EL SALÓN DE LOS CAPRICHOS

Por Matías Helbig

Con una inauguración abierta al público, el Museo Moderno de Buenos Aires (MAMBA) presenta el 7 de marzo El Salón de los Caprichos, una exposición antológica del artista porteño Max Gómez Canle (Buenos Aires 1972). Concebida, no como una retrospectiva, sino como un recorrido lineal por las influencias formales y narrativas que Gómez Canle pone de manifiesto en sus obras, la exposición se sumerge en la historia del arte desde su propia producción y establece un diálogo con el oficio de crear imágenes y la reminiscencia de estas en el inconsciente.

Ventana, 2009, Max Gómez Canle.

Consagrado dentro de una generación de pintores que asumieron gran popularidad a finales de los 90 y principios de los 2000, donde junto con Juan Becú, Alejandro Bonzo y Nahuel Vecino se ganaron el nombre de Los Caballeros del Caballete, Max Gómez Canle es un artista con una carrera prolífica en la escena contemporánea argentina y latinoamericana. Siendo esta una de las exposiciones más grandes y, seguramente, importantes en su carrera, el artista de las galerías Ruth Benzacar (Buenos Aires) y Casa Triângulo (San Pablo) trae al Museo Moderno de Buenos Aires una exposición sin precedentes.

El Salón de los Caprichos”, explica Gómez Canle, “está planteada casi como una gran instalación, a la manera de un gran salón de pintura donde uno se puede sumergir en la pintura de todos los tiempos, pero desde mi propia obra”. Las pinturas reunidas van desde el año 1999 hasta sus producciones más recientes. Recopilando todo ese material, la muestra no se extiende cronológicamente, sino con relación a los elementos formales y narrativos que cada pieza posee. De esta forma, el espectador se introduce en las diferentes tradiciones de la pintura, pero desde el paisaje hiperrealista y casi siempre figurativo de Max Gómez Canle.

Por un lado, en cuanto a su carácter de instalación, el artista destacó que toda la exposición se sujeta a un diálogo que esta antología establece con una nueva propuesta: una pintura de grandes dimensiones exhibida en el centro de la sala, “como si fuese el fondo de todas mis pinturas, donde todas ellas pueden entrar”, sugirió. Esto es una novedad en la producción de Gómez Canle y sus procesos narrativos ya que sus pinturas y esculturas siempre adquirieron dimensiones medianas, de tamaños humanos explicó en otra oportunidad.

   

   

Por el otro, y haciendo hincapié en la vigencia de la pintura como productor del imaginario visual y fantástico de los seres humanos y las sociedades, se exhibe en la ante sala del Moderno un subgrupo de obras bajo el rótulo Los Fósiles. Lo que motivó este lado B de la muestra es, justamente, el enfoque reflexivo sobre la producción pictórica. En palabras del artista: “Pensar mi propia producción y la imaginería de la propia pintura en un estado fósil futuro”. Esta serie, entonces, se dispone como una especie de radiografía o sedimento de los paisajes de Gómez Canle. “Son el resto que pueden llegar a dejar estas imágenes, y esa capacidad que tienen para permanecer en la retina”.

El Salón de los Caprichos inaugura permanecerá en el museo hasta el 11 de agosto. No solo se trata de una oportunidad excelente para apreciar la obra de uno de los referentes de la pintura contemporánea argentina, sino que también es la oportunidad para experimentar un viaje dentro de un universo genuino y desconocido.