Reseña De Art Basel Miami Beach

Redefiniendo a Miami

Por Bello, Milagros M.
Reseña De Art Basel Miami Beach
 

ART BASEL MIAMI BEACH fue una megaferia que abarcó no sólo el Convention Center de Miami sino también eventos artí­sticos en galerí­as, espacios alternativos y museos de toda la ciudad, confrontando al medio con las nuevas estéticas y las nuevas opciones de mercado. Tales han sido la magnitud y el impacto del evento que puede suponerse una redefinición del medio cultural de Miami.
Más de 160 de las mejores galerí­as de Europa, Asia y las Américas se reunieron del 5 al 8 de diciembre de 2002 en Miami, trayendo piezas maestras y de altí­sima calidad, lo que no sólo colocó a la feria en su mejor nivel desde el punto de vista comercial sino que abrió un espacio cultural y artí­stico sin precedentes. Se pudo ver el mejor arte moderno y posmoderno; las opciones abarcaron desde los maestros del siglo XX hasta la Escuela de Nueva York y el arte de mayor actualidad de todos los continentes. Ávidos compradores y avezados coleccionistas se atrevieron a la compra y al riesgo. Las ventas ascendieron a medio billón de dólares. La feria fue un éxito cultural y económico. El proyecto de Samuel Keller, su director, de crear la feria más importante de Estados Unidos, se cumplió cabalmente.
La feria mostró el poder de la globalización del arte y la inserción del arte latinoamericano en el mercado mundial; más de un 50% de galerí­as de Europa y de Estados Unidos propusieron artistas latinoamericanos en sus stands, pudiendo coexistir sus obras con el más amplio panorama del hemisferio. La frontera entre lo "latinoamericano" y lo universal se diluye, dando paso a especificidades y a propuestas de origen latinoamericano que coexisten en los megamercados. Suponemos en esto una acertada estrategia de mercado o un nuevo paso en la polémica globalización de América Latina. También el arte japonés, que hoy ocupa un lugar primordial en los mercados occidentales, fue una presencia fuerte en el conjunto.

MAESTROS DEL SIGLO XX -LA MODERNIDAD
El arte de la modernidad, tanto en materia de pintura como de escultura, se representó en una amplia variedad. Destacó la Galerí­a Mary-Anne Martin (Nueva York) con una magní­fica colección de dibujos y pasteles de los muralistas mexicanos. Rivera, Siqueiros y Orozco mostraron su dramática fuerza iconográfica en obras sobre papel de la década de 1930. Igualmente encontramos a un matérico y casi objetual Antoni Tápies, "Painting with Clothes and Rope" (1975) y un poético y multicromático Rufino Tamayo, "Hombre y Mujer" (1970). La Galerí­a Landau Fine Arts (Montreal) presentó una obra maestra de Picasso, "Les Dormeurs" (1965) en la que domina la fuerza poscubista del artista; la obra en bronce de Henri Laurens, "Le Matin" (1944) mostró su poderoso espí­ritu neoclásico; también estuvo el magní­fico óleo fauvista de Alexej von Jawlensky, "Mountain Peak". La Galerí­a James Goodman (Nueva York) mostró, entre otras obras, un interesante Picasso sin terminar, "Nun With Missal" de su etapa neoclásica; asimismo excelentes obras de Botero, Dubuffet, Miró y Christo. Fue contundente la presencia de la Escuela Europea con obras magnificas de Giacometti, Léger, Kandinsky; la Escuela de Nueva York y el Pop Norteamericano. Encontramos estupendas obras del precursor Hans Hoffman; obras insignes de Mark Rothko de diferentes perí­odos; obras de Andy Warhol, Roy Lichtenstein y Tom Wessellman. El arte del siglo XX, que constituye hoy dí­a la nueva estética oficial, pudo verse en casi toda su extensión.
El arte contemporáneo fue una mayorí­a. La feria se concibió como una feria de vanguardia donde dominan los nuevos lenguajes, las nuevas técnicas y los nuevos materiales en el arte conceptual, la instalación, el arte objetual, el arte público, el ví­deo, la fotografí­a, los nuevos medios del DVD y del monitor de plasma.

