Obras maestras de Matta, Carrington, Portinari y Botero en la subasta de Arte Latinoamericano de Christie’s
Del 22 al 23 de mayo, la subasta de arte latinoamericano de Christie's ofrecerá una selección de trabajos de arte moderno y contemporáneo provenientes de México, Venezuela, Brasil, Argentina, Puerto Rico, Colombia, y muchas otras regiones de las Américas.
Rica en trabajos provenientes de colecciones privadas, la subasta de dos días presenta más de 300 obras de maestros latinoamericanos como Fernando Botero, Miguel Covarrubias, Matta, Joaquín Torres-García, Candido Portinari, y Leonora Carrington, entre otros. Se espera que la venta alcance alrededor de $20 millones de dólares.
Arnolfini (after Van Eyck), es una de las muchas citas visuales que Fernando Botero ha hecho de renombrado pintor del renacimiento flamenco, cuya obra de arte ha fascinado e inspirado al artista desde 1960s (valor estimado: $500,000-700,000). Ofrecida al mercado por primera vez, la versión es quizás la más compleja y atrayente pues aquí Botero ha recreado varios detalles de la obra de Van Eyck, incluyendo la ventana abierta con la manzana en el alféizar, el elaborado drapeado del canapé de la cama, y ha usado las tablas del suelo y el techo para enfatizar la perspectiva, todo ello sin dejar de mantener su único, inconfundible estilo. Proveniente de la estimada Robert Brady Museum Foundation y habiendo formado parte de la colección de la magnate de los cosméticos, Helena Rubinstein, Bather Holding Up Her Kemban (lote 4), de Miguel Covarrubias (estimado en $300,000-500,000) refleja el profundo amor y la fascinación del artista por la isla indonesia de Bali. Covarrubias viajó inicialmente a Bali en 1930 como recién casado con su novia y artista compañera Rosa Rolando. Una beca Guggenheim le proveyó fondos para un subsecuente viaje en 1933, con los cuales se posibilitó la publicación en 1937, del muy bien recibido libro Island of Bali, así como una serie de dibujos y pinturas de los cuales este trabajo es un maravilloso y raro ejemplo. En obras como Bather Holding Up Her Kemban, Covarrubias condensa su pasión y visión romantizada de los habitantes y el paisaje de Bali como un verdadero paraíso terrenal en los mares del sur.
La révolte des contraires (lote 10), de Matta, fue pintada en 1944, cuando el artista había arribado a Nueva York, después de emigrar desde Chile y vivir brevemente en París (Estimado: $1,800,000-2,500,000). Tras su llegada a los Estados Unidos, Matta ganó rápidamente el aplauso critico de la prensa con la exhibición de sus obras en la Julien Levy Gallery y en la Pierre Matisse Gallery. La révolte des contraires fue pintada durante un tiempo de gran crecimiento personal y professional para el artista. Matta buscaba representar un espacio de cataclismos en perpetuo estado de cambio, con la utilización de finos pigmentos lavados, líneas ondulantes y flameantes erupciones de colores prismáticos.
Las pinturas contemporáneas al oleo de Candido Portinari iluminan la intensidad de las emociones humanas de sus murales en una escala más íntima, y la épica de Navio negreiro, 1950 (lote64, estimado $700,000-900,000), originalmente parte de la renombrada colección del embajador brasileño Jayme de Barros, describe un episodio fundacional en la historia de Brasil. Homenaje a las raíces africanas de Brasil y al mismo tiempo, condena de las condiciones del mercado de esclavos, Navio negreiro constituye un poderoso reconocimiento nacional del pasado del Brasil y no menos un testamento de la diversidad de su presente.
A su regreso a Montevideo, Uruguay, en 1934, una de los primeras empresas de Joaquín Torres-García fue la construcción de un monumento cósmico, en piedra, y erguida en la pared como pública manifestación de sus ideales estéticos. A lo largo de los tardíos años treinta, el artista realiza varias pinturas inspiradas en el monumento, una de las cuales es Grafismo universal sobre fondo gris, 1937, (lote 16, estimado: $1,000,000-1,500,000). Las pinturas de su periodo final en Montevideo representan la culminación de la carrera de Torres-García, en la cual integra hábilmente motivos formales modernistas y los jeroglíficos simbólicos de la América ancestral. Grafismo universal sobre fondo gris proyecta una vibrante composición de imágenes de trascendencia y unidad, animadas en su centro por la rica simbología y la historia de la América Prehispánica.
Psalterium, Claudio Bravo, pertenece a la serie de pinturas de telas drapeadas que el artista ejecutó entre 1997 y 2002 (lote 26, estimado: $800,000-1,200,000). Bautizada con nombres religiosos como Benedictus, Offertorio, y Annunciation, la serie hace que lo sagrado tiente sensualmente a través de su ilusionismo magistral y de la luminosa vitalidad de los ricamente saturados, colores en tonos de piedras preciosas. La afinidad de Bravo con la antigüedad es también evidente, así como los suaves pliegues de las telas pintadas evocan la elegancia sin tiempo del drapeado clásico. Christie’s se honra particularmente en que le haya sigo confiada la venta de la pieza surrealista magistral La cuna (The Cradle) (lote 40) (estimado: $1,500,000-2,000,000) ejecutada alrededor de 1949, por la artista mexicana nacida en Inglaterra Leonora Carrington con su colega, el artista mexicano José Horna. Originalmente fabricada por Horna para su hija y amorosamente embellecida por Carrington con una vívida procesión de fantásticas criaturas pintadas, incluye un huevo (uno de los símbolos alquímicos favoritos de la artista) con un árbol en la parte superior.
Aunque conocida principalmente por sus pinturas, como otros surrealistas, Carrington se aventuró en otros medios durante su prolífica carrera. Como joyería, cerámicas, tapicería, mascaras, diseños de vestuarios, telones de teatro, escultura y, en raras ocasiones, muebles. La cuna es un es un asombroso y único ejemplo de las incursiones de la artista en este ultimo campo y una verdaderamente rara instancia en la historia del surrealismo de un objeto hecho para la cama de un niño que alcanza un estatus particularmente elevado dentro de la iconografía del surrealismo como el lugar para sus exploraciones de la sexualidad, los sueños y el inconsciente. La cuna de Carrington de cualquier modo, refleja su larga fascinación con el mágico potencial de la infancia y qué puede ser una metáfora más apropiada que una cama en forma de una balsa que puede hacer navegar a un niño en la maravillosa tierra de los sueños.