FLOR DE MAYO: POESÍA MATERIAL Y TRANSOCEÁNICA

     La Casa Encendida de Fundación Montemadrid inaugura Flor de Mayo, una exposición dialógica entre los artistas David Horvitz (Los Ángeles, 1982) y Javier Cruz (Madrid, 1985). La exposición se presenta en el marco del ciclo Un rastro involuntario, comisariado por This is Jackapole (organización dirigida por Cristina Anglada y Gema Melgar).

Ph: La Casa Encendida.

     Flor de Mayo está concebida como una conversación poética transoceánica. El 5 de enero los artistas se citaron en la costa del océano Pacífico —Horvitz en California, EEUU, y Cruz en Concón, Chile— para utilizar el mar como médium. Los artistas grabaron en simultáneo el sonido del agua, haciendo del gesto poético un cuestionamiento respecto la dimensión espaciotemporal y la concepción de nuestra existencia en el mundo.

     La exposición también aborda temas como los flujos migratorios, tanto de pueblos como de comunidades vegetales o especies animales a lo largo de la historia y en la actualidad. En este sentido, la conversación oceánica realizada cobra más sentido. De igual manera, el nombre del proyecto: Flor de Mayo se debe a “una fragancia que inunda el espacio”.

     Por otro lado, también se establece un diálogo mediante objetos traídos y creados por los artistas. En el caso de David Horvitz, los objetos proponen generar una ruptura  de las convenciones temporales que rigen nuestra manera de entender la existencia; en ese juego el artista norteamericano introduce en el espacio relojes con sincronizaciones alteradas (remplazando, por ejemplo, la duración de un minuto por la de una respiración o la de los segundos por la de latidos de corazón). En consonancia con esta modificación de la percepción temporal, Cruz presenta su pieza Atardecer químico en Madrid. La obra es un experimento con nitratos expuestos a temperaturas de descomposición lenta con el objetivo de desarrollar una representación, una metáfora de los atardeceres en la capital española.

     Flor de mayo, en definitiva, es una proposición poética para hacer a un lado las convenciones espaciotemporales que ordenan nuestro mundo a diario. Objetos que se vuelven símbolos para la composición de un poema que nos permite contemplar la realidad desde una arista escondida.