Tania Candiani
Laboratorio de arte Alameda, México.
El proyecto Cinco variaciones de circunstancias fónicas y una pausa presentado por Tania Candiani en el Museo Alameda de la Ciudad de México, acaba de recibir hoy el premio de Distinción en la categoría de Artes Híbridos del Prix Ars Electronica, uno de los premios anuales más importantes en el campo del arte electrónico e interactivo, la animación por ordenador, la cultura digital y la música. El premio ha sido otorgado desde 1987 por Ars Electronica (Linz, Austria).
El crítico Santiago Edeloseme ha escrito un texto reflexivo sobre la exhibición:
Cinco variaciones de circunstancias fónicas y una pausa, la más reciente exposición de Tania Candiani (DF, 1974), se lleva a cabo tras más de dos años de preparación. La ambiciosa muestra reúne trabajos largamente preparados por esta creadora que ha tenido reconocimientos como la prestigiosa Beca Guggenheim. Se trata de un complejo proyecto de colaboraciones entre distintos creadores que a invitación de Candiani fueron sumándose al equipo de trabajo que llegó a contar con más de cuarenta personas. Comandados por la curadora Karla Jasso, esta colectividad lanza propuestas que abordan certeramente los soportes de imagen y sonido, sin dejar de lado un impecable montaje museográfico de especial complejidad.
Nos recibe un conjunto de trompetas que apuntando hacia abajo emiten sonidos desconcertantes, textos en primera persona apenas reconocibles y voces que podrían ser las de un autómata, pues pese a ser inánime, detecta la presencia del espectador y nos habla desde su impersonal precisión mecánica. El órgano, que puede ser manipulado por el público, no registra notas, sino letras. Aun así posee enormes posibilidades musicales y de composición con las palabras que llegan a tener musicalidad.
Se trata de un delicado pero evidente encuentro de tiempos. La estructura de la pieza más voluminosa del montaje está conformada por una vieja máquina de escribir; las secciones cilíndricas que rematan en bocas de instrumentos de aliento nacen en el coro y bajan curveándose de manera protagónica en la nave principal del ex templo. Con gran simbolismo está instalada justo en el lugar en el que hace siglos se encontraba originalmente el antiguo órgano tubular del templo.
Tania Candiani invitó a Rogelio Sosa para hacerse cargo de la composición sonora de la pieza Campanario, que en una primera instancia nos recuerda los Minaretes de los países árabes. En la vieja estructura del campanario del ex templo de San Diego que data de 1591, se colocaron 16 bocinas que, a partir de las 6:00 AM, emiten sonidos y voces que, hora a hora, van incrementando su intensidad y presencia hasta ir disminuyendo poco a poco al acercarse el final del día. Esta pieza comisionada toca uno de los puntos sensibles de la historia de los levantamientos sociales que iniciaban, justamente, al batir de campanas; llamados a la colectividad que enfrentaba cohesionada lo que ahora la historia nos refiere como los grandes movimientos sociales.
Uno de los importantes rescates de Cinco variaciones… es el haber sacado del olvido a sonidistas cinematográficos que trabajan, hoy en día, a la vieja usanza. Lejos de las bibliotecas de sonidos disponibles en el mercado, ellos son ahora con su oficio los productores de narraciones que no tienen palabras, sino sólo sonidos que nos van llevando a la creación íntima y personal de historias, sólo a partir de aquello que escuchamos.
Un grupo de rollos de pianolas que datan de entre 1890 y 1930 están ahora nuevamente en acción emitiendo, como si fuesen voces del pasado, las mismas notas que amenizaron reuniones hace más de un siglo. A través de los espacios de los rollos pasan ahora luces “led” que forman imágenes en movimiento sobre el muro.
La ubicación de las piezas en línea sobre la nave principal del Ex Templo de San Diego, remata en una proyección lumínica sobre el muro en la parte en la que se encontraba el altar; se trata de una imagen activa que resulta del paso de luces a través del rollo en movimiento. Esta vez no hay Cristos ni santos ni evocaciones religiosas. Como si fuese un nuevo núcleo de veneración en el sitio clave de la arquitectura religiosa, nos vuelve a situar frente al encuentro con lo ritual, aunque esta vez no desde la plataforma del misticismo, sino del descubrimiento de la unión de narrativas sonoras que devienen en voz, voz que deviene en lenguaje, lenguaje que se decodifica en luz, luz en movimiento que es un rezo contemporáneo.
La obra más ambiciosa es Bordadora. Involucra no sólo tópicos de programación sino que también alude a la coincidencia entre la vocación expresiva de los confesionarios, la propia bordadora y el campanario. Se trata de una máquina inventada, hecha exprofeso para la muestra. De ella salen palabras que quedan plasmadas sobre tela blanca. Su sonido al trabajar y su significación en la selección de lo que se bordará en ella son quizá algunas de las claves para enfrentarse a esta obra.
Pausa es también una cuidada pieza que llevó largos meses de preparación. Los escritores Alberto Chimal, Juan Carlos Reyna, Guillermo Fadanelli, Oscar Benassini, David Miklós, Rodrigo Márquez Tizano, Daniel Garza Usabiaga, Mario Bellatín y Bernardo Fernández (BEF), transmitieron verbalmente a un escribano de Santo Domingo (Sr. José Edith González), historias que fueron después rescritas por el intérprete. Luego se confronta la narración de lo dicho contra lo que quedó escrito. Se forma así una nueva y rica narración polifónica, aporte indudable a las variaciones sobre un tema que ahora vemos nacer ante nuestros ojos.
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Proyecto
Premiación Ars Electronica
http://www.aec.at/aeblog/en/2013/05/16/gewinnerinnen-prix-ars-electronica-2013/