“ESPACIO ENTRE MUNDOS”: PENSAR DE MANERA INCLASIFICABLE

Por Isabela Mendoza-Lamuño

Parece que cualquier postulación de pensamiento tiene que categorizarse, o al menos así ha sido académicamente, pero… ¿qué pasa cuando estás entremedias y tus ideas están al margen de las definiciones? La exposición de la artista María Fernanda Carlos, Espacio Entre Mundos, explora el estado de colocarse en el medio, entre dos parámetros, donde las barreras de identidad se disuelven. Es una exposición que cambia continuamente, pues las piezas se sustituyen por otras nuevas cada cierto tiempo; y tiene por objetivo cruzar fronteras. Para ello, estará viajando a varios países y culturas: para hablar de lo que hay entre la vida y la muerte y todo lo que hay en medio, conteniendo, así, un pensamiento inclasificable.

La exposición, exhibida en La Galería Rebelde, fue pensada y realizada durante la pandemia por lo cual María Fernanda Carlos relaciona este estado de tiempo con uno de suspensión, al igual que la carta del “hombre colgado” del Tarot (cartas utilizadas por Aby Warburg en Atlas Mnemosyne). En la carta se analiza que, para poder dar el siguiente paso, y por un bien mayor, debes poner todo en retención. La artista describe este estado de pandemia “entre lo que fue y lo que será”, llamándolo ese “espacio gris.” Haciendo un hilo conductor, María Fernanda Carlos revela a la audiencia una relación de ideas de lo que significa estar en ese espacio entre mundos en el que nos podemos encontrar.

"Espacio entre mundos". Ph: La Galería Rebelde.

Isabela Mendoza-Lamuño: ¿Nos podrías hablar del concepto que hay detrás de “Espacio Entre Mundos”? Y ¿Cómo se originó la idea de una exposición que es cambiante, mutante?

María Fernanda Carlos: Espacio entre mundos es una reflexión, laboratorio y estudio sobre las distintas formas en las que como seres humanos nos podemos encontrar en el medio, sea en experiencias, ideas, emociones, territorios o identidades. Ese espacio abstracto que visitamos constantemente, pero del que poco hablamos. Esta exhibición es un proyecto cambiante, mutante, el cual no busca ser definido, solo ser reconocido.

La investigación nace ante una necesidad de ubicarme a mí y cuestionar dónde se ubican personas que han vivido o viven experiencias similares a las mías en cuanto a las nociones de territorio, identidad y raza, en cuanto a las ideas y las emociones. 

La idea de hacer una exposición cambiante, mutante, viene de seguir un poco el tema que estamos viviendo en el mundo relacionado con la pandemia. Parece que estamos en una especie de pausa, una pausa que se ha sentido eterna, aunque no estamos en realidad en pausa. Lo que sí sucede es que estamos saliendo de lo que fue para entrar a algo que aún desconocemos. Estamos en una transición, viviendo una gran inestabilidad, y esta me llamó enormemente la atención porque muchos huimos de ella.

Quería hacer una propuesta viviente, retarme a mi misma. A pesar de que todo se sienta detenido, dentro del espacio todo está en constante cambio, es un laboratorio en movimiento en busca de nuevas preguntas. La obra muere en un museo cuando nadie la ve, o cuando está en una bodega. De la misma manera, en el mundo del arte las galerías se han visto bastante afectadas en cuanto a tráfico pues las personas no quieren salir; en este caso, la intensión de la exposición era mantener viva la energía del espacio. Unas piezas salen, otras se deshacen, otras se transforman, nuevas ingresan; es una museografía que se sale de la comodidad del artista o de la galería. 

A la vez, yo estaba (sigoestando) atravesando el periodo de postparto; una etapa muy fuerte para cualquier mujer, en la que la vida personal de la persona se pone en pausa mientras el mundo sigue a gran velocidad. En este caso, era hacer lo opuesto.

