PONCE+ROBLES: 50 AÑOS DE GALERISMO Y UN AMBICIOSO PROYECTO CURATORIAL PARA 2021

Por Matías Helbig, corresponsal en Europa

La galería Ponce + Robles lanza un proyecto dedicado a celebrar los 50 años de Raquel Ponce y José Robles (30 años ella, 20 él) como galeristas dentro de la escena contemporánea. El proyecto consta de cuatro exposiciones y ocupa toda la programación de la galería en el 2021. 

El proyecto, según explica Raquel Ponce, es una vuelta a los orígenes: “Cualquier cambio, y más aún uno como el que estamos viviendo ahora implica un regreso”, explica. Para ello, Ponce+Robles ha convocado a cuatro curadores de renombre dentro del escenario hispanoamericano de arte contemporáneo con el fin de desarrollar una exposición colectiva en torno a uno de los cuatro elementos: Tierra —elemento que inauguró el proyecto con la exposición  Tierra a la vista, en la galería hasta el 30 de abril— a cargo de David Barro (España, 1974); Fuego, bajo la curaduría de Pili Estrada Lecano (Ecuador, 1981); Agua, por Susanna Tempkin (EEUU, 1985); y Aire, concebida por Tiago de Abreu (Brasil, 1984).

Raquel Ponce y José Robles, directores de Ponce+Robles. Ph: cortesía de la galería.

Las primeras dos exposiciones que forman parte del proyecto de los 50 años de Pone+Robles son Tierra y Agua. En el primer caso, bajo la curaduría de David Barro, la exposición Tierra a la vista hainauguradoeste ciclo curatorial el pasado 4 de febrero. Los artistas Gabriela Albergaria, Ricardo Calero, Menchu Lamas, Verónica Moar, Inês Teles y Françoise Vanneraud constituyen un diálogo alrededor de la noción de paisaje utilizando como material de sus obras múltiples “formas encontradas”. Las obras seleccionadas se caracterizan por las posibilidades que, mediante la apropiación de elementos naturales, producen nuevas maneras de entender el paisaje y manifestar la territorialidad del lenguaje pictórico y escultórico.

En cuanto a la exposición dedicada al Agua, que se encuentra todavía en proceso, la curadora norteamericana Sussana Tempkin ha optado por llamarla La memoria del agua. Tomando el concepto central de la teoría científica de Benveniste, las obras de los cinco artistas que formarán parte del proyecto — Genesis Báez, Raúl Díaz Reyes, Frances Gallardo, Lina Puerta y Evelyn Rydz — estarán orientadas a representar el valor metafísico que tiene el agua como productor de narrativas de la historia, la imaginación y el mundo físico. Así, y haciendo uso de disciplinas diversas, los artistas “hacen referencia al poder del agua para retener historias, dejar manchas físicas y rastros emocionales, curar traumas y resonar en nuestras mentes, corazones y oídos”, plantea Tempkin en el statement del proyecto.

   

   

Con respecto a las dos exposiciones restantes (Fuego y Aire), que tendrán lugar la segunda parte del año, los curadores Tiago de Abreu Pinto y Pilar «Pili» Estrada Lecano se encuentran aún en una etapa prematura de los proyectos.

Tiago de Abreu Pinto es un comisario independiente brasileño que reside en la ciudad de Madrid hace ya varios años. Ha formado parte del equipo de la galería NoguerasBlanchard durante un lustro, donde luego ocupó el puesto de director. Además, ha sido reconocido por su trabajo en la Comunidad de Madrid y es Special Correspondent de Future Generation Art Prize Fundación Pinchuk, en Ucrania.

Pili Estrada Lecano, por otro lado, se desempeña como directora del Centro de Producción e Innovación de la Universidad de las Artes, en la ciudad de Quito, y ha trabajado como directora en el Centro Cultural Metropolitano, a cargo de la programación del espacio. Asimismo, gestionó durante siete años el espacio NoMíNIMO, donde desarrolló un laboratorio de formación público, promocionando el coleccionismo en la escena ecuatoriana.

   

Cabe mencionar la trayectoria de los curadores porque pone de manifiesto el valor del proyecto que los galeristas Raquel Ponce y José Robles acercan a la escena madrileña. En plena crisis sanitaria, aseguran que el trabajo en la galería se ha multiplicado, y que ven el contexto actual como una oportunidad para desarrollar proyectos colaborativos de este tipo. En medio del caos, Ponce+Robles es un ejemplo del buen galerismo y la voluntad de sacar adelante a la industria del arte en momentos complicados. ¿La receta? Trabajo, comunicación y colaboración entre agentes e instituciones.