BAPHOTO 2018: CUATRO ARTISTAS QUE NO DEBEN PASARSE POR ALTO

(Primera parte)

Por Matías Helbig | septiembre 07, 2018

BAphoto 2018, la décimo cuarta edición de la feria especializada en fotografía latinoamericana, tiene una convocatoria internacional y diversa haciendo hincapié sobre las distintas formas de abordar la exploración artística a través del medio. En el Predio Ferial de Buenos Aires La Rural, el pabellón Dr. Emilio Solanet está dividido en ocho secciones, cada una curada por un curador específico: Ana Luiza Fonseca para Photobook Tijuana, Alfredo Aracil para Fuera de Foco, Francisco Medail para Artista Homenaje, Florencia Portocarrero para Special Rooms, Mercedes Claus para Links Projects y Rodrigo Alonso para Videoprojects.

Sin embargo, dentro de esta propuesta ecléctica hay cuatro artistas que no deben ser pasados por alto. Estos son Erica Bohm (PASTO), Karen Miranda Rivadaneira (+Arte),  Marcelo Bordsky (Rolf Art) y Pablo Masino (Lateral).

Ph: Francisca Etchegaray.

Karen Miranda Rivadaneira 

Bajo la curaduría de Gabriela Moyano, fundadora y directora de +ARTE, las fotografías de Karen Miranda Rivadaneira construyen un relato sobre el paisaje de la Provincia de Bolivar, en Ecuador.  A través de una diversidad de técnicas –fotografías de gran formato, medio formato, fotografía analógica, collages y fotograbado- Rivadaneira juega con los planos de realidad y representación de los paisajes que estimularon su infancia en el territorio ecuatoriano.

Cargadas de simbologías, sus fotografías reconstruyen los recuerdos en su tierra natal. “Ella está constantemente saltando de una narración ficticia a una factual, documentando y creando”, cuenta Moyano.  Esa es la sensación de estar frente a la obra de la artista ecuatoriana, el ojo del espectador constituye el paisaje en un estado de ensoñación, similar a las experiencias de Carlos Castaneda en su famoso “Las enseñanzas de Don Juan”.

Combinando las figuras de Huma (del kichwa “espíritu sumergido”, que representa un diablo para la comunidad ecuatoriana) con una chaman en una ceremonia marital custodiada por un sargento, las obras de Rivadaneira combinan mitos nativos con simbologías propias de la infancia.

Por último, el trabajo de Karen Miranda Rivadaneira se caracteriza por la post producción de las fotos. De esta manera, se establece más como una artista plástica. Y jamás traicionando esa composición híbrida entre lo real, lo ficticio, lo nativo y lo personal: en Tiempo de Primavera y Mujer Medicina, la artista le entregó a un artista local –Julio Toaquiza- que intervenga mediante la técnica ‘tigua’ los paisajes según lo que estos le remitían.

Marcelo Brodsky 1968: El Fuego de las Ideas

A partir de la fotografía tomada por Rodrigo Moya de la marcha del rector Tlatelolco, Marcelo Brodsky comenzó una serie de 55 fotografías de archivo intervenidas. Como resultado, el artista argentino establece una especie de cartografía de época que representa todos los movimientos políticos llevados a cabo en el marco del Mayo francés parisino, en 1968.

Con un solo show en el stand de Rolf Art, en el sector principal de BAphoto, trece obras de la serie 1968: El Fuego de las Ideas cuelgan de las paredes –también intervenidos por Brodsky en el montaje de la feria- estableciendo un diálogo entre las manifestaciones de estudiantes de clase alta y miembros de la clase obrera en París,  Tokyo, Praga, Washington, Londres, Río de Janeiro o Milán que buscaban instituir un nuevo proyecto universal: la imaginación al poder, un socialismo de carácter humanitario. 

Más allá del estilo de Brodsky y la esteticidad de sus obras, lo interesante de su trabajo está en la recopilación de archivos de un momento que marcó la sociedad occidental hasta la actualidad. Medio siglo después del 68 las democracias europeas y latinoamericanas –salvando excepciones- se rigen bajo las peticiones de aquellos jóvenes, que dándole voz a las minorías, pedían por los derechos individuales y la igualdad. Sin ir más lejos, la posmodernidad en su totalidad deviene de estos movimientos.

Asimismo, la serie pone en evidencia las relaciones y diferencias en las formas de manifestación en cada región, sus simbologías, e incluso en sus formas de marchar. En consecuencia, 1968: El Fuego de las Ideas construye un trabajo incluso etnográfico de uno de los momentos más relevantes de la historia del siglo XX.