CARLOS AMORALES

Un viaje entre lo fantástico y el horror

Por Avena, Patricia
CARLOS AMORALES

El arte actual rompe barreras para después encerrarse en otras nuevas. Confunde al espectador, lo induce a la reflexión, muestra la sinrazón que lo rodea y a veces hasta se rí­e.
Carlos Amorales - México 1970 - tiene esa facultad, la de hacer discurrir acerca de alguien o de algo. Su obra, se construye a través de la cultura popular y mediática que habita Méjico, que va de los enmascarados de la lucha libre y el mito de sus protagonistas, al estrellato de los actores de telenovelas. Es un artista que reactiva los iconos de la cultura popular y mediática. Juega con el ritmo, los desfases y desplazamientos para liberar las imágenes fijadas en la memoria colectiva y darles un impacto fí­sico singular. Sin rodeos de palabras o circunloquios concreta su dimensión significativa con prácticas artí­sticas que abarcan desde performances de lucha libre al soporte de video donde interrelaciona una iconografí­a distintiva. "...Comencé como a los 18 años, soy hijo de artistas, un poco por influencia de ellos encontré el camino. En el 95 descubro verdaderamente lo que es mi trabajo y coincidió con que en el 96 fui aceptado en la Gerrit Rietveld Academy y la Rijksakademie de Ámsterdam para hacer un postgrado de dos años, que fueron muy positivos. Fue el momento en que desarrollé el proyecto con los luchadores..."
Su interés por el "wrestling", sport de combate muy teatral que se practica en su paí­s, donde se enfrentan luchadores con máscaras especí­ficas con rasgos fí­sicos bien definidos, dio origen al espectáculo presentado en el Centre Pompidou, Parí­s, Tijuana o San Diego. Dentro de ese contexto reunió luchadores bajo la cobertura de una nueva máscara, la de "los Amorales", donde fantasma, pasión y violencia son proyectadas en esas marionetas vivientes dentro de ese juego interactivo."He tenido un interés muy grande de salirme del medio del arte, de allí­ el interés por los luchadores y no de la lucha libre como un deporte sino por la manera en que ellos trabajan su identidad construida. El trabajo que hice con "Amorales", a pesar de que parecerí­a ser un trabajo que se escapa mucho del arte, tení­a y tiene una estructura académica en la manera de plantearlo, fue como una investigación...". Esta serie de obras que giraban en torno a la lucha libre lo impulsaron como artista, lo que culminó con la famosa "Amorales vs. Amorales", de 2003. "Una cosa importante para mí­ fue darme cuenta de que el proyecto con los Amorales y otros habí­a llegado a su fin, que debí­a empezar otra cosa, redescubrir o inventar un trabajo."
Además de la interrogación sobre el comportamiento psí­quico y social a través de los combates, Carlos Amorales se inmiscuye dentro del mecanismo del arte, insistiendo particularmente sobre las ideas de producción y plusvalí­a, que reproduce fielmente con la instalación realizada en el Museo Migros, Zurich, donde presenta un hall de almacenamiento industrial. Basándose también en la cultura mediática popular, siente predilección por entrar en el universo de profesiones y mundos que le son ajenos como la cartomancia, tema que desarrolló en la Casa de América -Madrid - donde emplazó adivinas y lectoras de cartas. "Why to fear the Future?" fue una instalación que partí­a de los dibujos almacenados desde 1999, donde el visitante se encontraba dominado por un bombardeo de estí­mulos visuales dispares, sorprendentes, oní­ricos o vivos. Donde lo crí­tico y lo patético no dejaban de mezclarse.
Su obra es una interesante convergencia de estrategias conceptuales y formales. Trabaja con numerosas disciplinas que incluyen, fotografí­a, videos, esculturas, performances y obras sobre papel, que surgen del estudio de animación creado en México en 2003 con la participación de diseñadores, grafistas y músicos. A través del dominio gráfico y de una impulsión rí­tmica, llega a inventar una gramática que obliga y guí­a a cuestionarse; articulando una compleja reflexión en torno a las distintas relaciones e intercambios generados desde la confusión de sus referencias constantes a la cultura popular y el elitismo en el arte.
En la galerí­a Yvon Lambert -Parí­s - presenta su tercera exposición personal "Broken Animals". Invadiendo el espacio con tres puestas en escena diferentes cargadas de fantasí­a y de terror, interpela al espectador y lo confronta con una gramática plástica inusual. "Siento que todo este trabajo tiende a una exploración de lo que podrí­a ser el mundo fantástico, pero no el mundo fantástico como una cosa escapista, como una negación de la realidad sino también como una forma muy importante en nuestra misma vida cotidiana. En estos momentos me interesa investigar con Walt Disney y este tipo de fantasí­a ya establecida. Siento que esta obra es un poquito una negación de eso, un juego con eso, donde de pronto hay imágenes que son muy reconocibles, otras que no acabas de entender. Es un poco ver en qué punto el mundo fantástico esta en nuestra percepción polí­tica y social."