FOTOGRAFíA
La fotografí­a fue un renglón de primer nivel, con un amplí­simo número de trabajos. Destacaron los teatrales e impostados primeros autorretratos de Cindi Sherman (Metro Pictures Gallery, Nueva York), los "Baobabs" (2001) de Tacita Dean (Frith Street Gallery, Londres); la edénica selva de Thomas Struth, "Paradise 23, Jao Francisco Javier" (2002) y Maurizio Cattelan, "Not Afraid of Love" (2000) (Marian Goodman Gallery, Nueva York); un magní­fico trabajo etnográfico-fotográfico de Martin Weber con su serie "La Fiesta" (The Project, Nueva York). Magní­ficas obras de Liliana Porter que muestran el poderoso imaginario mediático de la artista (Art Core Gallery, Toronto y Ruth Benzacar, Buenos Aires). Andreas Gursky presentó una monumental fotografí­a, "New York Mercantile Exchange" (1999), que narra el espectáculo teatral del capitalismo. En Luhring Augustine Gallery, Nueva York, encontramos la efectista y creativa apropiación que hace el japonés Yasumasa Morimura de Frida Kahlo, en su obra "Inner Dialogue with Frida Kahlo", integrando su rostro andrógino a un autorretrato de la artista, sobre un marco circular, de bordes recargados y barrocos, plenos de dorados y florecillas. ¡Excelente entrecruzamiento global de culturas! Gregory Crewson propone un logrado neorrealismo de dramáticas luces barrocas, reconstruyendo su personal visión de la realidad norteamericana. En la Lisson Gallery (Londres), el belga Francis Al¿s integra sus preocupaciones a la localidad de México. Con " Time Lapse" (2001), muestra y mide el paso del tiempo a través del movimiento del Sol sobre un poste de una plaza mexicana. En la Galerí­a Emmanuel Perrotin destacó el monumental y pictórico trabajo fotográfico de por lo menos 10 metros de largo de Mariko Mori, "Beginning of the End, Angkor, Camboya (1999), muestra hasta dónde puede ampliarse una fotografí­a para producir el efecto total de una realidad panorámica, a la vez silenciosa y dramática. Destacaron en Juana de Aizpuru Gallery las fotógrafas Cristina Garcí­a Cordero y Carmela Garcí­a. También vi piezas fotográficas maestras de Sophie Calle, Shirin Neshat, Alan Sekula; excelentes fotos de Richard Prince, Candida Hofer, Alberto Garcí­a Alix, Patrick Tosane, Pierre Gonord, Axel Hutte y Rineke Dijkstra. Las fotografí­as de los latinoamericanos Alfredo Jaar y Ana Mendieta fueron obras estelares en numerosas galerí­as, confirmando su sólido afianzamiento en el arte global.

VIDEO
Excelentes videos, entre ellos: "Good Morning America" (1994) de Ann-Sofi Sidén (Nordenhake Gallery, Berlin), cinco monitores yuxtapuestos verticalmente, cada uno con una figura masculina encerrada a la manera de caja-habitación. Mostró el encierro del hombre contemporáneo, y la gestualidad corporal del humano encasillado en una caja-prisión. En la Galerí­a Ivon Lambert (Parí­s), Gabriel Orozco presentó "Zócalo" (1999) un video sobre un vendedor de revistas en una plaza mexicana, capturando el movimiento del ciudadano cotidiano en su transcurrir diario dentro de la urbe. Janine Antoni en Luhring Augustine Gallery, con "Touch", DVD con monitor de plasma, con una bucólica naturaleza marina, cuyo horizonte es "caminado" por la propia artista; se aprovecha la calidad del DVD para el sonido perfecto del oleaje y la fiel percepción del paisaje. En la Cristina Guerra Contemporary Art Gallery (Lisboa) vimos un video de Joao Onofre, "Untitled (Vulture in Studio)", 2002 que mostró los movimientos desacertados de un ave de rapiña en una espacio de oficina, picoteando papeles y cayendo sobre las mesas y escritorios, como metáfora del desarraigo en el hábitat. Otro magistral logro del DVD y de la pantalla de plasma fue Julien Opie con "This is Christian Walking" y "This is Julien Walking", 2002, (Lisson Gallery, Londres), que mostró dos figuras animadas moviéndose, como si el simple dibujo hubiera cobrado vida con esta sofisticada tecnologí­a.

