"LA PLENITUD DEL COLOR: PINTURA DE LOS 60" EN EL GUGGENHEIM NUEVA YORK
Organizada por Megan Fontanella, la exposición reflexiona sobre varios de los distintos y complejos cursos que el arte no representativo ha seguido en las décadas de 1960 y 1970, e incluye obras de Helen Frankenthaler, Morris Louis, Kenneth Noland, Jules Olitski, entre otros.
En la década de 1960, un grupo de pintores de vanguardia comenzó a impulsar la abstracción en nuevas direcciones, lo que llevó a la aparición de varios estilos divergentes. Frankenthaler aplicó lavados acrílicos diluidos al lienzo sin imprimar, saturándolo ricamente como un tinte, y Louis, Noland y Olitski vertieron, remojaron o rociaron metódicamente pintura sobre los lienzos, eliminando así la apariencia gestual que había sido fundamental para el expresionismo abstracto en el 1940 y 1950.
En estas nuevas obras, figura y fondo se vuelven uno y lo mismo, unidos a través del color. Mientras que Alma Thomas aplicó hábilmente la teoría del color utilizando marcas expresivas, otros abordaron las relaciones de forma y color a través de investigaciones de la percepción óptica o produjeron composiciones geométricas precisas que, como describió el curador de Guggenheim Lawrence Alloway en 1966, “combinaban economía de forma y pulcritud de superficie con plenitud de color".
La plenitud del color: pintura de la década de 1960 refleja el compromiso histórico del museo con este período artístico y, aunque está lejos de ser exhaustivo, busca proporcionar un punto de partida para el crecimiento futuro de la colección que pueda ilustrar aún más la riqueza de la pintura del siglo XX.