Pinta Londres 2012: diálogos entre cronologías, geografías y campos creativos
El panorama de Pinta Londres 2012 reveló un amplio horizonte de la creación no sólo gracias a la inclusión del arte ibero y latinoamericano, sino a una especial conjugación de arte geométrico de los siglos XX y XXI con indagaciones conceptuales de la posmodernidad que se extendieron al presente, y a otras líneas del arte contemporáneo.
En su tercera edición prestigiosas instituciones participantes adquirieron obras en la feria gracias al Programa de Adquisiciones basado en el Sistema de Fondos Compartidos: el Centre Georges Pompidou, el Middlesbrough Institute of Modern Art, MIMA, Tate Modern, y la University of Essex Collection of Latin American Art. Esta última, trabajó en asociación con England & Co. Gallery para organizar un performance de la artista emergente boliviana Aruma (Sandra de Berduccy) y las charlas complementarias a los trabajos exhibidos en la galería junto con materiales de archivo relacionados con el arte latinoamericano en Londres y Europa en las décadas de 1960s y 1970s.
Aruma (Oruro, Bolivia, 1976) usa técnicas y procesos de textiles andinos tradicionales realizar obras con fuerte carga conceptual en medios como fotografía, videoarte, performances e instalaciones in situ. Durante PINTA realizó una serie de acciones en vivo inspiradas en el espacio ancestral del tejido, que fue lo más cercano a la escritura en algunas culturas prehispánicas y que tuvo un papel esencial en ciertos mitos. Existía la idea de que cada ser humano llevaría su vida en forma de tejido al viaje posterior a la muerte hasta llegar al lugar entre collados bajo el viento donde sus actos serían examinados. Un tejido fuerte de colores resplandecientes reflejaría una vida similar y no se rompería. La galería exhibió piezas de Aruma, quien entreteje minuciosamente billetes bolivianos e hilos de fibra natural, con obras y materiales documentales de Cecilia Vicuña, y con una obra del artista estadounidense John Dugger, “Chile Vencerá” que estuvo instalada en Trafalgar Square y se colgó en el Earls´s Court. En Pinta también participó Jota Castro, quien ha realizado performances políticos convencido de que aunque el arte no cambie nada, puede hacer pensar.
La presencia de emergentes contemporáneos es fuerte en esta edición. Participan, por ejemplo, las colombianas Adriana Marmorek, cuyas obras en fotografía, video e instalaciones, giran en torno a “la arquitectura del deseo”, cuestionando los imaginarios que rodean feminidad, sexualidad y deseo, y Adriana Salazar, Suma Cum Laude en filosofía, que explora el fenómeno de las acciones humanas, recreando su desnaturalización con esculturas cinéticas. Su coterráneo Rodrigo Echeverri crea bellas piezas cuasi abstractas en madera que aluden a los féretros de los asesinados masivamente en una guerra no reconocida. La española Bene Bergado construye objetos reminiscentes de un tiempo inexistente recreando los mitos de su adolescencia. El puertorriqueño Gamaliel Rodríguez dibuja con lapicero una documentación realista de arquitecturas construidas bajo la ficción de miedos colectivos infundidos para obtener formas de control político.
La fotografía tiene creciente importancia en esta generación, como se advierte en los trabajos del español Germán Gómez, la panameña Sandra Eleta, o el guatemalteco Luis González-Palma, sino el de otros artistas que usan diversos medios como el cubano Carlos Garaicoa, el chileno Patrick Hamilton, el colombiano Carlos Motta, o los venezolanos Luis Molina-Pantin, Gabriela Moraweitz y María Fernanda Lairet.
Como es tradicional, la geometría es uno de los ejes de Pinta. Y esta edición es particularmente rica y amplia al respecto. Se aprecian no sólo las figuras de gran reconocimiento mundial con otros maestros que no han tenido tanta difusión y la continuidad –o derivaciones- de la abstracción geométrica entre los artistas emergentes. El rango es tan amplio que incluye maestras como Gego o Lygia Pape, o Ramírez Villamizar, y a Fanny Sanín, Elizabeth Jobim, Omar Rayo, Emilio Sánchez, Francisco Sobrino, Alejandro Puente, Cinthia Marcelle y Ricardo Alcaide, o Eduardo Serón, entre numerosos nombres, a los cuales se sumaron los españoles: El Equipo 57, José María de Labra, José Duarte, Manuel Calvo o Julio Plaza, entre otros.
Igualmente hubo escultores de generaciones diversas como el cubano Agustín Cárdenas y el español Juan Luis Moraza, cuyas esculturas se inspiran en la nueva sociedad del conocimiento, y pinturas abstractas de figuras del siglo XX como Wolfang Paalen, o Roberto Matta, y piezas recientes de Emilia Suyer, así como obra del pintor español Darío Villalba, perteneciente a esa generación que se llamó “El Paso” porque hizo una suerte de transición entre el informalismo y el expresionismo abstracto, además de pioneros de diversas prácticas del arte conceptual en Latinoamérica como el argentino León Ferrari, quien combinó icono y texto, o el colombiano Álvaro Barrios, que lo mezcló con el pop, o Liliana Porter, quien participó en la ideación de un modo de aproximarlo a la gráfica.
Además de los nombres de otros artistas provenientes de diversos países que combinan pintura y arte gráfica como puede ser el caso de Miguel A. Giovanetti y Jean Marc Calvet, la feria Lanzó, con apoyo del Mexico Tourism Board, la sección Pinta Design donde se apreciaron piezas como las sillas de Valentina-Gonzalez-Wohlers, que demuestran la contigüidad entre arte y diseño en la creación contemporánea.