BOLIVIA: SONIA CUNLIFFE EN LA DÉCIMA BIENAL INTERNACIONAL DE ARTE SIART
En el marco de lo que fue la décima Bienal Internacional de Arte SIART, en Bolivia, que termina mañana, la artista Sonia Cunliffe representó a Perú con el proyecto El Guerrillero Heroico. A través de la fotografía de archivo y la apropiación de objetos, la artista peruana reconstruye el escenario político revolucionario en América Latina luego de la revolución cubana.
Basada en la novela Los nuevos juguetes de la Guerra Fría, de Juan Manuel Robles, Cunliffe construye su obra a partir de la fotografía, la investigación archivística y la apropiación. De esta forma, el trabajo alude a El Guerrillero Heroico de la Embajada de Cuba, escuela a la que asiste el protagonista de la novela de Robles.
En aquella escuela boliviana que el autor describe en la novela, los niños celebraban momentos históricos para la revolución cubana, elogiaban a intelectuales que creían en la revolución y figuras políticas como Fidel Castro y Camilo Cienfuegos:
“Un día, fuimos al lago Titicaca para dejarle flores a Camilo Cienfuegos. La maestra me había dicho que en La Habana los pioneros tenían la costumbre de homenajear a Camilo, que había desaparecido cuando su avión se cayó al mar poco después del triunfo de la Revolución. Todos los años, los pioneros se iban al malecón y le echaban flores. Y como Bolivia no tenía mar, a ella se le ocurrió que debíamos ir al lago”- (fragmento de Los nuevos juguetes de la Guerra Fría, de Juan Manuel Robles).
Haciendo intertextualidades con la novela, la instalación de Cunliffe se construye a partir de una bandera cubana elaborada en capas, la pañoleta original que formaba parte del uniforme de los alumnos de la escuela y un audio. Ese último es el matutino de una escuela cubana y Fidel Castro leyendo la carta dedicada al Che Guevara con motivo de su retirada a Bolivia.
Así, El Guerrillero Heroico pone en evidencia el folklore político de una de las épocas más relevantes de la historia latinoamericana. En palabras de Joaquín Sánchez, uno de los artistas curadores de la bienal, la reconstrucción que hace Sonia Cunliffe “proyecta una tridimensionalidad de capas de memorias íntimas y humanas. Historias cruzadas, marcadas por el tajo de la vida".