ANIMALISMO, TAXIDERMIA Y SIMULACIÓN
Un nuevo fenómeno: la presencia de animales embalsamados atrajo al público dentro de los stands. En la Galerí­a Sperone Westwater (Nueva York, Roma y Milán) "Boris" de Wim Delvoye (ver su obra "Cloaca" recientemente expuesta en el New Museum of Contemporary Art, Nueva York) fue un cochino disecado, tamaño natural, con su rosada piel poblada de pelos reales y tatuajes cromáticos, lo cual causó rechazo y asombro. Otra obra taxidérmica fue "Misfed Doberman" (1998) de Thomas Grunfeld (Michael Janssen, Colonia), un hí­brido entre perro Doberman y cabra, disecado, de avasallante y abyecta realidad. ¿Perversión del cuerpo? ¿Transgresión de géneros? En la James Cohan Gallery (Nueva York) "Edgar" de Eric Swenson, una especie de camello en yeso, con cara de caballo y melena artificial, del más fuerte kitsch, diluyó la separación entre instalación y escultura. Enmarcada en la más fatí­dica hiperrealidad, en la James Goodman Gallery la obra "Man with a Camera" (1992) de Duane Hamson, mostró a un hombre de la tercera edad, vestido como un turista medio de Miami, camisa verde, pantalones cortos y zapatos de goma, sentado en una silla oxidada, con una cámara en la mano, mostrando en su piel hasta rasguños y quemaduras de sol, con una cara inexpresiva y ojos mirando al vací­o; asombró al visitante por su impertérrita realidad humana, que puso en entredicho la función del original y la copia, en el más perfecto simulacro.

DEL ARTE POSMODERNO
Numerosas otras propuestas posmodernas dieron frescura y novedad a la feria: el gran perro blanco, en fibra de vidrio, í­cono del nuevo cómic en Japón, del japonés Yositomo Nara, "Your Dog" , 2002 (Marianne Boesky Gallery, Nueva York); el gran mural en rojo de Michael Jackson de Paul McCarthy (Luhring Augustine Gallery), la escultura "pastiche" mezcla de ¨craft" y de kitsch, Michael Minelli, "Urn", 2001 (Michael Kohn Gallery, Los Angeles); la obra del japonés Chiho Aoshima, "Zombie", 2002, como un monumental palimpsesto de la sociedad moderna y sus lóbregas vicisitudes contado como "une conte de fée" a la manera del dibujo animado japonés, que emula a una perecida Annlee (Emmanuel Perrotin Gallery); los elásticos colgantes de lycra y tul, con diferentes olores, de Ernesto Neto (Tanya Bonadkar, Nueva York); el "quilt" o pasticho intertextual deThomas Hirschhorn, "Fahrplan 2000 (Guatemala)", 1997, (Arndt & Partner Gallery, Berlí­n), construido en base a retazos de telas antiguas de las culturas prehispánicas de Guatemala, encerrado el conjunto en un plástico con un neón. Hilarante fue la obra del japonés Yayoi Kusama, a la manera de gigantescos pinos de bowling colgando del techo, que fue expuesta en la Bienal de Sydney. Fueron igualmente destacadas las obras de Keith Haring, Jean-Michel Basquiat, Gerhard Richter, Luis Cruz Azaceta, Teresita Fernández, Kiki Smith y Sarah Lucas.

