EL MUSEO GUGGENHEIM BILBAO INCORPORA UNA INSTALACIÓN DE LUCIO FONTANA

En el imponente Atrio del Museo Guggenheim Bilbao, como consecuencia de una colaboración entre el museo y la Fondazione Lucio Fontana de Milán, se exhibe la instalación Estructura de neón para la IX Trienal de Milán.  La obra del emblemático Lucio Fontana (Rosario, Argentina, 1899 – Varese, Italia, 1968) fue concebida por el artista en 1951 como una obra cuya composición desafía los límites de disciplinas tan diversas como el dibujo, la escultura, el diseño y la iluminación. En 2019, en el marco de la exposición Lucio Fontana, el museo había exhibido esta estructura de dimensiones desmesuradas. Esta vez, la obra permanecerá en el Guggenheim Bilbao durante tres años.

Ph: Guggenheim Bilbao Museum

Si bien la trayectoria del artista italo-argentino es reconocida por sus lienzos de gran formato cortados —principalmente su serie de Concetto Spaziale (Concepto espacial), elaborada durante los años 50 y 60— la obra instalada para formar parte de la exposición permanente del Guggenheim Bilbao se inscribe en una etapa de experimentación anterior y crucial en la carrera del artista.

Con el deseo de desplazar el arte de pared y caballete para lanzarlo hacia las posibilidades que ofrece el espacio, en 1947 Fontana fundó el denominado Movimento Spaziale, también conocido como Espacialismo. Su trabajo, hasta entonces, estaba dominado por la escultura. De regreso en Italia el artista se introdujo en los campos de la abstracción y la exploración de los materiales, trasladando las características de lo escultórico a la producción de estructuras que hacían del vacío un nuevo espacio expositivo. Estas piezas, según explicaba él, pretendían interpelar el espacio desde la experiencia cromática y gestual en constante diálogo con los conceptos de temporalidad, volumen y profundidad. “El neón creado para la IX Triennale di Milando de 1951”, explica Paolo Laurini, presidente de la Fondazione Lucio Fontana, “puede ciertamente ser considerada una de las obras más representativas e icónicas del artista; ejemplo absoluto de su creatividad rupturista”.

   

     

Por otra parte, Fontana siempre tuvo un vínculo directo con los arquitectos, a quienes, según Laurini, “consideraba cercanos por su sensibilidad espacial”. Este detalle no es menor dado a la importancia que el edificio del Museo Guggenheim Bilbao, diseñado por el arquitecto canadiense Frank Gehry a finales de los años 90, tiene para la arquitectura moderna. En este sentido, la inclusión de la obra de Fontana al Atrio del museo interpela el espacio concebido por Gehry intensificando y desafiando sus cualidades arquitectónicas.

En última instancia, Estructura de neón para la IX Trienal de Milán es también una expresión fundamental en el contexto de un museo de arte contemporáneo. Realizada a mediados del siglo XX, el empleo del material tecnológico —en este caso la luz de neón— como medio para la composición artística supone un gesto de quiebre clave para la época. Y no cabe dudas de la influencia que este trabajo, y toda la obra de Fontana en general, tuvo en artistas posteriores tan diversos como Klein, Oteiza o Soto.