ENTREVISTA con NEKANE ARAMBURU

Una mirada hacia Latinoamérica

Por Sonia Becce, Buenos Aires

El Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Palma de Mallorca, Es Baluard, comienza una etapa prometedora bajo la dirección de Nekane Aramburu.

ENTREVISTA con  NEKANE ARAMBURU

La institución celebra este año su décimo aniversario, con el compromiso de una programación futura consagrada a exhibiciones que revisan críticamente su colección permanente, a otras que exploran la evolución de las prácticas artísticas desde su soporte técnico y muy especialmente, a una serie de exposiciones internacionales que incluirá artistas latinoamericanos fundamentales.

Nekane Aramburu, Historiadora de arte y Master en Museología, es española –de origen vasco- y ha sido designada recientemente Directora de Es Baluard, Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Palma de Mallorca. La búsqueda que la institución había comenzado en mayo del 2012 a través de un concurso público culminó con su elección a cargo de un jurado de expertos. El proceso para el nombramiento de Aramburu siguió el Código de Buenas Prácticas, que promueve la transparencia en las designaciones de funcionarios públicos y privilegia la capacidad y experiencia de los designados. Protocolo ejemplar, que sería deseable que tengan en cuenta aquellos museos cuyas autoridades dependen de funcionarios políticos y de su permanencia en los cargos.

Nekane es una figura conocida en varios países de Latinoamérica: Colombia, Argentina y Uruguay por mencionar algunos, tanto por su intensa actividad, como por la agitación que imprime a cada uno de los escenarios en los que le ha tocado trabajar. Polifacética, ha dictado cursos de formación, ha participado en foros y jornadas de trabajo, ha colaborado con distintas instituciones y ha sido curadora de numerosas muestras.

Sonia Becce: A 10 años de su inauguración, Es Baluard enfrenta como muchas instituciones, un mundo diferente, con cambios políticos que sacrifican Cultura y que han implicado severos recortes al sector. En ese contexto ¿cómo imagina su gestión, que sin duda deberá ser creativa en materia de programación, educación y apoyo a la producción?

Nekane Aramburu: Creo que precisamente esta crisis económica que ha influido en los recortes de las infraestructuras culturales públicas ha llegado en un momento en el que era necesario pensar el planteamiento y desarrollo de los modelos museísticos. Por eso precisamente me interesaba volver a la gestión pública, para poder revisar el modelo y construirlo desde una visión innovadora abierta a las necesidades reales de la creación y el pensamiento contemporáneo involucrándolo con la sociedad actual, sus agentes, sus públicos y con los que nunca lo fueron.

SB: Uno de los motivos determinantes para su designación, fue la consideración del proyecto y plan de trabajo que presentó. Un aspecto importante del mismo es el planteo de estrategias para vincular Es Baluard con el entorno más próximo, luego con instituciones que trabajan en condiciones y escala similares al mismo y finalmente el intercambio de programas y exhibiciones internacionales con, por ejemplo Latinoamérica. Quisiera que especificara y describiera estas acciones y que se detenga en el último aspecto.

NA: El proyecto planteaba el trabajo en expansión en círculos concéntricos gradientes que de forma transversal entretejen redes con sus pares pero también con otras estructuras afines.

Las fórmulas van más allá de las exposiciones que pueden ser coproducciones, itinerancias o descubrir valores artísticos de Latinoamérica Me interesan también otras estrategias de difusión y producción más allá de la exposición, como las de generar un tejido donde la formación, investigación y educación tengan un papel relevante. Relaciones con museos como el Museo de Antioquía en Medellín son cruciales ya que estamos trabajando en la misma vía. También interesarnos por construir plataformas para la formación en las línea de los talleres de curaduría en Latinoamérica y que ahora he derivado en Les Cliniques, las clínicas que se están impartiendo con carácter anual en Es Baluard.

SB: ¿Cree que hay aspectos diferenciales en la producción artística latinoamericana que hacen que para usted sea atractivo considerarla en su programación?

NA: Me interesa mucho el método y la formación de los creadores de esos países, gente muy preparada y sobre todo muy involucrada con las problemáticas contemporáneas más allá de lo puramente estético. Esa fue mi línea como curadora y formadora en la etapa anterior y es la que desearía desarrollar ahora con la programación del museo, como puente de apoyo y corredor de nuevas corrientes sin olvidar la labor de revisión histórica de determinados creadores o colectivos que de este lado no se han conocido tanto. Y por otra parte de aquellos que forman parte de la colección como Alfredo Jarr, Wifredo Lam o Norah Borges, que apenas se han estudiado.

SB: Ha encarado el proyecto museístico de Es Baluard con la voluntad y la convicción de darle un giro rotundo que se advierte ya desde el exterior con la recuperación de espacios muy especiales en las cercanías del Museo, pasando por ejemplo por la revalorización de la tarea del vigilante-mediador de sala como responsable de facilitar el acercamiento del público, hasta llegar al tema medular de las exhibiciones recientemente inauguradas y que toman la totalidad de los espacios expositivos. Es atractivo que haya pensado las muestras como un modo de generar preguntas, pensamiento y conocimiento alrededor del objeto artístico, de la significación hoy de las colecciones institucionales, en síntesis, cuestionar desde adentro los modelos museísticos como los conocemos, para actualizarlos, relacionándolos con el contexto que no solo es el geográfico y social, sino también el económico y político. ¿Podría describir los ejes curatoriales sobre los que ha trabajado para manifestar esas inquietudes?

NA: Lo primero ha sido dotar de sentido a la “caja blanca”, un espacio histórico bellísimo por el entorno arquitectónico y natural donde se encuentra, pero que no tenía una personalidad definida. Se ha trabajado en dar sentido a las tres plantas del edificio central con colección permanente, a una de temporales orientada a reflexiones teóricas historiográficas o temáticas, y a dos salas superiores: Gabinet y Observatori, que se abren al gran corredor-terraza superior. La nave Aljibe unida subterráneamente al edificio central es el espacio para las exposiciones internacionales y proyectos interdisciplinarios. Luego todos los espacios externos, desde las plazas interiores, hasta la recientemente incorporada torre árabe se destinan a ser lugares abiertos a colectivos asociados y colaboradores. La base programática es investigar las prácticas creativas desde las corrientes de lo moderno de finales del XIX a lo contemporáneo surgido en las Islas Baleares y su proyección con los ejes internacionales al norte, sur, este y oeste desde el epicentro del Mediterráneo como un cruce de culturas y modos de pensar.

SB: ¿El coleccionismo mallorquín, que es muy activo, tendrá un rol dinámico en su museo además de la función más tradicional que significa integrar un patronato?

NA: El museo desde su base geográfica estratégica es un cruce de caminos o lugar de residencia para mucha gente. En las islas hay personas que tienen su primera o segunda residencia, gente muy especial y sensible. Antes que yo llegara ya tenían su relación con Es Baluard, por ejemplo con el programa En Privat. Ahora seguimos trabajando y abriendo nuevos caminos. En enero se celebró una jornada sobre coleccionismo organizada por la feria ARCO y esto es solo el comienzo. Desde lo público es fundamental la colaboración con la iniciativa privada. Nosotros somos conscientes de que este nuevo ciclo precisa de un presupuesto institucional acorde, pero también que tenemos que desarrollar fórmulas mixtas con empresas y entidades interesadas en el mecenazgo del patrimonio y desarrollo contemporáneos. En este sentido Es Baluard ya se está convirtiendo en un espacio de referencia y punto de mira.

*Sonia Becce es curadora independiente. Vive y trabaja en Buenos Aires