LIMINAL, UNA ANTOLOGÍA DE LEANDRO ERLICH EN EL MUSEO DE ARTE LATINOAMERICANO DE BUENOS AIRES
En el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA) inauguró LIMINAL. Concebida por Leandro Erlich (1973, Buenos Aires) como una de sus exposiciones más ambiciosas, la muestra es la primera antología retrospectiva en América de todos sus trabajos desde mediados de los 90 hasta la actualidad. Bajo la curaduría de Dan Cameron el museo argentino hospeda hasta el 27 de octubre las obras de uno de los artistas contemporáneos más relevantes de la escena local, americana e internacional.
Entre las veintiuna obras instalaciones que intervienen el MALBA se encuentran algunas célebres: La pileta (1999), obra que presentó Erlich en el 2001 en el marco de la Bienal de Venecia en representación de Argentina, y que se exhibe por primera vez en dicho país; La vereda (2007); Puerto de Memorias (2014); El Aula (2017). Además, una serie de proyectos desarrollados en co-producción del MALBA con el Estudio Erlich a lo largo del año, entre ellos la instalación Invisible Billboard, exhibida en la explanada del museo.
Aludiendo a un espacio que asoma dentro de otro pero que remite tan solo al cruce de esas dos esferas, sujetando la experiencia en un estado de limbo, de una existencia relativa, nace el título de la exposición: LIMINAL, que por definición es aquello que concierne al comienzo de alguna cosa. De eso se trata no la muestra del MALBA, sino del cuerpo de obra de Erlich, balancearse en un péndulo de la experiencia previa y la realidad nueva. En palabras de Cameron: “El impacto acumulado de experimentar varias obras de Erlich en una sola exposición intensifica nuestra conciencia de una dualidad inherente a lo real, y hace que nos preguntemos en qué circunstancias podríamos afirmar con seguridad que estamos efectivamente aquí o allá”.
Para producir estas sensaciones, los trabajos de Erlich exhibidos en el MALBA simulan los espacios cotidianos –como puede ser un aula escolar/universitaria, una pileta o un salón de belleza- y los matiza, sutilmente, con elementos que asombran por su rareza, pero que el espectador los incorpora al escenario de forma verosímil, con absoluta naturalidad. Con elación a esta libertad y capacidad que tiene Erlich para introducir al visitante en un pacto de lectura sui generis, el artista uruguayo Luis Camnitzer, en el catálogo producido por el museo, escribe: “Más allá de los órdenes arbitrarios, la obra de Leandro desafía la palabra “orden” tanto en su autoridad como en su organización. Lo hace insidiosamente (en vernáculo se diría “con mala leche”), porque no desordena, como sería lo obvio, sino que sustituye. La autoridad parece mantenerse y la organización también. Así, después de todo, lo imposible parece posible, lo absurdo se convierte en racional, y lo conocido se pone en duda hasta que llega a tocar lo desconocido”.
Conocido en la argentina por robar la punta del obelisco de la Avenida 9 de Julio –monumento central de la Ciudad de Buenos Aires, que representa los 400 años de la fundación de la ciudad-, Leandro Erlich se hace cargo de transformar el MALBA hasta octubre. En coincidencia con la exposición Próximamente que se exhibe en Ruth Benzacar Galería, Buenos Aires presenta una oportunidad única para comprender y experimentar el imaginario de uno de los más grandes artistas contemporáneos de su país. “En el universo paralelo de Erlich, las escaleras no llevan a ninguna parte, los ascensores no paran en destino, los espectadores pasivos se convierten en participantes activos, las nubes adquieren nuevas características físicas y la solidez de los espacios edificados resulta ser una fugaz ilusión óptica”, explicó Cameron.