HUGO LUGO

Vuelta a la Infancia

Por Valdez, Blas
Mexico
HUGO LUGO

Toma 1
La obra de Hugo nos remonta a la infancia y nos convierte de nuevo a todos en niños, en hombrecitos. Nos regresa a esa etapa cuando comenzábamos a relacionarnos con nuestro entorno con infinita curiosidad y quedábamos maravillados ante objetos tan comunes como una pelota o una bocina. Toparnos con una caja cualquiera era enfrentar el más exquisito misterio. Nuestra realidad era atemporal, espacial, intuitiva, espontánea, no verbal y, sobre todo, sin malicia. Esa curiosidad infantil, determinada en parte por la ausencia de la madre, y por lo tanto, una especie de consolación por esa pérdida, era enteramente inocente y juguetona.

Toma 2
Los personajes de Hugo parecen haber despertado de golpe en un mundo de proporciones inusuales, cambiadas, y enfrentan con asombro y curiosidad el nuevo tamaño de objetos tan cotidianos como una taza o una pelota. Nos da la impresión de que los héroes de sus cuadros tienen la emocionante misión de redescubrir el universo, taza por taza, globo por globo. Si en el fondo todo esto nos parece familiar, es que pertenecemos a una generación de quiebre témporo-espacial. Con toda la avalancha de avances en la ciencia y la tecnologí­a en los últimos tiempos, pareciera que casi a diario tenemos que estar redefiniendo nuestros conceptos de "lo lejos y lo cerca", "lo chico y lo grande"...

Toma 3
En mitos y sueños, la caja es sí­mbolo del inconsciente, de oscuros misterios, de la destructividad misma, pero los personajes Lugosianos la enfrentan con inocente curiosidad, desde un mundo casi lúdico, luminoso. Lejos de considerarla como caja-bomba, caja-vagina, caja-féretro, la ven más bien como caja-regalo-de-Navidad, caja-juguete, caja-linda-sorpresa. Y es que estos sujetos parecen aún desconocer su potencial destructivo, su capacidad para violar, torturar, asesinar, todas esas "lindas sorpresas" que a veces encontramos sin querer dentro de nosotros mismos, dentro de cajas de Pandora puestas en nuestro camino.

Licenciado en Artes Visuales, egresado de la Universidad de Montemorelos en Nuevo León, México, su obra se ha desarrollado en diferentes disciplinas donde se destacan proyectos de pintura, fotografí­a e instalación Ha expuesto desde 1996 en galerí­as y foros culturales dentro y fuera de México. En la ciudad de Monterrey recibió diferentes premios y menciones, entre las cuales se destaca el Premio de Adquisición en la IV Bienal Regional de Arte Joven; también fue seleccionado para participar en las ediciones 1996, 1998 y 2002 de la misma. Recibió una Mención Honorí­fica en la XIX Reseña de la Plástica de Nuevo León.
En la ciudad de Aguascalientes obtuvo uno de los premios de adquisición en el XX Encuentro Nacional de Arte Joven (2000). Fue seleccionado para concursar en el 5to. Premio de Pintura, Antonio López Sáenz (2001), en Mazatlán Sin.. Se hizo acreedor a una Mención de Honor en la Primera Bienal Nacional de Artes Plásticas del Centro Cultural Tamaulipas (2001), en Ciudad Victoria, Tamaulipas. Fue becario del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes del estado de Sinaloa (1999, 2002) y recibió la beca de Jóvenes Creadores del FONCA, en la edición 2000-2001. Participó en el 4to. Festival Internacional de Arte Sonoro en el XTeresa Arte Actual, en el D.F, y en la Sexta Bienal Monterrey FEMSA, En el resto del paí­s, ha expuesto colectiva e individualmente en San Miguel de Allende, Guanajuato, México, D.F., Culiacán, Sin., San Luis Potosí­, S.L.P., Zacatecas, Zac., Jalapa Ver., Puebla Pue., Guadalajara Jal., Saltillo Coah., Nogales Son., y Tijuana B.C. Fuera de México ha expuesto colectivamente en la ciudad de Rí­o de Janeiro, Brasil, en Tucson, Arizona, San Francisco, California, y Miami, Florida, (E.U.A.), así­ como en Parí­s, Francia. Su más reciente exposición individual, titulada "Conocer el hielo", se llevó a cabo en la galerí­a Praxis México (2004).