IM-L: En la exposición compartes este fragmento de Gloria Anzaldúa: “Nepantla es tierra desconocida, y vivir en esta zona comunicante significa estar en un estado constante de desplazamiento, una sensación incómoda, incluso alarmante”. Gloria Anzaldúa habla sobre el dolor de encontrarse como Queer, Chicana entre territorios. ¿Podrías explciar tu experiencia de estar en el medio? ¿Qué produce eso para ti?

MFC: Nací en ciudad de México pero he vivido en Guatemala casi toda mi vida. Pasé los primeros años de mi vida cruzando la frontera en una combi y creo que por eso me he identificado con la palabra displaced/displacement, de la cual no he encontrado una palabra en español que describa esta sensación. Cuestionamientos sobre como se ven las personas que nacieron en la frontera y como funciona su sentido de identidad han sido algunas de mis interrogantes, la idea de no ser ni de aquí ni de allá, asimismo experiencias de vida en las cuales la sensación puede ser muy similar.

Algo que también es importante es el espacio que da Gloria Anzaldúa hacia lo híbrido. Vivimos en una sociedad que busca y, a veces, exige encasillarnos, ponernos etiquetas. Sin embargo, somos criaturas complejas, híbridas. No somos ni esto ni lo otro, y cualquier etiqueta para es una agresión a esa opción de transito, de cambio, de morir y de renacer.

   

   

IM-L: ¿Puedes contar la historia que hay detrás de la obra Mutant

MFC: En el proceso de observar distintas formas de estar-en-el-medio, me di cuenta de que trabajar en la sanación es un estado constante de mantenerse en constante cambio, mutando. No puedes sanar sino te has sanado, por lo que en ciertas terapias o herramientas se nos pide estar en constante trabajo interno. Para mi eso equivale a estar muriendo y renaciendo. Mientras estaba trabajando en la serie de portales me llegó un articulo que hablaba de las águilas y de cómo, al cumplir 40 años, se les pudre el pico. Entonces tienen que decidir si dejarse morir o si romperse el pico contra una roca, volviéndose, así, completamente vulnerables. Las que escogen la segunda opción se esconden en cuevas para atravesar un proceso de transformación en el que no pueden comer hasta que la regeneración del pico este finalizada. Es prepararse, de una manera consciente, para una muerte y un renacimiento. Me llamó la atención la sabiduría que hay en la naturaleza. Nosotros, en cambio, nos resistimos a la transformación, al cambio, al soltar algo. A partir de los 40 años el ser humano cambia muy poco y cada vez se acomoda más a una idea de sí mismo.
La pandemia vino a sacudir esta condición, obligándonos a soltar cualquier cosa que creíamos de nosotros. A la mayoría nos tocó, obligatoriamente. rompernos el pico.

Mutant es una pieza hecha de varios lienzos pintados en acrílico. Las capas deben cambiarse continuamente por la galería, el museo o el coleccionista. Se trata de soltar la propuesta estética del artista permiténdoles su propia versión, gesto que permite explorar nuevas posibilidades.

IM-L: En la exposición escribiste textos entresueños, meditativos, con las figuras de tus seres queridos. ¿Cuál fue el proceso artístico en esta exposición? ¿Cómo quieres que se experimenten las obras?

MFC: No sé cómo quiero que se experimenten las obras, es algo muy personal y subjetivo. Lo que sí sé es que mis experiencias personales solo son un punto de partida, una apertura al dialogo y a la autoobservación. Expongo vivencias personales porque lo siento honesto, pero no es para ver el ‘caso de María Fernanda, sino que, dado a que la situación de estar-en-el-medio es hablada por pocos y visitada por muchos, para abrir portales de reflexión.

 IM-L:  La vida puede ser una enunciación, o un testimonio que elogie el acto de creación. Por ejemplo, cuando una persona suelta un vaho frente a un vidrio y este se mancha, se convierte en un gesto expresivo de la vida misma. En el cuadro La creación I se manifiesta como una catarsis de expansión de expresión gestual. ¿Qué piensas sobre esto? 

