BUENOS AIRES: UN BRAQUE EN LAS PAREDES DEL MUSEO NACIONAL DE BELLAS ARTES
El Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) de Argentina incoporó a su colección una pintura del reconocido artista francés George Braque (1882- 1963). La obra en cuestión es Un assis à la corbeille de pommes (Sentado sobre el canasto de manzanas), pintura producida por Braque en 1925, cuando ya residía en París. Alejado ya de las corrientes clásicas y su temprana fascinación con el fauvismo, esta pintura representa su inmersión dentro del cubismo, movimiento fundado por Pablo Picasso –amigo de Braque- y muy explorado por Braque, en la actualidad consagrado como uno de los grandes artistas cubistas detrás del pintor español.
Un assis à la corbeille de pommes (óleo sobre tabla de 92 x 73 cm ) fue donada al museo por el diseñador y artista plástico argentino egresado de la Escuela Nacional de Bellas Artes –donde dicta clases de Dibujo-, Alberto Churba. La obra formaba parte de la colección particular de Churba e integra una serie de pinturas al óleo y grandes dibujos de desnudos. Andrés Duprat, director del MNBA, declaró su entusiasmo frente a la donación: “Estamos muy contentos y agradecidos con el gesto de altísima generosidad de Alberto Churba. El Museo no poseía ninguna pintura de Georges Braque, y ello representaba una ausencia notable, ya que en la colección poseemos obras importantes de muchos de sus contemporáneos, como Fernand Léger, Pablo Picasso, Marc Chagall, Paul Gauguin y Vassily Kandinsky, entre otros”.
En este momento la pintura de Braque está bajo la tutela de la Gestión de colecciones del Bellas Artes. Desde el museo comunicaron que muy pronto estará en exhibición en la sala 28 del primer piso, junto a otras pinturas y esculturas pertenecientes al periodo de vanguardias europeas y rioplatenses de principios del siglo XX, entre ellas las de su amigo Pablo Picasso.
Considerado uno de los fundadores del cubismo, Georges Braque fue ilustrador, escenógrafo, escultor y grabador. Como muchos artistas occidentales que se desarrollaron durante los periodos de entre guerra, el pintor francés estuvo en las trincheras. Sin abandonar el cubismo, su obra luego de la primera Guerra Mundial estuvo centrada en la producción de naturalezas muertas, figuras humanas y paisajes.
“Gran parte de la colección histórica del Museo proviene de donaciones privadas; es alentador constatar la vigencia de esta práctica en la actualidad. Este tipo de gesto nos llena de orgullo, genera confianza y reafirma la importancia del Museo Nacional de Bellas Artes”, explicó Duprat.