CASA DAROS, RIO DE JANEIRO

Entrevista con Isabella Rosado Nunes y Eugenio Valdes Figueroa

Por Ana Martínez Quijano

La brasileña Isabella Rosado Nunes y el cubano Eugenio Valdés Figueroa, directivos de la Casa Daros en Río de Janeiro.

CASA DAROS, RIO DE JANEIRO

La Casa Daros, un imponente centro de arte de origen suizo dedicado a Latinoamérica, abrirá sus puertas el día 23 de marzo de 2013 en el barrio de Botafogo, Río de Janeiro. La muestra inaugural, “Cantos Cuentos Colombianos”, exhibirá obras del patrimonio de Daros de diez artistas representativos de ese país: Doris Salcedo, Fernando Arias, José Alejandro Restrepo, Juan Manuel Echavarría, María Fernanda Cardoso, Miguel Ángel Rojas, Nadín Ospina, Oscar Muñoz, Oswaldo Macià y Rosemberg Sandoval.

El proyecto nació en el año 2000, cuando la Colección Daros de Zurich comenzó a reunir obras de arte contemporáneo latinoamericano. Desde entonces, la colección no ha parado de crecer. Hoy, con 1.123 obras de 116 artistas contemporáneos y más de 3.500 publicaciones, Daros Latinoamérica, impulsada por el curador Hans Michael Herzog, es la colección más importante de Europa en la materia.

Arte, educación y comunicación, son los ejes del programa que Isabella Rosado Nunes, directora general de la Casa Daros en Río de Janeiro y Eugenio Valdés Figueroa, director de Arte y Educación, llevan adelante.

En el año 2006, con la intención de abrir una sede en Latinoamérica, Daros compró un edificio del siglo XIX que, en su origen fue un asilo de huérfanas y luego escuela. Origen que, como veremos, coincidió con el afán educativo del proyecto.

La restauración de más de 12.000 metros cuadrados de un eclecticismo estilístico que conjuga la arquitectura neoclásica y colonial, implicó un trabajo complejo y sofisticado.

Una hilera de soberbias palmeras imperiales de 40 metros de altura escolta al visitante a la Casa. En el frente, sobre las sólidas puertas de maderas preciosas, una estatua de Nuestra Señora de las Gracias derrama su belleza; luego, la escalinata de piedra y la solidez de los muros, acentúan la sensación de ingresar a una fortaleza. Una fortaleza cuya finalidad es preservar y estudiar el arte de nuestro tiempo. En el inmenso patio central los baldosones de granito tienen las juntas abiertas: filtran el agua de lluvia que será reciclada. En un jardín, bajo un árbol cargado de orquídeas, están las oficinas de Rosado Nunes y Valdés Figueroa. Allí conversamos sobre el optimismo que derrochan en la gestión, sobre la colección que permanecerá en Zurich, ya que sólo las obras que se expongan en la Casa surcarán el océano, y sobre la aspiración de que Guillermo Kuitca realice una Beca.

Ana Martínez Quijano: Más allá de los antecedentes y la nacionalidad, al seleccionarlos para dirigir la Casa, ¿se tuvo en cuenta este optimismo contagioso que ustedes transmiten?

Isabella Rosado Nunes: Pienso que la palabra optimismo es una palabra de Daros y de todo el proyecto. Para vislumbrar en el año 2000 lo que podría llegar a ser la colección diez años después, una persona tiene que ser muy optimista, creer en sus principios. Este proyecto se inició a través de la comunicación, cuando Hans, el curador de la colección y la dueña, Ruth, comenzaron a hablar con artistas y a visitar sus talleres. Ellos sintieron que algo iba a acontecer.

A.M.Q.: ¿Cómo surgió la idea de instalarse en Brasil?

I.R.N: No sé por qué me han elegido a mí. Pero puedo decir por qué eligieron Río. Fue después de intentar hacer algo en La Habana y darse cuenta de que allí había problemas que excedían el proyecto. Río es uno de los principales polos del arte internacional, el lugar elegido por quienes viajan a América Latina. En busca de un espacio recorrieron lugares maravillosos, pero en esta casa encontraron lo que querían: algo más que un espacio para exhibir obras. Esta casa, dedicada durante más de un siglo a la enseñanza, podía ver crecer el proyecto educativo que imaginaron desde el principio.

A.M.Q.: ¿Cómo llegó Eugenio Valdés desde Cuba?

I.R.N: Cuando Hans empezó armar la colección, iba mucho a Cuba, a las bienales y allí comenzó a comprar. Con Eugenio acostumbramos decir que la semilla se plantó ahí, que la sembró Valdés junto con Hans, Ruth y algunas personas que trabajaron en Daros y varios que todavía están aquí.

Eugenio Valdés Figueroa: Si nos remontamos al momento en que nosotros empezamos a diseñar el proyecto, sabíamos desde el principio que debíamos hacerlo por fases, porque era enorme. Hans investigaba, visitaba las bienales de San Pablo y Porto Alegre. Esto no se puede ver en forma aislada: Daros respeta mucho el pasado latinoamericano, sus modelos e instituciones importantes como el Instituto Di Tella, el Museo de Arte Moderno de Río, la Casa de las Américas, centros de gravitación que reunieron a los mejores intelectuales y abrieron rutas experimentales.

I.R.N.: La cuestión principal es cómo reunir arte, educación y comunicación en este edificio, cómo diseñar un proyecto para ser “sentido” por las personas. Hay una colección que tiene un discurso propio y, para relacionarla con la educación, escuchamos a los artistas y a un público de nuestro interés.

A.M.Q.: Toda Latinoamérica está dedicada a los programas educativos, a la investigación y a la creación de un soporte teórico.

E.V.F.: En nuestro caso hay actores, como Paulo Freire, autor de la “Pedagogía del oprimido”, que impactaron mucho el perfil pedagógico del proyecto. Freire proponía la educación de carácter dialógico. Pero antes debemos aclarar que para acercarse al arte, el camino es la educación. No hay otra manera. Hay mitos acerca de los latinoamericanos, se cree que formamos un bloque homogéneo y eso es una ficción. Los latinoamericanos no nos conocemos lo suficiente, somos distantes y en los contextos artísticos, particularmente. América Latina no se relaciona lo suficiente. Aunque hay momentos cíclicos, dispersiones o algún boom comercial.

A.M.Q.: ¿Se trata de un vacío teórico?

I.R.N: La discusión no llegó todavía hasta donde queremos. Hay temas que nos interesan especialmente. Hace cuatro años, en un plenario internacional, Eugenio propuso discutir el arte y el analfabetismo funcional. Hoy vemos iniciativas para discutir el arte y la educación, pero hay un aspecto que marca cierta diferencia en nuestro caso. Queremos que el artista sea el movilizador de los procesos educativos, que su acción no se limite.

A.M.Q.: Ustedes han elegido a Julio le Parc para la segunda muestra.

I.R.N.: Si. Luego de la exhibición inaugural. Le Parc vino a cerrar un encuentro de artistas latinoamericanos con brasileros. Eugenio puso a Le Parc a pensar para un proyecto pionero y Julio propuso sus propios ejercicios.

A.M.Q.: ¿Cuál es la inversión de Daros en Brasil?

I.R.N.: La casa costó 16 millones de reales. Pero divulgaremos la cifra cuando compremos más obras, y se sorprenderán por el buen uso de nuestros recursos.