LARRY CLARK. OBRA SELECCIONADA. 1963-1979
La galería 1MiraMadrid, en colaboración con la galería Luhring Augustine presenta la primera muestra individual del legendario fotógrafo y director de cine Larry Clark (Tulsa, EEUU, 1943) en Madrid.
Antes de ser director de cine, Larry Clark hizo su nombre en el marco de la fotografía documental. Entre sus libros más reconocidos se encuentran Tulsa (1971) y Teenage Lust (1983), una especie de autobiografía que, según él, recrea a partir de imágenes de otros, su adolescencia.
Una vida turbulenta.
Vuelto de Vietnam, a sus veinte años, Clark llega a su pueblo natal Tulsa, donde compartió vivienda con una prostituta y juntos consumían heroína. La época entre los 60s y finales de los 70s que se exhibe ahora en Madrid nos trae a un Clark intimista. Sus primeros trabajos (en blanco y negro) ofrecen una mirada intrusa, como la de un infiltrado o alguien que justo andaba por ahí y tenía una cámara en mano. El sexo, las drogas y la violencia son capturados a través de una lente que difumina los límites entre voyeurismo y fotoreportaje. ¡Advertencia! Las siguientes imágenes pueden herir su sensibilidad. Son de tal frontalidad las fotografías que no están permitidas las dubitaciones. Las imágenes que cazó reviven el caos de la vida real que él llevaba a finales de los años setenta: desde un niño peinado a lo James Dean jugando con un arma en la boca hasta bacanales lisérgicas de adolescentes al aire libre. El desgarrador tono realista, crudo y sencillo (a primera vista) de su trabajo fue admirado por Gus Van Sant y Martin Scorsese que lo citó como una influencia clave para la estética que trabajaría en Taxi Driver.
Lo excepcional de su obra es la exposición de los marginados, los sin voz, los apartados y humillados por no querer pertenecer a un sistema que los reprimió y excluyó.
Clark describe esta etapa de su vivencia como una vida de ostracismo. En blanco y negro y en una fotografía cargada de grano, el artista define el estilo descarnado que más tarde adoptarían Nan Goldin, Antoine D’Agata y la camada de fotografía documental subsiguiente. Quedará preguntarse en otro escrito si la postura ante la cámara de estas reproducciones es honesta o de explotación.
Si de algo no hay duda, es de la invariable capacidad de shock que perdura en estas fotografías desmitificadoras de las felicidades ligeras y transitorias de una comunidad consumida por el consumo. Jóvenes ‘yonkies’ de cuerpos atléticos, y ladrones estafados por la promesa de un falso porvenir mejor, son los personajes que explotan los límites de su cuerpo para ser iluminados una única vez por la cámara y que habitarán para siempre así gracias a la “instantánea”.
Esta serie de fotografías documentan encuentros que quizás no puedan llamarse ni dionisíacos. Donde jóvenes suburbanos americanos contemporáneos a Vietnam comparten un sinfín de sustancias, encuentros sexuales, violencia y altercados con la policía. Es solo en la mirada de estos personajes autodestructivos donde perdura la inocencia y la búsqueda de una excitación que el mundo al que pertenecían nunca les ofreció.
El cine de Larry Clark
En simultáneo a la primera semana de exposición habrá un ciclo de cine en la sala Artistic Metropol en el que podrán verse tres de sus filmes: Kids (1995), Another Day in Paradise (1998) y Ken Park (2002).
Kids fue su primer proyecto cinematográfico de larga duración. El controversial film retrata un día en la vida de un grupo de chicos que viven en Nueva York haciendo skate, bebiendo alcohol y fumando. Con guión de un joven Harmony Korine, de apenas diecinueve años, el film presenta el debut actoral de Rosario Dawson y Chloe Sevigne. La película sería el principio de la carrera cinematográfica de Clark y Korine que solo volverían a trabajar juntos en Ken Park (2002).
El New York Times la describió como “un llamado de atención al mundo moderno” mientras que en muchos países fue censurada y criticada con una desaprobación total. Este relato salvaje de coming of age, en una era pre-internet y pre-celular, plasma una concepción del sexo desvinculado al amor romántico y una vida y un futuro que gira en torno a la nada y en estar en casa lo menos posible.