LA PRODUCTIVIDAD DEL VACÍO

Por Margarita Sánchez Prieto (La Habana, Cuba) | mayo 30, 2019

Una repercusión mediática sin precedentes rodeó la exposición #SinLimite567 de la argentina Dolores Cáceres, exhibida en el Museo Emilio Caraffa de Córdoba entre julio y septiembre del 2015. Programas de noticias de televisión y de la radio, los principales diarios del país y sitios web, se hicieron eco de las reacciones que provocó el vacío de su propuesta, en contraposición al despliegue de obras que suponía la retrospectiva a la que fue invitada.

Dolores Cáceres, Hecho en America Latina [Made in Latin America], 2013 10 mm. red neon, 65 cm. x 55 cm. x 5 cm. Private collection. / Neón rojo de 10 mm. 65 cm x 55 x 5 cm.

Dolores tiene una reconocida trayectoria en el arte público. Aunque ha expuesto en museos y galerías, el grueso de su obra la ha desarrollado en el espacio urbano donde encuentra mayores niveles de interpelación y visibilidad. Sus proyectos son resultado del estudio de un contexto, circunstancia o lugar, y los conforma a partir de la facultad denotativa de la palabra – en textos corporeizados en neón, creados como obras en sí o para su uso en intervenciones –, de la acción convocante y de otros recursos de la obra en proceso. Luego de trabajar en varias expresiones incursiona en la intervención urbana, por considerarla “contestataria de los medios tradicionales” … que posibilita “trasladar su lógica hacia una crítica pública”. Su desempeño en el site specific le ganará invitaciones a la Bienal de Buenos Aires y a varias internacionales (Mercosur, La Habana, Curitiba, Ushuaia). Estrategia recurrente en la articulación del significado de sus obras ha sido el juego de oposiciones, explicitados en textos y títulos, usado como metodología para estructurarlas. Si bien ha demostrado talento en condensar sentidos con pocas palabras, no son menos significativas las cuestiones de actualidad que aborda y las tácticas empleadas para que alcancen resonancia. La importancia que concede a la recepción resulta particularmente ostensible en sus proyectos públicos, porque las lecturas que potencia del lugar – mediante operatorias de impacto – conducen al dimensionamiento de sus problemáticas y de otras aledañas, despertando el interés de múltiples sujetos. Si se trata de una exposición ensayará otras estrategias para atraer la atención.

Si bien ha demostrado talento en condensar sentidos con pocas palabras, no son menos significativas las cuestiones de actualidad que aborda y las tácticas empleadas para que alcancen resonancia

Influenciada por Didi-Huberman, quien en su conferencia “La Exposición como máquina de guerra”3 sostiene que “Una exposición… debe proporcionar recursos que incrementen la potencia del pensamiento… Es exhibir una idea”, Dolores decide implementar, desde la arquitectura del Museo y los elementos que hacen posible su función, una puesta en escena que llene de dudas, incomode y sacuda al espectador. La reparación y blanqueamiento de los 125 metros de pared de las salas 5, 6 y 7 del Museo Caraffa y de sus techos, cubrimiento del piso con vinilo    de igual color y con esmalte de ese tono sus bancos metálicos, la reposición de  40  luminarias  y  eliminación de tabiques para llevar las salas a su condición original,   fue la exposición que presentó. Un perfecto cubo blanco dentro de otro cubo blanco (el Museo) trajo a la memoria   la obra de Yves Klein, Martin Creed y John Cage que han trabajado el vacío. Una apuesta por el arte conceptual, por la forma disruptiva con que esa corriente incitó a la reflexión, en oposición a la convención modernista de las obras de marco y pedestal. Pero al trabajar las salas como un site – un lugar a intervenir, sobre el cual discursar y develar lo que no es perceptible al común – implica que ha puesto la institución arte en la mira y sobre ella hay que reflexionar. Y como artista, al formar parte de dicha institución, podrá ser también evaluada.

El vacío fue la maniobra detonante que desató la avalancha de reacciones, en gran parte en contra por no comprender que eso fue lo que persiguió: provocar, activar al público dialógicamente, hacerlos pensar y declarar

¿Fue la exposición la intervención blanca? El vacío constituyó la maniobra detonante que desató la avalancha de reacciones, en gran parte en contra por no comprender que eso fue lo que persiguió: provocar, activar al público dialógicamente, hacerlos pensar y declarar. No importa que el vacío haya sido trabajado con anterioridad, sino cómo en esta ocasión sirviera para mostrar qué puede ser arte, qué se piensa de sus instituciones, el rol del artista y el comportamiento del espectador. “Un vacío… que está lleno de preguntas” declaró la artista a EFE. Fue una maniobra efectiva, pues logró que la pieza fuera una de las más discutidas a nivel nacional. El símbolo del hashtag que precede al título #SinLimite567 – en tipografía austera, negra, que confronta al blanco4 – indicó la continuidad de   la exposición en el espacio virtual, el recurso binario que recogió las declaraciones que circularon por el espacio on line, “sin límites”, de las redes sociales y los websites.

   

   

Dolores vació de piezas las salas y con ello se eliminó ella misma para darle voz al espectador. “No es necesario que los artistas trabajemos con objetos para comunicar una idea. Yo transfiero la responsabilidad al espectador” 5. El público aportó la palabra escrita, hizo también la obra. Entre los pronunciamientos hubo alusiones a cómo el blanco resaltó el carácter de templo del Museo y su poder de consagración; otros vieron en el vacío la invitación a hacer un alto y a la revisión, a que la institución actualizara sus lenguajes y discursos artísticos. Muchos se sintieron estafados al no hallar obras: ¿no entrañó un llamado al espectador, a renovar su preferencia por obras y formatos convencionales de exhibición? El medio artístico copó buena parte del debate. No en balde el diario La Nación nominó #SinLimite567 una de las 10 acciones destacables del 2015 de la cultura del país.

Habiendo hecho la obra dentro de la institución logró sacarla afuera, a la polémica de los medios masivos, las redes y la calle, el on y el off que hoy conforma la esfera pública donde se proyectan las subjetividades

Dolores mostró una vez más su capacidad de movilización. Abrió un debate en torno a las prácticas artísticas contemporáneas y sus instituciones; exhortó a superar un concepto constreñido de arte desde una obra transitiva que enlazó los espacios físicos del arte, los inmateriales de la Red y los de la sociedad. Y lo hizo sin traicionarse: no faltó la operatoria de impacto, la intervención, la palabra escrita, las antinomias, la performance (en que leyó lo del hashtag), el work in progress y la repercusión.