GALERíAS DE AMÉRICA LATINA
Los artistas latinoamericanos tuvieron una sólida presencia en una mayorí­a de galerí­as de la feria. Sin embargo, un conjunto de reconocidas galerí­as de América Latina participaron con artistas latinomericanos de altí­simo valor estético, afianzando la presencia estética del continente.
La Galerí­a Ruth Benzacar (Buenos Aires) trajo a un grupo de gran peso: dos grandes neofigurativos del Instituto Di Tella de Buenos Aires, Antonio Berni, con la obra "Juanito en la Playa" (1973), y Jorge de la Vega con "Esquizobestia II" (1963-63), obras primigenias de los sesenta que muestran el inicio de la hipermateria sí­gnica y polí­tica en Argentina; Fabián Marcaccio con la densa obra "Line Operation" (2002); dos obras constructivas del desaparecido Ví­ctor Grippo, "Péndulo Interrumpido" (2001) y "Cercanas" (2000), además de obras excelentes de Martí­n Weber, Liliana Porter, Marcelo Pombo, entre otros. En la Galerí­a Fortes Vilaca (San Pablo) destacó el mural objetual de Juan Damasceno construido con martillos, que demostró la universalidad estética del arte latinoamericano. Otras propuestas importantes: Adriana Varejao, Vic Muñiz. La Galerí­a Brito Cimino (San Pablo), una de las mejores, con la pieza maestra de Nelson Leirner, "Sotheby's" (2000), una construcción de múltiples usando las revistas de la Casa Sotheby´s con las tapas intervenidas con collages de figuras emblemáticas como Marilyn Monroe, el Papa o polí­ticos de USA, en una irónica denuncia del comercialismo ideológico. También importantes fueron las fotografí­as de Caio Reisewitz y de Rochelle Costi, con sus delirantes visiones del hábitat público y privado. Jakob Karpio (Costa Rica) con obras conceptuales del más alto nivel; destacaron Priscilla Monge, Darí­o Escobar, Alexander Apostol y Leo Correa, entre otros. La Galerí­a Nina Menocal (México), con un excelente conjunto de fotógrafos, Eduardo Muñoz, Manuel Piña, Francisco Larios, con altí­sima calidad estética. Allí­ encontré los mejores dibujos de José Bedia que he visto hasta la fecha. También estuvieron Kurimanzuto Gallery (México), Andre Millan (San Pablo), Enrique Guerrero (México), Luisa Istrina (San Pablo), CasaTriángulo (San Pablo), OMR (México).

GALERíAS DE MIAMI
Un gran logro fue el de las cuatro galerí­as de Miami que por su calidad de propuestas fueron aceptadas por el Comité de Selección de la feria. En Bernice Steinbaum Gallery destacó un monumental busto totémico tridimensional, í­cono del imaginario religioso de Haití­, que presentó el haitiano Edouard Duval Carrie; las inmensas pinturas intertextuales de Hung Liu, con profusas metáforas y signos, en alusión a la multiplicidad de culturas contemporánea; Jonh Aptekar, Glexis Novoa y Karen Rifas, entre otros, fueron excelentes opciones. En Frediric Stnizer Gallery destacaron la poética antropológica del cubano José Bedia; las fotografí­as de género de Naomi Fisher y las fotografí­as hiperrealistas de Luis Gispert. Asimismo, la obra de Samantha Salzinger "Untitled" (cromogenic prints), como alegorí­a de la muerte. También muy buenos, John Espinoza y Hernan Bass, entre otros. Ambrosino Gallery mostró las magní­ficas obras de William Cordoba, Beatriz Monteavaro, Gavin Perry. Diana Lowenstein mostró excelentes trabajos de Carlos Gallardo, con una instalación de jeringas hipodérmicas en cajas como metáfora de la adicción contemporánea. También destacaron Daniel Senise, Aior Ortiz, Sterz, entre otros.
ART BASEL MIAMI BEACH abre una brecha en la estética de Miami. Para diciembre del 2003, en su próxima edición, continuará generando prometedores cambios.