EN EL ICPNA TAMBIÉN SE CELEBRAN LOS CIEN AÑOS DEL MUSEO NACIONAL DE BELLAS ARTES DEL PERÚ

Hasta el 4 de noviembre, el ICPNA de Miraflores hospeda la segunda exposición central del Museo de Bellas Artes del Perú con motivo del aniversario centenario del mismo: Una trayectoria de imágenes: 1918-2018. La muestra está curada por Max Hernández y Augusto del Valle con el fin de hacer una ilustración de los géneros artísticos desarrollados en dicha institución.

EN EL ICPNA TAMBIÉN SE CELEBRAN LOS CIEN AÑOS DEL MUSEO NACIONAL DE BELLAS ARTES DEL PERÚ

Según explicó el equipo curatorial del Instituto Cultural Peruano Norteamericano (ICPNA), la exposición gira entorno a tres temas centrales. El primero, denominado del paisaje al territorio, explora obras de pintores peruanos de principio de siglo XX como Teófilo Castillo, José Sabogal, Ricardo Grau y Sabino Springett, combinándolos con los paisajes imaginarios de Tilsa Tsuchiya Castillo y las intervenciones espaciales y piezas audiovisuales de los artistas contemporáneos Lalo Quiroz y Angie Bonino.

En segundo lugar, de la naturaleza muerta al documento de la cotidianeidad está representada por figuras más vanguardistas como Quizpez Asín y Aníbal Santivañez. Asimismo, este eje de la exposición también esta abordado desde una perspectiva más documental mediante los trabajos de Lucy Angulo o Juan Javier Salazar.

Por último, del retrato al testimonio corporal hace hincapié en la importancia del retrato como manifestación social. Tomando como figura troncal de esta sección aparece José Sabogal nuevamente, pero también hay trabajos de la artista plástica Baca Rossi; Venancio Shinki, Carla Carichatú, Anselmo Carrera o Armando Williams son otros tantos imprescindibles artistas que forman parte de este eje que busca ilustrar la importancia de la corporalidad como herramienta social en el arte.

Con respecto al proyecto curatorial detrás de Una trayectoria de imágenes: 1918-2018, Max Hernández explicó: “La exposición busca hacer un recorrido de corteo histórico sobre los desarrollos artísticos de la Escuela Nacional a través de las relaciones entre el tipo de formación que propuso. Esto supuso una puesta nacional por la profesionalización de los artistas donde hubo entrenamiento académico y riguroso con los lados más exploratorios y las indagaciones con los distintos artistas que han pasado por Bellas Artes”.