Macaparana. Denise René – Rive Gauche. Paris

Por Patricia Avena Navarro | junio 13, 2016

En la obra de Macaparana los colores vibran en estructuras lineales, suspendidas en equilibrio por líneas paralelas, concéntricas, oblicuas, siguiendo una caligrafía abstracta y geométrica en forma danzante sobre la superficie.

Macaparana, No title, 2016. Pigment and acrylic paint on hardboard. 92 x 92 cm.

En una primera apreciación, el espacio de la galería Denise René -Rive Gauche-, brinda el placer de admirar y compartir la obra de Macaparana. Concebida especialmente para la muestra, forma y color se imponen en el conjunto aportando sus composiciones austeras. Cada obra, de tamaño diferente: circular, cuadrada o paralelepípeda, ofrece una lectura múltiple, crea una gran tensión gráfica y construye un alfabeto plástico. Círculos llenos o vacíos, incisiones rectilíneas, formas negras, blancas, rojas, azules o amarillas, ubicados en el espacio con un sentido aritmético riguroso, donde nada es casual, conforman un nuevo lenguaje musical y guían a un concierto de la creación.

La pasión que Macaparana imprime a su trabajo se traduce en ese cúmulo de sensaciones que comparte con el espectador, lo que facilita la percepción de las atmósferas sugeridas en cada uno de los universos recreados, haciendo un todo de color y forma. La abstracción como concepto, del cual sólo toma referencias mínimas para luego adaptarlas al hecho artístico, es el hilo conductor del discurso sugerido en esta muestra. Además toma referencias del pasado que descontextualiza y readapta a nuevos espacios.

La sofisticación visual de su obra parece enfrentada al hecho de que este artista es autodidacta. Macaparana -José de Souza Oliveira Filho- nombre que adoptó cuando llegó a San Pablo en la década del 70, nació en Pernambuco, en el seno de una familia donde el taller de costura de su padre fue su centro de juego. Las reglas, moldes, tizas de colores, agujas e hilos fueron los elementos que guiaron la construcción de su mundo y contribuyeron a modelar su mirada.

No es de extrañar que en la pintura se produzcan coincidencias recurrentes en la obra de diversos artistas. Macaparana transita entre arte concreto y constructivo siendo su fuente primera Torres García. El artista que más lo incentivó al cambio de la figuración por lo geométrico fue Torres García; el contacto con su obra fue determinante. Un contacto que muestra claramente la perdurabilidad de la influencia de aquel gran maestro y la pertenencia a esa tradición de la cual forma parte, la que reinterpreta y transforma. Más tarde, la relación con Willys de Castro y Hércules Barsotti en San Pablo marca el paso definitivo a la abstracción.

El dominio del color, como en trabajos anteriores, es sobrio y cuando interviene, se amalgama para formar figuras planas de cuadrados, rectángulos o círculos en una visión que podríamos denominar realista de lo abstracto. Los pigmentos, permanecen en sus celdas individuales, cuidando de no traspasar a las que no le corresponden, minuciosamente delimitados, producen un sentimiento de emoción contenida. Macaparana se niega a abusar de los recursos de la pintura: realiza sus sencillos descubrimientos y los trabaja obstinadamente, sin necesidad de gestos grandilocuentes. Su poder de invención, se basa en la intervención racional del dibujo y en el ritmo que se da a través del círculo que se manifiesta aquí como un generador de espacio, así como un ámbito de armonía, de tensiones internas exquisitamente equilibradas. Líneas rectas de mayor o menor grosor y círculos simples, se reúnen para formar diferentes niveles de asociaciones en los que poéticas más liricas y otras más cerebrales se entrecruzan.

Su obra permite verificar que el artista está interesado en la música. Toda su obra es una búsqueda por establecer profundos vínculos con la música. Su trabajo posee una refinada e íntima conexión con lo geométrico ligado a las matemáticas, al equilibrio y a la armonía de forma-color. Una relación musical significativa para el artista porque guarda entre si una correspondencia real. Así, en la obra de Macaparana los colores vibran en estructuras lineales, suspendidas en equilibrio por líneas paralelas, concéntricas, oblicuas, siguiendo una caligrafía abstracta y geométrica en forma danzante sobre la superficie.

Sería imposible describir cualquier aspecto de Brasil sin la integración de algún sonido, este país es naturalmente y creativamente una fuente de riqueza musical, de lo cual el artista no es ajeno, toma este aspecto como una fortaleza inspiradora dentro de su obra. En este contexto el artista confirma ese interés y propone una muy interesante lectura con un recorrido muy perspicaz. Obras que interpelan los sentidos y manifiestan el vigor y la eficacia de una creación coherente. Macaparana ha heredado, como otros artistas, de una utopía inscripta en el progreso y la modernidad. Juntos han construido un arte que se inscribe en la tradición abstracta, geométrica y constructiva. En resumen, la obra global, quiere sacudir sutilmente el campo semántico que identificamos habitualmente en Macaparana para abrir nuevas posibilidades y entrever nuevos sentidos musicales.