CLAUDIO BRAVO

Un mago paradójico

Por Lucie- Smith, Edward
CLAUDIO BRAVO

Actualmente, Claudio Bravo es objeto de una semi retrospectiva en el Naples Museum of Art en La Florida. Esto confirma su posición como uno de los artistas realistas más talentosos del momento, así­ como uno de los más renombrados en el ámbito internacional. Sin embargo, esta exposición suscita casi tantas preguntas acerca de la naturaleza del impulso realista en un contexto contemporáneo como las que de hecho responde.

En tanto que artista de origen latinoamericano, Bravo se ve inevitablemente asociado con el amplio panorama del arte latinoamericano. Ésta es una asociación que él parece rechazar. Probó volver a vivir en su Chile natal en la década de 1990, luego de una larga ausencia, y presentó allí­ en 1994 una muestra retrospectiva inmensamente exitosa, pero desde entonces ha vendido sus propiedades en Chile y se ha afincado firmemente en Marruecos, donde se estableció por primera vez en 1972. A diferencia de su compatriota Matta, quien durante el perí­odo completo del régimen de Pinochet insistió en ser considerado cubano y no chileno, este rechazo de su patria parece obedecer a razones personales y no polí­ticas. Prefiere vivir en el aislamiento, libre de presiones sociales, la vida de un esteta y el residir en Marruecos le permite hacerlo. Aunque ha formado una gran colección de artefactos marroquí­es, los que a menudo aparecen en sus naturalezas muertas, parece ser que, tras más de treinta años de residencia en ese paí­s, aún no habla la lengua árabe.
Cuando los crí­ticos abandonan el intento imposible de incorporar la producción de Bravo al arte contemporáneo latinoamericano, generalmente tratan de asociarlo con los artistas realistas que florecieron en la propia España -con Antonio López Garcí­a, por ejemplo, y con Guillermo Muñoz Vera, que también es chileno de nacimiento pero cuya carrera se desarrolló casi en su totalidad en Madrid. El deslumbrante virtuosismo técnico de Bravo lo ha hecho merecedor de grandes elogios, aunque ocasionalmente se lo ha desechado por considerarlo superficial. Casi siempre es visto como un pintor que se contenta con reproducir lo que tiene ante sus ojos, sin ningún pensamiento previo o posterior. Como lo demuestra claramente la exposición en el Naples, este enfoque es bastante inexacto. Pocos artistas activos en la actualidad ofrecen un espectro tan amplio de referencias históricas, que van de los grandes artistas del Renacimiento hasta los contemporáneos como Robert Rauschenberg y Brice Marden. La pintura de Bravo es considerada especí­ficamente no irónica, y esta aparente ausencia de ironí­a constituye un gran alivio para algunos de sus más fervientes admiradores, que lo ven como un consumado antimodernista, defensor de los valores tradicionales del arte en su forma más pura. De hecho, se trata justamente de lo contrario - es uno de los grandes ironistas dentro de la pintura contemporánea, y en muchos aspectos es en gran medida el hijo, o al menos el nieto, de Marcel Duchamp.
Contemplando la muestra en el Naples y observando el alcance de la obra de Bravo en su totalidad, uno advierte que el espectro de referencias históricas es extraordinariamente amplio. La mayor parte de la muestra está constituida por pinturas realizadas en los últimos quince años, pero se incluyen también algunas obras anteriores. La más notable de estas pinturas de una época anterior es Before the Game/Antes del partido [1983], que muestra a un grupo de jóvenes jugadores de fútbol en el vestuario antes de que comience el juego. Esta obra causó sensación cuando volvió a ser presentada a remate hace cosa de tres o cuatro años. Se trata de una composición tipo friso que muestra las figuras de siete varones jóvenes de cuerpo entero y en tamaño casi natural. Muy claramente hace referencia al fresco del Apocalipsis de Signorelli que se encuentra en la catedral de Orvietto, y quizás también al grabado de Pollaiuolo que muestra un Combate de hombres desnudos y a los desnudos masculinos que se ven en el fondo del Doni Tondo de Miguel Ángel.
Pinturas de hombres luciendo djellabahs marroquí­es, como en el caso de Arab Praying/Árabe rezando [1999], constituyen una referencia igualmente directa a Zurbarán, y también hay un trí­ptico de grandes dimensiones titulado Their Majesties/Sus majestades [2001], que es una elaborada parodia de Las Meninas de Velázquez. La joven Infanta, que aparece en esta ocasión en el panel izquierdo, está compuesta por diversos elementos que corresponden a naturalezas muertas. Su amplia pollera se convierte en un mantel arrojado sobre una mesa circular; su tocado son dos espantamoscas ubicados simétricamente.
Probablemente las piezas más fascinantes entre las que se exhiben en la muestra del Naples sean una serie de pinturas recientes que muestran lo que parecerí­an ser pinturas envueltas [Four Friendly Colors/Cuatro colores amigables, 2002], o primeros planos de trozos de tela. La pintura de cuadros empaquetados tiene su propia historia dentro de la pintura de Bravo. Algunas de sus más famosas pinturas de principios de su carrera son descripciones hiperrealistas de paquetes. Estas imágenes llenan un vací­o supuestamente insalvable: el que existe entre el arte Pop y el minimalista. La nueva versión del tema también cuenta entre sus fuentes al arte premoderno, más particularmente a las pinturas con efecto trompe l´oeil (de ilusión óptica) realizadas por un misteriosos artista holandés del siglo XVII, llamado Cornelis Gysbrechts. La más famosa de estas pinturas simplemente muestra el reverso de la tela.
La pintura de telas pertenece aun más claramente a la tradición del trompe l´oeil. que se se remonta a las épocas romanas, pasa por artistas como Gysbrechts y algunos pintores americanos del siglo XIX como William Harnett, y subsiste hasta la actualidad. Bravo utiliza obras de este tipo para desafiar y burlarse de las obras de pintores minimalistas abstractos contemporáneos tales como Brice Marden. Le interesan tres cosas. En primer lugar, estos temas reduccionistas resaltan la magia de su técnica tal vez en forma aun más efectiva que los más complejos. En segundo lugar, presenta la idea de que la abstracción "pura" es en realidad un mito -la mente humana está entrenada para buscar imágenes y las encontrará en los lugares más impensados. En tercer lugar, demuestra que aun estos temas tan reduccionistas pueden tener una resonancia alegórica. Encontramos un buen ejemplo de esto en Good Friday/Viernes Santo [1998], un trí­ptico cuya base es la seda púrpura que se utiliza para cubrir los altares el dí­a en cuestión. Los pliegues en el panel central forman una cruz. No se necesita nada más para establecer la proposición esencial.

