José Costa Peuser: la partida de un constructor de redes
Morir en los lugares que se aman en cierto modo es cumplir puntualmente esa cita ineludible con el destino para la que tal vez nunca estamos preparados. Por eso sorprendió tanto la muerte de José Costa Peuser, editor de la revista Arte al Día México, ocurrida en el centro histórico de su amada Oaxaca, a causa de un infarto fulminante en esa ciudad que es inseparable de la noche del alma indígena.
José, argentino de nacimiento, hizo de todo México su casa, pero estableció allí uno de los puntos más fuertes de distribución de la revista que fundó y dirigió de modo independiente a su edición internacional. Le interesaba construir “redes sociales e informativas” y sin llegar a plantearse como un crítico defendía el ejercicio del periodismo cultural independiente.
Sin hipocresía, José admitía: “El escenario teórico e intelectual se ha fusionado con el mercado del arte convirtiéndose ambos en un escenario global”. El reto que asumía desde su revista era ayudar a la penetración de ese escenario haciendo un seguimiento a la incidencia potencial del arte mexicano y latinoamericano.
En una de las muchas editoriales que hizo en Arte al Día México afirmó: “El reconocimiento de un mercado de consumo, nos libera del mismo para tomarlo sólo como un punto de partida en la evaluación apreciativa o teórica de los actores culturales del mercado”. De esta forma, planteaba su publicación como un producto cultural abierto al continuo mejoramiento en el que dio cabida a los artistas icónicos, a las Bienales nacionales e internacionales, pero también a eventos como las ferias. Paralelamente, apoyó, por convicción, a artistas que estaban por fuera del establecimiento. Un centenar de personas, en su mayoría ligadas al mundo de la cultura, lo despidieron en la ceremonia de entierro en el D.F como una muestra de afecto y reconocimiento a la labor que hizo en esa década en la que se estableció en México y que coincidió con la gran internacionalización de la escena mexicana. Varios artistas destacaron su compromiso en el acompañamiento a su propio proceso de formación.
Para José Costa Peuser -cuyo temperamento sensible y su manera de bordear con inteligencia las zonas del caos lo acercaban de un modo especial al universo artístico-, la construcción de un escenario de credibilidad estaba ligada también a la apertura de nuevos mercados. Esa fusión entre la ética de una filosofía para la mirada y la realidad del consumo fue parte de su búsqueda vital, interrumpida por una partida que deja la sensación de una pérdida en quienes lo trataron y acompañaron en su trayectoria. La continuación del medio que fundó y que soñó engrandecer, será el mejor modo de mantener viva su memoria.