En la primera sala los doce cuadros "Black Drawing", sorprenden a primera vista por la falta de representación. Nada obliga a detener la mirada. Intrigados nos acercamos para observar ese plano negro donde a través de una minuciosa concentración se descubren finas láminas recortadas y pegadas que se desprenden del fondo. Los detalles minuciosamente incisos en el papel libran monstruos, dibujan libélulas, arañas, monos, mujeres embarazadas antropomorfas, cuerpos extraños con ondulaciones variadas que aprisionan al espectador en su trampa. Repentinamente, una música extraña y angustiante se escapa de la segunda sala donde una oscuridad total sumerge al espectador frente a una pantalla. El film "Useless Wonder" invade el espacio dando movimiento a una serie de imágenes proyectadas de ambos lados. Finas láminas blancas y rojas en forma de siluetas femeninas, pájaros negros en primer plano que se alejan hasta desaparecer, un mapamundi que se dispersa totalmente.
En la gran sala de techo vidriado la instalación ofrece una perspectiva abierta, un respiro a esa atmósfera sofocante. Sin embargo, está cubierta de afiches que presentan los mismos protagonistas, héroes sin poder de un cuento fantástico. En el suelo, trozos de plástico negro recomponen un mapamundi. Parecerí­a que los continentes tienen tendencia a separarse a la manera de un rompecabezas, invitando a desplazar las placas, pero el puzzle esta fijo. Obliga a contornear los continentes y bordear la pared confrontándonos cara a cara con los cuerpos dislocados en láminas que saturan la visión. "Di un cambio muy fuerte en mi trabajo, tuve la necesidad de cambiar, querí­a otra cosa. Empecé a dibujar y sobre todo concentrarme en la idea de la animación en las series, en las secuencias. La primera exposición que realicé con este tipo de trabajo la hice aquí­ en Parí­s, en el 2003, en la galerí­a de Yvon. Siento que esta exposición es la culminación o es parte de ese proceso..."
En la librerí­a de la galerí­a, la exposición continúa con un conjunto de vinilos, "Red Rorschach" y el video "Manimal" del 2005. En blanco y negro y de una duración de 5 minutos 30 segundos, aparecen siluetas de animales paralizados que comienzan a correr violentamente. Si la colección de imágenes del artista mexicano nos permite penetrar en su mundo, "Manimal" hipnotiza y nos introduce completamente en ese mundo imaginario y fantástico. "Los diferentes componentes que crean la exposición están hechos por distintos tipos de personas que están trabajando o colaborando conmigo; es por eso que veo a esta exposición como el primer resultado de ese trabajo grupal o de equipo, es verlo como mi pequeño Walt Disney, mi pequeño estudio de animación."
Su trabajo le ha llevado a ser uno de los artistas mexicanos con mayor proyección internacional del momento - pabellón holandés en la Bienal de Venecia, performances en la Tate Modern, Londres, Bienal de Tirana, Albania, Berlí­n - con proyectos que se expanden a otros campos como el discográfico con la creación del sello independiente Nuevos Ricos. "Tengo prevista una exposición en Londres y luego voy al MALBA, Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires, es la primera vez que iré a Argentina y para mí­ es importante porque México se relaciona mucho con EEUU y Europa."
Carlos Amorales es uno de los artistas mexicanos más interesantes de esa generación que se ha liberado de la estética y matriz que gira en torno a la cultura mexicana, sin dejar de tener referencias a ella. "Tengo referencias en mi cultura, como la referencia a los cráneos. Si voy al Museo de Antropologí­a de México a ver a los aztecas, la fascinación es la de no poder comprender. Hay una parte muy ambigua, por ejemplo, los dibujos son muy claros, son como muy fáciles de leer, muy frontales, pero siempre hay algo como misterioso, algo que no acabas de comprender y para mí­ ha sido muy interesante plantearme cómo hacer una imagen que sea justamente combinar eso de algo aparentemente muy sencillo pero que no acabas realmente de adquirir, y es por eso que ese tipo de relación con mi propia cultura sí­ la siento importante. Pero de ahí­ a girar todo en torno a la mexicanidad, no."
Creando una iconografí­a fantástica, juega con lo ambiguo y descubre las imágenes grabadas en la memoria colectiva, ocasionando así­ un impacto fí­sico singular. Abre nuevos horizontes y confronta al espectador con una gramática plástica inusual.

Carlos Amorales nació en 1972, en México D.F. Asistió a la Gerrit Rietveld Academie, Ámsterdam, y en 1996 continuó sus estudios en la Rijksakademie van Beeldende Kunsten, de la misma ciudad. Hacia fines de los 90 comenzó a presentar sus proyectos performáticos. En 2003 inició una etapa de dibujos digitales, animaciones y videos con sonido. Además, creó Nuevos Ricos, un trabajo discográfico junto al músico Julián Lede y al diseñador André Pahl. Amorales intervino en numerosas muestras individuales y colectivas, entre ellas Why Fear the Future?, Casa de América, Madrid (2005); Working Class Today... Tomorrow Nuevos Ricos, KBB, Barcelona (2004); Amorales vs. Amorales, Challenge 2003, Tate Modern, Londres (2003). En 2003 participó en la Bienal de Venecia, representando a Holanda. Su obra forma parte de las colecciones Jumex (México), Tate Modern (Londres), The Museum of Modern Art (Nueva York), Daros Latinoamérica (Zurich), entre otras.