Consuelo Castañeda: For Rent
Americas Society, Nueva York
El sentimiento de no pertenencia y desarraigo es una de las vivencias más controvertidas por las que pasa el emigrado en ese trance perenne que es la pérdida del espacio originario y la adecuación al sitio que lo acoge. En este perpetuo ejercicio de desdoblamiento del yo, el cuerpo pasa a ser el único recinto físico habitable. El resto, siempre transitorio, es algo que tomamos prestado y que, al fin y al cabo, no nos pertenece.
La excelente propuesta de Consuelo Castañeda en For Rent parte de este sentido de préstamo que ha obsesionado a la creadora desde el comienzo de su carrera artística y que encuentra una nueva connotación en el acto migratorio. Basta un somero recuento de algunos de los títulos de sus exposiciones personales: Finding The Self (Art @Work, 2008), To be Bilingual (Fred Snitzer, 1995) y ahora For Rent (Americas Society, 2011), para evidenciar este interés en la indagación en la experiencia de descentramiento del yo.
En For Rent, la artista se apropia de su propia vivencia estableciendo un paralelo entre su historia personal y la del edificio que hoy ocupa Americas Society, que otrora fuera sede de la Misión soviética en las Naciones Unidas durante el período de Guerra Fría. Así, el edificio se convierte en una parábola existencial acerca de la diferencia y la tolerancia, el yo y el otro, el este y el oeste, en un momento en el cual la aceptación de los inmigrantes en suelo americano está sobre lamesa de discusión. Partiendo de esta idea central, Castañeda transforma el edificio en una colosal instalación que comprende tres ambientes fundamentales. En el primero, Guantanamera, se apropia del documental homónimo de Ross Birrell y David Harding. El documental, realizado después de la renuncia de Fidel Castro en 2009 y filmado en La Habana y Miami, utiliza la canción cubana más conocida: La Guantanamera, cuya letra son versos del poeta y mártir cubano José Martí. La presentación del documental en dos canales paralelos crea un efectivo sentido de contrapunto de la identidad escindida. Como en una pelea de gallos, se enfrentan dos voces encontradas, dos puntos de vista, dos destinos, los cuales paradójicamente entonan al unísono esta suerte de himno de la identidad cubana.
En una segunda sala, Castañeda interviene Reticulárea, uno de los trabajos más emblemáticos de Gego (Gertrude Goldschmidt), epígono del arte moderno venezolano. La intervención de la obra, creada para Americas Society en 1969, establece un interesante paralelo y tributo a la artista alemana de origen judío cuya nacionalidad fue anulada en 1935 tras el ascenso de las fuerzas nazis al poder. La flexible estructura portadora de mensajes de adaptación y espíritu libre introduce al espectador en una cosmogonía enaltecedora. La última sala, por su parte, funciona como una retrospectiva del copioso y variado quehacer de Castañeda que incluye pintura, fotografía, instalación, collage, diseño gráfico, entre otros. Aprovechando la idea de empapelado que la artista ha explorado con antelación, las paredes de la habitación son tapizadas con un impresionante collage que ocupa toda la sala amodo de cronología visual que comprende más de cuatro décadas de creación.
Es grato revisitar obras suyas como Botichelli, Hokusai y los tiburones (1986) Tiziano-Barbara Kruger (1987), Una historia contada en 70 páginas (1988) o Lichtenstein y Los Griegos (1989), piezas cruciales que marcaron la escena renovadora de los ochenta en Cuba y donde se evidencia el gusto por la apropiación y el pastiche que distinguen a esta creadora.
El interés temprano por la pesquisa histórica en la obra de Castañeda está relacionado con el hecho de que en Cuba, y como consecuencia de las condiciones de una sociedad cerrada al mundo hasta la caída de Europa del Este, la mayoría de las obras claves de la historia del arte llegaban a manos de los artistas a partir de diapositivas con colores distorsionados, reproducciones a veces en blanco y negro, o comentarios de tercera mano1.
Como exponentes de la fuerte raigambre conceptual de la artista, la exposición incluye las obras que también forman parte de la excelente muestra y serie To Be Bilingual, tales como Lesson 02: Verbs (1994) y Lesson 05: Art (1995) o de fecha más reciente, Through The Looking Glass (2007). Jugando con el pastiche, la cultura urbana y el pop se imponen las series Tatto (2006) y Finding the Self (2007-2008) en las que la artista se apoya en iconos de la cultura americana como Popeye, Mickey o Pinocho para discursar acerca del desdoblamiento del yo, la reiteración ad infinitum -típica de la sociedad de consumo- y el vaciamiento de sentido.
La retrospectiva hace también referencia al decurso de la obra de la artista desde las tempranas instalaciones de carácter efímero realizadas como miembro del grupo Hexágono2 y otras más recientes como Metástasis (1996) y Cybernetic Information Center (2000). De un profundo sentido autorreferencial, la obra de Consuelo Castañeda participa del espíritu de remix que distingue la cultura contemporánea. Desde el punto de vista conceptual, su propuesta es siempre una revisión de preceptos sociales y culturales que predeterminan nuestro comportamiento y lastran nuestras libertades individuales. La Historia del Arte, la cultura popular urbana o el propio cuerpo devienen en los medios propicios para vehicular ese mensaje, desmantelando la falacia de una moral preconcebida y rígida, e incitándonos de este modo a la reflexión y al diálogo abierto.
1 El juego con la historia del arte y la reconstrucción de la historia están en la base de dos muestras cruciales del temprano quehacer de Castañeda: ¿Quien la presta los brazos a la Venus de Milo? (Teatro Nacional de Cuba, 1987) y La Historia reconstruye la Imagen (Castillo de la Real Fuerza, La Habana, 1989).
2 Formado en 1982 y con un interés por la intervención efímera del espacio, el grupo Hexágono buscaba desde una perspectiva multidisciplinaria, mantener la individualidad creadora bajo el prisma colectivo. El grupo estaba Integrado por Consuelo Castañeda, Humberto Castro, Antonio Eligio (Tonel), Abigail García, Sebastián Elizondo y María Elena Morera.