REVIEWS - CARLOS BETANCOURT
Remy Toledo, New York
Por
Villasmil, Alejandra
Carlos Betancourt ha estado explorando por años la relación del hombre y la naturaleza y las nociones de transitoriedad y pertenencia sobre la base de procesos formales que enfatizan el color y la composición y, conceptualmente, la ritualidad propia de las culturas prehispánica y afro-caribeña. Para este artista puertorriqueño asentado en Miami, el cuerpo se ha convertido en ese soporte en el que grabar sus memorias y "tatuar" los signos y símbolos asociados a sus raíces, sus ancestros y antepasados. Esta investigación, si se quiere, antropológica, continúa en su instalación En la arena sabrosa y en una serie de fotografías presentadas aquí bajo el título de Enchanted Island. La instalación consiste en una retícula construida con miles de castillos de arena moldeados con vasos plásticos desechables, sobre la cual se proyecta un vídeo. Efímera, la obra habla sobre la vulnerabilidad de la naturaleza y su eterno diálogo con el hombre, de los desplazamientos y de la vida como espacio transitorio. Pero son algunas imágenes de la serie Rincón Flamboyant, en particular los retratos familiares, los que parecen marcar una ruptura en el discurso familiar de Betancourt. Manteniendo el color como el elemento unificador y, de hecho, como el rector de sus espontáneas imágenes, el artista da un giro refrescante al imprimir un humor mucho más directo y basado en la cotidianidad, cierto aire de decadencia y una atmósfera que parece bordear lo cinematográfico. |