REVIEWS - GEGO
Malba, Buenos Aires
Por
Costa Peuser, Marcela
Gego dibuja. Dibuja lo invisible y lo hace visible. Dibuja sin papel, en el aire. Y, cuando lo hace sobre el papel, lo convierte en aire. Es que Gego, en su búsqueda, recorre un camino entre una dimensión y otra. A partir de la línea, abre espacios y nos introduce al mundo de las emociones y de la intuición. La obra de Gego es una obra silenciosa que nos va abriendo, a medida que nos conectamos con ella, a una nueva realidad que nos transmite la sensación de que hay algo oculto en el espacio: lo invisible. Su único instrumento es la línea y es la línea lo que utiliza para hacernos atravesar la transparencia, y así comprender, palpar y vibrar el mundo de lo invisible. Su línea nunca es dura ni mecánica, por el contrario, es una línea orgánica, que pulsa, que late. Una línea viva, tan viva como su obra. Tan viva como ella en esta exposición en Malba. Cuando utiliza el papel como soporte -material opaco por naturaleza-, adopta diferentes estrategias, sutiles y delicadas, buscando traspasarlo y abrirlo en un plano mas allá, logrando una apariencia tridimensional. Utiliza una lluvia de líneas paralelas, las entrecruza suavemente para generar diferentes planos; a veces las interrumpe y otras las cose, logrando que el ojo perciba un espacio atmosférico y que vaya detrás de esa transparencia que se genera entre y debajo de las líneas. Interesada en la transparencia del volumen, en "imaginar lo que está adentro", desarrolla sus construcciones espaciales. Se vale de alambres de floristería articulados para desmaterializar el volumen y, de esta manera, permitir que la luz, las sombras, el espacio y el vacío formen parte esencial de la obra, haciendo visible lo invisible. A partir de 1976 vuelve a explorar en camino del dibujo pero esta vez sin papel. Dibuja en el aire con alambres a los que les incorpora otros elementos -tuercas, alambre de gallinero, cables de teléfono, cadenillas- que, en este contexto, adquieren un nuevo significado. Se trata de obras tridimensionales que, al operar dentro de un ángulo recto -un marco-, dan la sensación de ser bidimensionales. En estos dibujos sin papel, suspendidos en el espacio, la luz y la sombra proyectada generan un espacio intermedio que el ojo quiere "tocar", provocando un estado de contemplación y fascinación cautivante. Gego nos induce así a una experiencia de silencio, de tiempo detenido y entendimiento intuitivo. La muestra curada por Mari Carmen Ramírez y organizada en colaboración con el Museo de Bellas Artes de Huston en Malba, nos permite conocer una parte del legado de esta excepcional artista latinoamericana; más de cien obras entre construcciones espaciales, dibujos sin papel y espacios sobre papel para descubrir, en sus cartografías, la esencia de lo invisible: el alma. |