MFC: Me interesa mucho el tema de la creación. Quizás se deba a que me encuentro en el postparto, pero el hecho de poder dar vida a algo (a alguien) es un acto muy loco que requiere de mucha responsabilidad. Tal vez es una catarsis porque el proceso de tener un bebe es muy fuerte, y se habla muy poco de este tema en el arte.

Hay piezas que son muy intuitivas, hay otras que son una necesidad y otras  que son de carácter investigativo. Para mi lo mas rico de esta exhibición ha sido asumirla como un laboratorio que sigue descubriendo, mutando, y que se sigue transformando. De hecho, aún sigo trabajando en piezas nuevas.

IM-L: Para Mignolo "todo pensamiento está localizado" [1], por eso sostiene que "la Geopolítica del conocimiento presupone que no hay lugar abstracto [...] ni desincorporado [...]" ¿Estás de acuerdo con Mignolo?  ¿Cuando hablas de Espacio entre mundos lo enuncias de forma metafórica? ¿Qué territorio es Espacio entre mundos? 

MFC: Sí, todo pensamiento esta localizado. Eso hace que, simultáneamente, se den estos espacios/ territorios híbridos.
Y sí, lo enuncio de manera metafórico ya que hablo de ese espacio-en-el-medio, de distintas formas.

IM-L:  En la exposición mostraste estar entre el fallecimiento de tu papá y el nacimiento de tu hija. En un mundo en el que la alegría, el nacimiento, la tristeza, el amor y la muerte están entrelazados. ¿Cual consideras que es el legado de tu padre y cual es el legado que tú le quisieras dar a tu hija?

MFC: Creo que lo más importante que el me dejó es el amor a los hijos y el hacerlos parte de nuestra práctica artística. Yo crecí con él en el estudio; desde los 3 años se tomaba el tiempo para enseñarme con seriedad y dedicación, me hablaba de la importancia de la disciplina y de continuar el hacer sin importar los resultados. También fue un gran ejemplo en seguir lo que respecta a seguir al corazón: él, contra viento y marea, decidió dedicarse al arte a pesar de que mi abuelo era finquero y no lo lo apoyaba en sus decisiones. Estas cosas quisiera heredarle a mi hija.

IM-L: EL cuerpo es una constante en la exposición, pero también el espíritu, o la energía. Algunos de tus cuadros se vuelven performáticos. ¿Cómo encaja la espiritualidad en tu obra?

MFC: Si puede ser muy performático ya que cada vez que hago una pieza en un lienzo es todo un ritual; la acción, el gesto, el estado mental es lo mas importante para mí. El resultado es secundario. 

IM-L:  Hannah Arendt escribió: “Visto desde la perspectva del hombre, que vive siempre en el intervalo entre el pasado y el futuro, el tiempo no es un continuo, un flujo de sucesión ininterrumpida; está roto en el medio, en el punto donde "él" se encuentra; y su punto de vista no es el presente como él lo suele entender, sino más bien una brecha en el tiempo que su "lucha constante", su "resistencia al pasado y al futuro, mantiene en existencia”[2]. ¿Cómo ves tu relación con el pasado y el futuro? 

MFC: Veo muchas personas apegadas al pasado, agarradas a algo que ya pasó y que no volverá jamás. Veo miedo al futuro y a la incertidumbre. En los adolescentes me da la impresión de que esto no se da tanto, pero a partir  en los adultos es muy común esta insatisfacción con el pasado y el futuro. Puede que sí, que el tiempo no sea continuo, pero la pausa aún así, es tiempo , ¿no? La gran espera, ese espacio gris entre lo que fue y lo que vendrá.

       

         

La Galería Rebelde
Km. 7.5 Carretera Muxbal, Plaza Empresarial Muxbal Suite #3,
Ciudad de Guatemala, Guatemala 01052

        

[1] p.99, http://biblio3.url.edu.gt/Publi/Libros/2013/Cartografia/07.pdf

[2]Traduccion propia.  Arendt , Hannah. Between Past and Future. p 9.