FIAC 2006
Por
Avena, Patricia
Como cada año la intriga se instala: ¿qué novedades este año en la FIAC 2006? La respuesta es tangible: la migración, en forma de regreso después de 13 años, al Grand Palais. Si bien el sitio es prestigioso, por problemas de espacio y seguridad, la manifestación continuó en el marco inédito de la Cour Carrée del Louvre. La mítica nave recibió 98 galerías de arte moderno y contemporáneo con un vasto panorama de la creación del siglo XX, donde la calidad de la visita estuvo acentuada por los espacios de reposo y una circulación clara y amplia. Una estructura efímera y transparente en la Cour Carrée reunió a 62 galerías dedicadas a la creación contemporánea "emergente" y al sector de diseño, representado por 8 galerías. El Jardín de las Tullerías se presentó como un cordón de unión entre los dos espacios y si el espectador decidía desplazarse a pie podía descubrir quince obras monumentales de artistas contemporáneos como Bruno Peinado, Richard Long, Tony Cragg, Wilfredo Prieto o Franz West. A la vez discreta y sutil, Apolítico -2006- la obra del artista cubano Wilfredo Prieto, presenta 60 banderas que vuelan sobre nuestras cabezas. Se puede reconocer la de Suiza, Marruecos...sin embargo todas son negras y blancas, sólo subsiste el símbolo gráfico. A través de ese simple paso al blanco y negro, Prieto coloca a todos los países en un mismo nivel. Con ese gesto simple, como es muy frecuente en su trabajo, obliga a rever las cosas desde un ángulo diferente. Aniquila las diferencias internacionales y pone en evidencia el impacto que producen los colores sobre la percepción. Con 168 galerías contra 220 en el 2005, el número de participantes se vio reducido. Confrontados a esa situación, los excluidos crearon sus propias ferias: Off en el Espace Cardin, Show off , exclusivamente de arte contemporáneo, Diva, dedicada a la creación de videos y Slick, que con un perfil más underground presentó artistas como el argentino Mariano Favetto quien realiza una obra digital sorprendente llamada Banderas de paz. Estos "salones jóvenes e iconoclastas" intentan darle a París la energía que tanto escasea allí y que nos recuerda Londres (Frieze). Si cada año la disminución de las galerías latinoamericanas es considerable (dos en el 2005) este año la ausencia fue total. Para los artistas latinoamericanos no fue el mismo caso, ya que estuvieron ampliamente representados en las galerías europeas. Art & Public, Ginebra, presentó a Alberto Casado, Chantal Crousel, París, a Guillermo Calzadilla, Distrito Cu4tro, Madrid, a Jorge Macchi, Galerie 1900-2000, París, a Iván Tovar, Yvon Lambert, París, a Carlos Amorales y Andrés Serrano, Suzanne Tarasieve, París, a Ariel Orozco, Daniel Templon, París, a Iván Navarro. Nogueras Blanchard, Barcelona, presentó una instalación, Paseo, de Wilfredo Prieto, quien juega con lo irónico paseando una planta de interior dentro de una carretilla, y Denise René, la gran sacerdotisa del arte cinético, presentó lo más "in" del momento: el movimiento, y cautivó al espectador con obras de Soto, Cruz Diez, Gordillo, Le Parc, Pérez Flores, Demarco, Vasarely, García Rossi y Marta Boto. Más selectiva y atrayente, la nueva organización buscó dar a la manifestación una pertinencia más internacional que regional con 41 nuevos participantes. Sin embargo, una escisión muy marcada y la falta de interacción no permitió una verdadera confrontación entre lo moderno muy "clásico" y lo moderno muy "emergente". No obstante, las puertas de la FIAC se cerraron con una ostensible satisfacción de parte de los galeristas. En los pasillos resonaron los comentarios de muy buenas ventas y fueron los puntos rojos fijados al lado de las obras los que señalaron la cesión. Aun cuando la feria registró 88.000 visitantes, 5% más que en el 2005, los galeristas comentaron a coro: aún "pocos norteamericanos". Visto desde París, América esta lejos... |