Luis F. Benedit

Fundación YPF, Buenos Aires

Por Victoria Verlichak

La muerte sorprendió a Luis F. Benedit (Buenos Aires, 1937-2011) mientras preparaba la muestra, Luis Benedit. Diseñador, que abrió al público días pasados en el marco del programa Arte en la Torre de Fundación YPF.

Luis F. Benedit

Artista, arquitecto y diseñador, Benedit incluso -becado por el gobierno italiano en 1967- estudió paisajística en Roma. Desde el comienzo de su trayectoria desarrolló la capacidad de otorgarle una nueva dimensión a la naturaleza, la ciencia, a los utensilios cotidianos, al campo y sus herramientas, a los próceres nacionales, la iconografía indígena, a los mitos y héroes de la Patagonia.
Muebles y objetos diseñados por el artista pueblan con gracia el gran espacio, creado por César Pelli en el edificio corporativo de YPF. La desaparición de Benedit frenó el proyecto en el que el artista había puesto todo su entusiasmo. A modo de homenaje, se recuperaron los bocetos, dibujos, apuntes que habían quedado y se recomenzó a trabajar sobre la idea original: mostrar a Benedit en la faceta de diseñador.
Además de exquisitos diseños y nobles materiales, como un escritorio hecho de nogal italiano o una cómoda diseñada en fresno con patitas de plata, el artista también trabajó con material recuperado. Tal la silla realizada con huesos (alisados) de caballo o la lámpara de caparazón de mulita y caña que, por supuesto, funciona y muy bien. El conjunto de espejos tallados, lámparas de pie, sillones y mesas con aire Art Deco, divertidas sillas y hasta una serie de refinadas versiones de cuchillos de asado, se completa con una vitrina con cuadernos de Benedit y un video con una extensa entrevista que da cuenta de su derrotero artístico, iniciado en 1961.
A lo largo de las décadas sumó decenas de exhibiciones, también en MoMA de Nueva York, en el Centre Pompidou en París. Sus pinturas, esculturas, instalaciones, acuarelas, dibujos, objetos mostraron también su versatilidad a la hora de trabajar con los soportes más disímiles que, en su indagación
acerca de las relaciones y contrastes entre Naturaleza y Cultura, incluyeron animales y plantas. Representó a la Argentina en la Bienal de Venecia de
1970 con la instalación Biotrón, desplegando 4.000 abejas vivas -colocadas en un dispositivo armado con plástico transparente, aluminio, madera,
lámparas, flores- que podían acceder a vivir en el espacio artificial que imitaba a la naturaleza o en la naturaleza misma (a través de una abertura de este
hábitat). Hacia 1980 comenzó a desarrollar la temática del campo, pero Benedit eludió siempre la nostalgia y el folclore, ofreciendo comentarios
sobre el presente en su seductora obra de impecable factura. Su constante búsqueda de la identidad nacional, probablemente, no ha sido nunca
estrictamente política.
“Quiero producir algunos artefactos visuales que pueden llamarse de uso relativo”, apuntó en 1999, cuando presentó algunas de estas piezas únicas en
la galería Ruth Benzacar. “Yo no distingo entre arquitectura, pintura y diseño, una palabra cada vez más importante. Mirando una Ferrari y un Lucio
Fontana me parecen iguales, pero me quedo con la Ferrari”, dijo con cierto humor.