LIMA, PERÚ: MARIAISABEL ARIAS EN CRISIS GALERÍA

Hasta el 28 de septiembre en Crisis Galería, Marisabel Arias presenta Karaoke Autoortográfico F.S.L. (First Spanish Lesson), una exposición individual de la artista peruana. Bajo la curaduría de Giselle Girón, la obra que Arias presenta en la Galería de Lima, Perú, es producto del exhaustivo trabajo que la artista realizó a lo largo de seis meses en una compañía ficticia de aprendizaje del idioma español.

LIMA, PERÚ: MARIAISABEL ARIAS EN CRISIS GALERÍA

La primera instancia de producción tuvo lugar en Madrid, la capital española. Allí Arias trabajó con una máquina de escribir redactando en español. “El lenguaje estuvo en manos de una empresa que estaría aprendiendo el lenguaje por primera vez a través de ejercicios de tipeo en hojas A4 celestes”, explica el Girón en el texto curatorial. Luego de esa primera etapa, la artista y la máquina viajaron a Lima, donde con el objetivo de representar la labor burocrática de los primeros seis meses en el país europeo se construyeron repisas de formas geométricas hechas de espuma para ordenar el trabajo.

Según explica Girón, todas las palabras que constituyen la obra están “subyugadas a un fin práctico”. De esta forma, “el olvido sistemático y estructural de sus cualidades visuales” están representadas en la lectura obligada y repetitiva de las mismas. Así, Arias alude al tedio que se produce en los oficinistas al leer información que posee el fin de comunicar alguna temática. La curadora de  Karaoke Autoortográfico continua: “A medida que el tedio incrementa, buscamos maneras de evitarlo por medio de software ofimáticos como procesadores de textos que nos permitan programar plantillas para reportes o programas de correos electrónicos en los cuales activamos respuestas automáticas. Esta rutina oficinista implica cierta dosis de soledad, donde el trabajador -cotidianamente – le habla y escribe a una pantalla en un cubículo esperando una respuesta en su silla”.

Sin embargo, en otra parte, los karaokes permiten realizar una lectura independiente de cada letra, constituyendo el lenguaje como una “experiencia corporal mediada por las luces de colores y la oscuridad del cuarto”. Las letras, determinadas por un nuevo contexto o ambiente social introducen un nuevo pacto de lectura (en el caso de karaoke, de escucha): lo que antes era un mensaje unidireccional, es decir, personal, se vuelve multidireccional: colectivo.

Así, Arias genera una relación paradójica. El karaoke se asocia al entretenimiento, pero este está inserto en un marco laboral. Entonces, el karaoke se vuelve una posibilidad de pasar un buen rato más allá del sinsentido que implica dicho marco. 

A modo de conclusión, Giselle Girón expone: “Después de buscar diferentes experiencias en la ciudad, tanto en la calle como en las operaciones internas de sus edificios, Marisabel nos entrega un programa en donde las herramientas informáticas utilizadas permiten sentir como experiencia viva la lectura de información generada en esta oficina ficticia. Se trata de ofimática a través de la cual podemos sentir ciudades desde un cubículo de oficina, desordenar la lectura para que ésta sea un poco más real,  así como cuando leemos en voz alta en un karaoke. Es – quizás – un nuevo software inútil que desorganiza el lenguaje para desaprender español sin filtros, crudamente y sin auto-corrector, que será utilizado por una sola oficina: la del Karaoke Autoortográfico F.S.L.”.