DETRÁS DE CRUDO

Por Matías Helbig | agosto 22, 2019

A comienzos de este año, mediante un canal en YouTube, una figura que jamás aparece en cámara empezó a subir contenido diariamente. En esos videos aparecen los actores –galeristas, artistas, coleccionistas, curadores y gestores- de la escena argentina. Meses después de la iniciativa, Diego Trulls, cámara y creador de las entrevistas de CRUDO, realiza más de quince reportajes semanales a todos aquellos que constituyen el mundillo del arte local. Como consecuencia, CRUDO está construyendo una de los registros audiovisuales más valiosos del arte contemporáneo argentino.

Still frame de entrevista CRUDO con Juan Becú.

En el canal de Diego Trulls conviven artistas y figuras de todos los sectores. Para ilustrarlo vagamente, en CRUDO hay reportajes a Gustavo Castagnino, coleccionista, Florencia Giordana Braun, fundadora y directora de la galería ROLF Art, Daniel Santoro, artista, y Jorge Torres, director del Museo Emilio Caraffa en la provincia de Córdoba. De la misma forma, el abordaje no está centrado únicamente en lo que sucede en Buenos Aires. En el marco de la séptima edición del Mercado de Arte Contemporáneo (MAC), Trulls viajó a Córdoba donde realizó treinta reportajes en tan solo seis días, entre ellos a Celina Hafford, curadora de la feria.

Ahora bien, para quienes no conocen qué es CRUDO, aquí un boceto: con una cámara minúscula, Trulls, a quien se le ve la cara tal vez en dos o tres reflejos de una ventana o un espejo, conversa con estos personajes en sus estudios, galerías o departamentos, y a modo de voyeur (la cámara) se introduce en las obras de los artistas, en la biblioteca de los curadores y en los depósitos de los galeristas. Fuera de academicismos y bajo una estética informal, las entrevistas no tienen cortes de edición y revelan a quienes constituyen la escena del arte de un modo genuino y novedoso. Con relación a ello, Rodrigo Alonso, crítico y curador especializado en videoarte, pone de manifiesto en su entrevista con CRUDO el valor que tiene el trabajo que está realizando Trulls. “Recuerdo que en los 90 (Gustavo) Bruzzone filmaba todo y quedó una suerte de panorama de lo que era la época. De la misma manera creo que esto (CRUDO) es un aporte de esta época”, explica Alonso en la entrevista, y agrega: “En la actualidad mucha gente estudia arte desde los libros y me parece que se pierde mucho cuando no existe la posibilidad del encuentro en primera persona”. CRUDO es esa posibilidad.

En ese sentido el contenido es el equivalente a una videoteca que, probablemente, será imprescindible para quienes quieran dentro de diez, veinte y treinta años instruirse en un periodo específico del arte argentino. Consciente del valor que tienen sus reportajes, Trulls explica que luego del viaje a Córdoba y Rosario su objetivo está puesto –mediante la colaboración de mecenas que quieran impulsar el proyecto- hacer una cobertura de los principales productores de arte contemporáneo en Santiago de Chile, Montevideo, San Pablo, Río de Janeiro, Bogotá, Ciudad de México, Miami y Madrid. “Alcanzar estas regiones permitiría, el día de mañana, realizar CRUDO en idiomas diversos y, así, ampliar el registro a la escena Latinoamericana y mundial”, dice Trulls.

   

   

¿A qué se debe la estética informal, tanto visual cómo de contenido?

El hecho de que la mayoría de la gente que entrevisto jamás la vi en mi vida es importante, un poco de ahí se traduce la estética de las entrevistas. Es un descubrimiento tanto para mí como para el que mira el video. Ninguna de las personas que entrevisto son mis amigos y casi siempre es una primera visita.

Por otra parte, es un poco ir en contra corriente de lo que se está produciendo en YouTube y redes, toda esa estética excesivamente prolija. En cambio, los #crudo están hechos en plano secuencia, sin edición y con sonido y luz natural.

¿Qué te llevó a producir estas entrevistas?

Hace ya diez años que me dedico, entre otras cosas, a vender arte y lo que empecé a ver con CRUDO es, justamente, que hay lugares más interesantes dentro de la escena que vender. Obviamente empecé por curiosidad, pero casi sin darme cuenta tenía más de cien entrevistas, y el aporte que puedo hacer desde este enfoque es mucho más significativo de lo que puedo hacer vendiendo arte.

¿Hay detrás de CRUDO una intención de hacer un registro de un momento específico de la escena local?

Hay dos cuestiones con relación a lo que está dejando CRUDO.

Por un lado, como bien dijo Rodrigo Alonso, y que para mí es un descubrimiento, estas entrevistas se prestan al estudio y a la investigación desde una voz en primera persona, mucho más auténtica que la que encontrás en los libros o revistas especializadas. Desde este punto de vista, es un contenido relevante para aquellos que forman parte del mundo del arte.

Por otro lado, es un contenido que funciona para la gente que no está en el ambiente, pero que sin embargo le interesa. Con CRUDO intento acceder desde otro lado, generar un clima de intimidad con el artista, galerista o quien fuera que sea la persona con que me reúno a conversar. Me parece que es una cara poco visible en las formas tradicionales de cobertura o periodismo cultural.

La propuesta de CRUDO, además de innovadora, es de carácter equitativo. Por supuesto que algunas de las figuras centrales de la escena –como la galerista Orlí Benzacar o el artista visual Juan Travnik- fueron entrevistadas, pero el foco de Trulls también pretende salir de los lugares comunes y visibilizar el abanico que, desde todos los sectores y escalafones de la producción artística argentina, constituyen la escena. “La idea es que sea amplio”, explica Trulls, “no quiero entrevistar nada más que a las cinco figuras que salen en los documentales. Es necesario poner de manifiesto un espectro más grande que refleje realmente el escenario”.

A pesar de la extensa duración de las entrevistas, en medio de la vorágine de contenidos fugaces que caracterizan a las redes, el canal dirigido por Trulls crece cada día y así su público. El nuevo enfoque de estos reportajes propone acceder al arte desde una perspectiva más orgánica y democrática, tanto para los artistas y gestores, como para el público en general. Adelantado por su creador, CRUDO es un work in progress orientado a la fundación de un club con contenidos exclusivos y beneficios dentro de la escena del arte contemporáneo.