Claudio Bravo, NaplesMuseum of Art, Naples, Florida, hasta el 16 de abril de 2006.

(*) Historiador de arte, fotógrafo y poeta, conocido por sus libros 'Movements in Art since 1945' (Movimientos artí­sticos desde 1945), '20th Century Latin American Art' (Arte Latinoamericano del Siglo XX) [Thames&Hudson/El Destino] and 'Art Today' (Arte Hoy) [Phaidon]

Es uno de los grandes ironistas dentro de la pintura contemporánea, y en muchos aspectos es en gran medida el hijo, o al menos el nieto, de Marcel Duchamp.

Perfil

Pintor contemporáneo realista chileno, nacido en 1936. Recibió su formación artí­stica en el taller de Miguel Venegas Cifuentes en Santiago. Tuvo su primera exposición individual en el Salón 13, Santiago, a los 17 años. En 1961 se estableció en Madrid, donde expuso a lo largo de la década de 1960. En 1970, realizó su primera muestra en Nueva York, que incluyó por primera vez sus pinturas de paquetes. En 1972, abandonó España y se estableció en Marruecos, donde su repertorio temático experimentó un cambio radical. En 1981, realizó su primera exposición en la Marlborough Gallery, actualmente su representante exclusivo.
A lo largo de su carrera, ha presentado numerosí­simas muestras individuales y colectivas en galerí­as, museos y ferias de arte, y se ha hecho acreedor a importantes distinciones, contándose entre las más recientes el Art Miami International Distinguished Artist Award, E.U.A.(2000), y la Gran Cruz de Alfonso X El Sabio, Madrid (2000). Sus obras figuran en prestigiosas colecciones públicas y privadas. Actualmente reparte su tiempo entre el sur de Chile y Marruecos.