IRENE KOPELMAN, ENTRE LA CIENCIA Y EL ARTE

En la galería mexicana LABOR (Miguel Hidalgo 11830, Ciudad de México), la artista conceptual Irene Kopelman (Córdoba, Argentina, 1974) presenta hasta el 5 de junio Puntos Cardinales. Luego de dos años de trabajo de investigación alrededor de los ecosistemas argentinos, Kopelman desarrolló esté proyecto exhaustivo haciendo foco en las relaciones sociales y ecológicas del paisaje.

Irene Kopelman. Ph: LABOR.

El punto de partida de Puntos Cardinales fue una conversación en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA) entre el curador español Agustín Pérez Rubio –entonces director artístico del museo- y la artista en el marco de una exposición homónima en el museo argentino. La exposición en LABOR se concibió, de esta forma, a modo de diálogo: por un lado, la visión de especialistas –científicos-, por el otro, la mirada de Kopelman. Así, la esfera científica se fusiona con la esfera del arte. Del campo objetivizador, al campo donde el sacrificio del rigor da lugar al objeto cultural. Una especialidad de la artista argentina que, a lo largo de su carrera, se ha posicionado sobre esa medianera que separa a ambos campos de estudio.

Para la producción de Puntos Cardinales, Irene Kopelman incorporó metodologías científicas, convocó a un grupo de investigadores y colaboradores, y desarrolló campañas en conjunto con colectivos científicos. El proyecto hizo foco en los territorios de la Pampa de Achala, en las sierras cordobesas, para trabajar en torno a las especies invasoras y la basura. Además, Kopelman investigó la ecología floral del Litoral (región que ocupa la provincia de Entre Ríos y la provincia de Corrientes), participó en estudios en los laboratorios de bilogía marina del Instituto de Biología de Organísimos Marinos de Puerto Madryn (provincia de Chubut), y recorrió junto a geólogos y paleontólogos del Centro de Investigaciones en Ciencias de la Tierra el territorio sanjuanino –el denominado paisaje rojo- recolectando materiales para pinturas posteriores.

EL resultado, una obra que se constituye como una suerte de compendio, o aproximación, de las ciencias naturales al discurso poético-visual. Es dentro de este registro exhaustivos e híbrido –proviene de campos tan diversos como la ecología, la biología, la geología y la paleontología- que Kopelman construye el relato artístico que aborda todas estas temáticas y, simultáneamente, crea nuevas perspectivas desde los cuatro puntos cardinales.