IAC
En el escenario brasileño, donde aún se nota la ausencia de centros culturales con una programación mínimamente coherente en los que una secuencia de exposiciones y eventos sea claramente pautada por una visión de conjunto y no meramente por las circunstancias (o con mayor frecuencia, por las dificultades) del momento, el Instituto de Arte Contemporáneo (IAC), inaugurado en San Pablo en 2006, constituye una saludable excepción.
Fruto del esfuerzo y la dedicación de la galerista Raquel Arnaud, el IAC nació con el propósito de preservar, estudiar y divulgar la obra y fundamentalmente la documentación (es decir, la correspondencia, proyectos, material impreso o manuscrito, etc.) de cuatro de los artistas brasileños más importantes de la segunda mitad del siglo XX: Amilcar de Castro (Paraisópolis, 1920 – Belo Horizonte, 2002), Mira Schendel (Zurich, Suíza, 1919 – San Pablo, 1988), Sergio Camargo (Río de Janeiro, 1930 - 1990) y Willys de Castro (Uberlândia, 1926 – San Pablo, 1988). La matriz constructiva y concreta, que fuera un factor determinante para el desarrollo del arte brasilero a partir de la década de 1950, marca profundamente el estilo maduro de Amilcar de Castro y Willys de Castro, ambos bastante comprometidos en los intensos debates que acompañaron el surgimiento en Brasil de los movimientos concreto y neoconcreto (este último fundado en 1959 por el propio Amilcar de Castro, entre otros, y al que también adhirió Willys de Castro), pero independientemente de estas características comunes, el conjunto de los artistas escogidos podría resultar sorprendente por cuanto, a pesar de pertenecer todos a la misma generación, utilizaban recursos bastante diferentes. La apertura a la experimentación en campos complementarios a los de la práctica artística, por ejemplo, marca significativamente la trayectoria de Amilcar de Castro, que ejerce un rol relevante como diseñador gráfico, y principalmente la de Willys de Castro, que fue también poeta, traductor, figurinista y hasta cantante (barítono), y contrasta con la metodología de trabajo casi monástica de Mira Schendel y Sergio Camargo, caracterizada por sutiles variaciones sobre unos pocos temas y por la repetición incansable del blanco (ya sea en el papel o en el mármol). Además, ninguno de ellos hizo del concretismo un dogma a ser adoptado o estigmatizado: habiendo abandonado la figuración al comienzo de la década de 1960, la escultura de Sergio Camargo se acercó a los estilos más constructivos por otra vertiente, particularmente a través del Op Art, con el cual se relacionó a su producción en un primer momento. Consagrado con la asignación de salas especiales en la XXXIII Bienal de Venecia (1966) y en la IV Documenta de Kassel (1968), fue refinando progresivamente su vocabulario, aparentemente elemental y sintético debido a su composición basada en pocas formas elementales, combinadas siempre de manera extremadamente elegante. Por último, las obras delicadas e intensamente poéticas de Mira Schendel, para quien el constructivismo está lejos de constituir una referencia preponderante, representan un caso aparte. Extremadamente personales, sus pinturas y principalmente sus obras sobre papel, constituyen una silenciosa demostración de la potencia que puede derivarse de una obra enrarecida, aparentemente casi vacilante, y que aun así no elude confrontar ciertos temas de gran densidad filosófica.
Si el grupo de artistas representados parece, por lo tanto, heterogéneo, ese dato, en lugar de disminuir la relevancia de la misión del IAC, aumenta el interés en sus actividades, sobre todo teniendo en cuenta que está previsto incrementar, en los próximos años, la cantidad y la variedad de artistas, con la inclusión, además de nombres históricos como Alfredo Volpi, Oswaldo Goeldi y Lothar Charoux, de una artista aún en plena actividad: Iole de Freitas, nacida en Belo Horizonte en 1945, y que fue una de las destacadas en la última Documenta de Kassel, para citar apenas una de las numerosas exposiciones nacionales e internacionales en las cuales participó. La selección de artistas cuyos acervos documentales pasarán a ser preservados y estudiados por el equipo del IAC la realiza el consejo curatorial de la institución, que avala tanto la representatividad del artista en el contexto de la historia del arte de Brasil como la relevancia del fondo de documentos existente. Se trata, evidentemente, de consideraciones que podrían definirse como“técnicas”,esdecir, basadas no en algún tipo de rasgo histórico o temático, sino en consideraciones relativas a qué es relevante y merece ser preservado, desde una perspectiva histórica. El IAC inaugura así en Brasil un formato de institución bastante innovador y original en cuanto a que es la actividad expositiva la que marca los rumbos y las exigencias académicas y de investigación y no a la inversa. Es significativo y hasta coherente, en este sentido, que la cantidad de obras de arte de propiedad del IAC sea extremadamente limitada, reduciéndose prácticamente a un fondo de apenas algunas decenas de obras de Mira Schendel. El resto del acervo de la institución está formado básicamente por documentos de archivo, que a pesar de ser, aparentemente, poco atractivos para un público lego, constituyen un material extremadamente rico y estimulante para curadores e investigadores. La muestra curada por Lorenzo Mammi en 2009, titulada Desenho e Design: Amilcar de Castro e Willys de Castro, mostraba los puntos de contacto entre los dos artistas (especialmente en el ámbito artístico y del diseño, gráfico en el caso de Amilcar, y tanto gráfico como de modas, en el de Willys) a través, en gran medida, de ese material de archivo, lo que resultó en una de las exposiciones más interesantes realizadas por el IAC hasta hoy. Más recientemente, el IAC inauguró la primera de una serie de exposiciones enfocadas en importantes colecciones particulares nacionales, que se propone mostrar, en una secuencia anual a lo largo de los próximos dos años, acervos de gran valor, la mayoría de los cuales permanecen, sin embargo, casi desconocidos. En un país en el que las políticas de adquisición de los museos públicos con frecuencia no están a la altura de lo esperado, esa iniciativa podrá tener un papel relevante en lo referente a llenar algunas lagunas en el conocimiento del arte reciente de Brasil.