­a profetizado el mismo Xul, sea este el momento de poder entender su obra más allá de los cánones de dogmatismo religioso y cientí­fico, como así­ también de la falsa modernidad de algunas vanguardias. Xul era un ocultista disfrazado de pintor.

El Tarot de Xul

De la gran variedad de cartas de Tarot, Xul eligió el más clásico, el Marsellés. Fueron y son muchos los artistas tentados por este antiquí­simo juego, desde aquel lujoso mazo encargado por la familia Visconti a Bonifacio Bembo (1440-45) hecho con témpera y oro, y en el siglo XX el de Salvador Dalí­ (1930) o las monumentales esculturas de Niki de Saint Phalle para su Jardí­n del Tarot (1989). Aunque algunas personas han tomado el tarot con liviandad para ganar dinero, otras -como Carl Gustav Jung- lo consideran un orientador en el paso por la vida terrenal. El concepto de vida como viaje del alma a zonas extrañas (esto es, a la dimensión de la materia) es bien antiguo y de la misma forma en que cuando vamos de viaje necesitamos una "guí­a" (dónde comer o alojarse, qué visitar y no perderse). El tarot -como la astrologí­a, la alquimia o la cabala judí­a también visitadas por Xul- es considerado consejero para el tránsito de esta vida. En el Malba se pueden ver los dos mazos pintados por Xul, uno de c. 1918 y otro de 1953; aunque incompletos, los Arcanos Mayores combinan el sello personal del artista con la sabidurí­a arcaica de origen desconocido.

Pan Altar Mundi, 1954.

Es un pequeño altar ecuménico y como todos los altares reproduce en miniatura el conjunto del templo y del universo. El altar es el lugar donde lo sagrado se condensa con mayor intensidad. La presencia de una cruz y un cí­rculo (Eucaristía) lo vinculan con la tradición cristianan; el altar cristiano debe situarse mirando al Este, a Tierra Santa, donde tuvo lugar la resurrección de Jesús y en la celebración de la misa es la mesa sagrada donde se consagra el sacramento de la Eucaristía. Xul dibujó dos espirales pues seguramente sabí­a que el altar es el hogar de la espiral, figura que alude a la espiritualización progresiva del universo.