REVIEWS - FERMÍN CEBALLOS
Viota, San Juan
Por
Alvarez Lezama, Manuel
Curador
Puerto Rico
En el 2002, cuando Fermín Ceballos (1978) ganara varios premios en su país, la República Dominicana, fue descrito por la crítica como una gran promesa. Hoy, en el 2006, este joven artista se ha convertido en un pintor abstracto de peso, con un discurso llamativo y original. Es muy difícil distinguirse hoy en día en el campo de la abstracción. Tanto Dzine como Melvin Martines lo han logrado con sus "brillos". En el caso de Fermín Ceballos, él lo logra con una enigmática y poderosa iconografía, con el dramático y provocador uso de colores y texturas (producto de incorporación de variados elementos) y con un total dominio de la composición en gran formato, todo dentro de una sobriedad lírica extraordinaria. En la obra que exhibiera recientemente en la Galería Viota de San Juan, Ceballos continua estableciendo un diálogo inteligente tanto con los discursos abstractos que se desarrollaron a principios del siglo XX, como con algunas de las propuestas de la post-guerra, el New York School, llegando, claro está hasta Torres García y Tí pies. Aunque muchos pintores, desde Mondrian hasta el puertorriqueño Luís Hernández Cruz, han jugado con la fragmentación del espacio, propuestas geométricas y juegos de profundidades, hay algo muy particular/impresionante en los símbolos que definen la obra de Ceballos. Los barrotes, los tableros, los encasillados, las ventanas, las espirales, los tiros al blanco, los caracoles, los túneles de Ceballos tan fuertes, tan metafóricos, son verdaderas invitaciones a la libertad. Sin abandonar una estética atractiva, las composiciones de este artista demandan una lectura existencial. Y es que Ceballos nos invita/ obliga a pensar sobre lo que está dentro y lo que está fuera, en quién está dentro y quién está fuera. Nada, que estamos ante un artista que cree enormemente en la pintura y sus poderes. |