Ronald Morán explora la impunidad en instalación casi invisible en Espacio Erre, Guatemala

El intangible y leve peso de las culpas, el proyecto artístico que Ronald Morán presenta en el espacio cultural Erre en Guatemala, es una exploración que explora la potencialidad de la “desmaterialización” del objeto como estrategia para evidenciar, por contraste, duros aspectos silenciados de la realidad sociopolítica, versus su implicación en el imaginario colectivo.

Ronald Morán explora la impunidad en instalación casi invisible en Espacio Erre, Guatemala

En la práctica artística de Morán este concepto trasciende el espacio de las leyes de la percepción física y se extiende a las fronteras del pensamiento crítico, hasta hacer visible lo socialmente oculto o negado abriendo el campo del conocimiento social.

La desmaterialización que involucran espacios y objetos de densa asociación simbólica como pueden ser una celda de prisioneros, pistolas, fusiles, cuchillos, machetes o elementos rudimentarios como piedras y palos, es compleja, pues siempre guardan en sus raíces el contorno de inalterable violencia y por ende la asociación directa de su uso.

No obstante, la representación de una celda de prisioneros hecha de hilos blancos y frágiles, no sugiere una mazmorra tal cual. La ironía juega su papel y da el tono indicado para llevar al símbolo más allá del significante, señalando frontalmente la impunidad, que, como escudo protector, traspasa brutalmente los debilitados sistemas de justicia aplicados a conveniencia.

De igual modo, la serie de fotografías que acompaña esta pieza se sumerge en la desmaterialización objetual. A través de exposiciones a baja velocidad sumadas al movimiento de los sujetos, las imágenes recrean una aparente vibración que distorsiona y descompone la dureza del entorno, hasta el punto de acercarlo a su desaparición en el papel. Sin embargo, el efecto en la percepción social nos conecta con la noción de biopolítica como campo donde se experimenta –y representa- la acción del poder sobre la vida, pero también la reacción de la vida –y de la creación artística- frente al poder.