LORENZA BÖTTNER, EL ARTE COMO ACTIVISMO
Hasta el 3 de febrero, en La Virreina Centre de la Imatge (Barcelona, España) se exhibí una retrospectiva dedicada a la artista chilena Lorenza Böttner (Punta Arenas, Chile, 1959 – Múnich, Alemania, 1994). La exposición, producto de una coproducción entre La Virreina Centre de la Imatge y el Württembergischer Kunstverein Stuttgart (Stuttgart, Alemania), inauguró principios de noviembre y fue construida bajo la curaduría de Paul B. Preciado con la colaboración de Viktor Neumann, Pere Pedrals y Andrea Linnenkohl.
Réquiem por la norma –título que lleva la retrospectiva- es la primera exposición monográfica sobre la trayectoria de Lorenza Böttner que se realiza en dimensiones internacionales. Considerada una de las críticas más audaces a los procesos de discapacitación, desexualización, internamiento e invisibilización a los que son sometidos los cuerpos con diversidad funcional y los cuerpos transgénero, su trabajo asume gran valor en la actualidad.
La obra de la artista chilena está constituida por un amplio abanico de medios: desde la fotografía y la pintura –realizadas con la boca o los pies- hasta la performance, su carrera es “un himno a la disidencia corporal y de género”, sostienen desde Barcelona. De esta forma, Réquiem por la norma construye un gran cuerpo, político y vital, que promueve el derecho a existir libremente los cuerpos transgénero y con diversidad funcional dentro de un sistema opresivo e institucionalizado.
Según explicaron desde La Virreina Centre de la Imatge esta retrospectiva representa la exposición más completa de la trayectoria de Böttner y se presenta como un “manifiesto irreverente y vitalista por los derechos de las personas transgénero y con diversidad funcional, así como un viaje a la obra singular y única de una artista llamada a convertirse en un clásico del siglo xx”.
Sobre Lorenza Böttner
Nacida como Ernst Lorenz Böttner en el seno de una familia alemana en 1959 en Chile, sufrió un accidente a los ocho años donde perdió ambos brazos. Educado en Alemania, Lorenz fue institucionalizado junto a los llamados «niños del Contergan» -nacidos con deformaciones en sus miembros a causa de los efectos secundarios de este somnífero en el feto- y tratado como «discapacitado». Frente al diagnóstico médico y a las expectativas sociales, Lorenz decidió estudiar en la Escuela Superior de Arte de Kassel, y comenzó a pintar y a hacer performances públicas encarnando una identidad femenina bajo el nombre de Lorenza Böttner. En los años ochenta participó activamente en la Disabled Artists Network con Sandra Aronson y defendió la existencia de una genealogía de artistas sin manos que trabajaban con la boca y los pies.