Palmario

D 21 , Santiago

Por Carolina Lara B. | abril 12, 2011

Más que enseñar un punto de vista sobre la escena argentina actual, Palmario nos introduce en el universo común entre una curadora y artista –Ana Gallardo– y el grupo de autoras de distintas generaciones que convocó: Marcela Astorga, Mercedes Azpilicueta, Roxana Buttazoni, Marina de Caro, Graciela Hasper, Irina Kirchuk, Catalina León, Mariela Scafati + Colectivo de lo Ausente, y Elisa Strada. Un primer nexo, son los lazos afectivos. Por esto tal vez el recorrido en este espacio –que es un amplio departamento en la comuna de Providencia– se vuelve íntimo; pese al carácter experimental y a la perplejidad propia de las estrategias contemporáneas. Hay distintas técnicas y soluciones espaciales: instalación, pintura, gráfica, video, mural y site specific.

Roxana Butazzoni. Vuelta en bici o los dos regalos, 2007. DVD, monochannel video, color, sound/DVD, video monocanal, color, sonido. Mariela Scafatii. Teatro de lo ausente. Rastros de una fábula que pasó, 2010. Installation/Instalación. Marcela Astorga. Sin título, 2008. Cotton fabric and stainless steel/Tela de algodón y acero inoxida- ble. Dimensions variable/Medidas variables. Marina de Caro. Hilos de voz de una cascada escondida, 2008. Installation (painting on cutout paper, yarn, wool /Instalación (pintura sobre papel recortado, hilo y lana). Dimensions variable/Medidas variables.

En realidad toda la muestra se vuelve una suerte de site specific donde ninguna obra ostenta estar totalmente resuelta, sino transitando y mostrando un instante personal en diálogo con los elementos circundantes. Las pinturas expuestas están sobre soportes no convencionales, como cartones o acetato; y las instalaciones son objetos depositados más bien, que juegan con el estatus del ready made. Una proyección muestra un paseo en bicicleta en la ciudad; paños pintados, un marco vacío y diversos utensilios ordenados en un rincón, recuerdan el taller de un artista; mientras que una serie de papeles pintados se doblan, se extienden y se rearman al muro; abajo, un extraño muñeco hecho de lana y, en otra sala, un mural con recortes azules configura una abstracción de efectos ópticos que revela referencias locales. Éstas y otras obras se sitúan como rastros dejados en algún muro o a través del suelo, donde el tema de la identidad resbala en un ejercicio curatorial lúcido y lúdico, sin ostentaciones discursivas, más dado a lo poético.