Luis Cruz Azaceta en el NOMA

Por Miranda Lash

La combinación entre la distancia física y las largas décadas en que los viajes y el intercambio comercial norteamericano han sufrido restricciones se sujeta a la idea de que nadar hacia y desde la nación isleña es insostenible para cualquiera que emprendiera ese intento. Pese a ello, es una jornada que ha ocurrido incontables veces en la imaginación de los cubanos que desean venirse a los Estados Unidos o de los inmigrantes cubanos que añoran regresar al hogar. En este conjunto de nuevas pinturas, Azaceta invita al espectador a realizar su propio viaje mental a través de su imaginería. Estas pinturas exploran la idea del traspaso de fronteras en una miríada de formas: entre la abstracción y la figuración, entre lo geométrico y las formas orgánicas, entre la cultura americana y la cubana, y entre ciudades históricamente vinculadas como Nuevo Orleans y La Habana.

Luis Cruz Azaceta , Blue

En el océano metafórico de la exhibición individual de Azaceta, nos desafía a lidiar con esos contrastes como nadadores en medio de las aguas. El show presentado en el gran hall de mármol blanco del New Orleans Museum of Art, NOMA, destaca diez nuevas pinturas, todas realizadas en 2009. La selección de trabajos exhibidos refleja la oscilación pendular de la práctica de Azaceta entre arte abstracto y representacional. Seis obras son completamente abstractas y cuatro contienen pequeñas viñetas. Cuatro asumen la escala panorámica de las grandes pinturas históricas, mientras otras cinco otras se aproximan al formato regular cuadrado. Más que transmitir un sentido de equilibrio en su trabajo, la intención de Azaceta es desafiar la calma y la complacencia. Como es típico en su práctica, él inserta elementos transgresores en cada pintura. Grandes parajes “modernistas” se rompen con la aparición de pequeñísimas figuras. Compactos bloques de color están sujetos a concesiones con las venas blancas y las referencias anatómicas a senos, orificios e intestinos. Formas gozosas, brillantes nos arrastran dentro de sus pinturas, mientras una imaginaría enigmática y perturbadora nos arroja afuera.

El sentido de desplazamiento, de encontrarse perdido, en el mundo de Azaceta, remite en parte a su historia personal. Habiendo tenido que enfrentarse a dos culturas desde cuando voló a los Estados Unidos en 1969, para Azaceta el sentimiento de deslocalización es algo familiar. Su deseo y su búsqueda de una dirección de orientación es acaso el aspecto más poderosamente expresado en su pintura Swimming to Havana I. Ahí se retrata a sí mismo, remando en una cloaca burbujeante, con una convulsión de enormes vías, de highways, enroscándose en torno a él. El sentimiento del exilio está presente de Nuevo en su pintura Evacuees, donde damilias enteras, los viejos y los enfermos son arrojados a través de una desembocadura turbia. Lo que les espera es desconocido e imprevisible.

Habiendo vivido en Louisiana desde 1992, Azaceta puede conjurar fácilmente memorias de evacuaciones durante los huracanes, como las vividas con los recientes huracanes Katrina y Gustav. De cualquier manera, como es típico en su obra, no puede resistir el introducer, incluso en medio de la gravedad de un asunto elementos de ligereza. Empleando su característico sentido del humor, juega con el tema controversial de la inmigración en su pintura Extraterrestre. Con el maletín en la mano, un Azaceta de traje emerge de una nave caricaturesca, listo para embarcarse en un territorio desconocido –ya sea un país nuevo, el aterrorizador lienzo blanco, o la inhóspita topografía del mundo del arte. Man in a Hole, retrata a un pequeño Azaceta que cae en un tubo del baño y que ofrece dos lecturas simultáneas: una investida de grave seriedad y otra satírica. Mientras enfrenta el miedo de ahogarse (literal y metafóricamente), no elude el inherente ridículo de encontrarse perdido en un tubo de baño. A pesar del frecuente uso del autorretrato en su trabajo, Azaceta es cuidadoso en lograr que sus figuras representen a toda la humanidad y no sólo a sí mismo. Desde los setenta, ha usado el autorretrato como un vehículo de expresión de elementos universales de la condición humana.

Miranda Lash

Curator of Modern and Contemporary Art

New Orleans Museum of Art