La Muerte de Leonora Carrington en la Prensa Mundial
Importantes diarios del mundo entero cubrieron la muerte de Leonora Carrington, pero el reconocimiento que le otorgan -como suele ocurrir con los grandes maestros latinoamericanos- es restringido. Con el titulo "Debutant Turned Surrealist Leonora Carrington Dies at 94" (La debutante convertida en surrealista Leonora Carrington murio a los 94 años), The Guardian de Londres reporto la noticia sobre la muerte de la artista nacida en Lancashire, y se refirio a ella como "una de las mas grandes y la ultima sobreviviente de las mujeres artistas surrealistas". El articulo destaco que Carrington estuvo "asociada con numerosas grandes figuras del siglo XX"
Aunque The Guardian es uno de los medios que más honor le rinde, restringe su importancia al circunscribirla a las “mujeres” surrealistas, denominación que, por otra parte, ella no compartía. Por su parte, The New York Times atribuye el inicio de su actividad creadora a su relación con Max Ernst, y conecta sus exhibiciones en la galería de Matisse en Nueva York con la amistad de su esposo Renato Leduc con Picasso y otras figuras. En lugar de realizar una valoración de su propia importancia artística de Leonora Carrington destaca que era uno de los últimos vínculos vivos con el mundo de los grandes surrealistas. Finalmente, al mencionar su libro La casa del miedo: memorias de abajo, lo identifica erróneamente con una antología de su trabajo y lo califica de ficción surrealista, cuando en realidad ella recuenta el horror realmente vivido en un manicomio en Madrid.
Stepen Bates, de The Guardian, escribió que la artista, quien vivió en México desde los 40, era la hija de un magnate textiles y fue presentada en la corte, pero que como estudiante de arte se cautivó con el surrealismo y se hizo amiga de muchos de sus grandes representantes, incluyendo a Ernst, con quien vivió en Francia, además de Picasso, Dalí, Duchamp, Miró y Man Ray.
Bates hizo un recuento de cómo, durante la Segunda Guerra Mundial, cuando Ernst fue apresado por el régimen de Vichy, Carrington huyó a Madrid, donde tuvo una crisis nerviosa y fue brevemente confinada en un asilo, antes de ser rescatada por el diplomático mexicano Renato Leduc, con quien se casó en Lisboa y se mudó a Ciudad de México.
The Guardian mencionó que en 1943 su trabajo fue escogido para una exhibición de significativas mujeres artistas en Neva York de Peggy Guggenheim, la nueva compañera de Ernst, y cómo la pintura The Giantess, fue vendida por Christie's en un millón y medio de dólares hace dos años.
Por su parte, William Grimes, de The New York Times, describió sus pinturas diciendo que representaba mujeres y bestias semihumanas flotando en un ensueño de imágenes provenientes del mito, folclor, rituales religiosos y de lo oculto. También mecionó que ella era “uno de los últimos vínculos vivos al mundo de André Breton, Man Ray y Miró”, y recontó la historia de su amor con Max Ernst, quien la introdujo en el círculo surrealista. “Con su aspecto llamativo y su espíritu aventurero parecía la musa ideal, pero el rol no le convenía”.
Grimes anotó que, animada por Ernst, Carrington´comenzó a pintar y escribir. Pero ella solía decir que había empezado a crear desde la concepción. El artículo puntualiza que en 1939, produjo su primer trabajo verdaderamente surrealista, “The Inn of the Dawn Horse (Self-Portrait)”, que muestra una mujer de aspecto andrógino sentada en una habitación con un caballito de madera en la pared, extendiendo su mano a una hiena. Su interés en la imaginería animal, el mito y el simbolismo oculto se ahondaron cuando se mudó a México y comenzó un acercamiento creativo con la emigrada española Remedios Varo. Juntas estudiaron alquimia, la Cábala y los escritos mito-históricos del Popol Vuh.
El New York Times destacó también cómo Carrington tuvo exhibiciones individuales en la Pierre Matisse Gallery, de Nueva York, y fue incluida en una de las exhibiciones colectivas de la colección de Peggy Guggenheim en la Century gallery y en el Museum of Modern Art. También recuerda que ella escribió historias cortas y novelas en la misma vena surrealista de su trabajo. En realidad no publicó ninguna novela surrealista y sería más exacto conectar su obra a la literatura fantástica. La comprensión de la dimensión de su obra queda para la posteridad. Y en ésta, resultará vital ese trabajo de relectura de las obras que puede cambiar la visión de la historia del arte, particularmente en el caso del arte latinoamericano.