Marta Minujín y Nicolás García Uriburu protagonistas de los eventos más importantes del 2017
La galería Henrique Faria Buenos Aires celebra la presencia de los artistas Marta Minujín y Nicolás García Uriburu en Documenta 14 Atenas-Kassel y la 57ª edición de la Bienal de Venecia respectivamente. Minujín y García Uriburu se encuentran vinculados a la galería, que ha trabajado intensamente para poner su obra en la consideración del mercado y la crítica especializada a través de una sostenida participación en ferias y eventos del calendario internacional.
Marta Minujín, reconocida por sus aportes a la escena pop y conceptual desde los años 60 a hoy, fue invitada por Adam Szymczyk (Polonia, 1970), director de Documenta 14, para participar con dos obras históricas en las dos sedes que el el evento propone en 2017 como un diálogo entre Kassel y Atenas. En la ciudad capital griega, cuna de la civilización occidental, Minujín realizó una re-versión del El pago de la deuda externa con maíz, el oro latinoamericano (1985), acción que había llevado a cabo junto con Andy Warhol. En esta ocasión, Minujín trabajó junto a Ursula, una reconocida doble de la canciller alemana Angela Merkel. La performance se llevó a cabo en el Museo Nacional de Arte Contemporáneo de Atenas con el nombre de Pago de la deuda griega a Alemania con olivas y arte y tuvo una amplia cobertura de los medios europeos. Learning from Athens (Aprendiendo de Atenas) es el leit motiv bajo el que Documenta 14 da este año su versión del estado del arte contemporáneo global. En ese marco, esta acción de Minujín adquiere un profundo significado geopolítico dada la frágil situación del país helénico en la Unión Europea.
En tanto que en Kassel, sede del prestigioso evento desde 1955, Minujín se hará presente desde el 10 de junio y hasta el 17 de septiembre con una nueva versión de El Partenón de libros que presentó por primera vez en Buenos Aires en 1983, en los días previos al regreso de la democracia. Se trata de un ícono del arte público y masivo, ya que en una estructura que semejaba el edificio original ateniense el público pudo acercarse a los títulos que el gobierno de facto había prohibido. La obra devino así símbolo de la recuperación de las libertades civiles.
Para la puesta en escena de Kassel trabajaron cuarenta personas y la estructura de setenta por treinta metros fue levantada en apenas seis días. A la fecha se llevan juntados unos cuarenta y dos mil libros en toda Europa (Kassel aporta cien títulos por semana) y dos mil en Argentina. La estructura tiene capacidad para recibir unos cien mil volúmenes.