_Paolo Bruscky - El arte es nuestra última esperanza_ en el Bronx Museum of the Arts, Nueva York
El Bronx Museum of Arts está presentando “Paulo Bruscky—Art is Our Last Hope” (Paulo Bruscky—El arte es nuestra última esperanza), la primera exhibición individual del artista brasileño que tuvo un papel decisivo en traer grandes movimientos y campos artísticos—incluyendo Fluxus, el arte por correo y el arte de performance— a Brasil, desde que comenzó a trabajar en Recife tras el golpe militar de 1964.
Bruscky fue también una de las voces más activas y comprometidas que representaron a Brasil en el diálogo global que rodeó esos movimientos. “Art is Our Last Hope” mostrará 140 trabajos hechos entre 1971 y 2011 en un rango de formas, incluyendo escultura, performance, documentación, arte por correo y fotografía. La exhibición, organizada por Sergio Bessa, permanecerá abierta hasta el 9 de febrero de 2014.
Como ocurre con muchos artistas de su generación, el trabajo de Bruscky refleja el ambiente de creciente represión impuesta a la sociedad civil como lo demuestran la eliminación de los cursos de humanidades en las universidades de todo el país y la persecución de intelectuales, artistas, estudiantes y sindicalistas.
Pese a ese trasfondo de ampliamente extendida paranoia, Bruscky desarrolló un valiente cuerpo de trabajo basado en buena parte en la participación de la audiencia y en la diseminación de mensajes a través de tarjetas postales, anuncios de periódicos y carteles.
Tras el golpe de 1964, Recife comenzó a ser vista como un centro de actividades para estudiantes y activistas que buscaban informar a los campesinos sobre sus derechos y el área se convirtió pronto en un foco importante de las intervenciones militares. En medio de esa terrible situación, el arte se convirtió para Bruscky en “la última esperanza”, como estoicamente clamaba en un trabajo de arte público; una arena para la provocación y para exponer los absurdos de las circunstancias políticas y sociales.
En escueto contraste con la limpia estética del movimiento de arte concreto de los cincuentas y sesentas, Bruscky buscó crear una forma de arte que pudiera representar la atmósfera en Brasil bajo la dictadura militar. Y lo hizo volviendo sus ojos a las calles y a la realidad diaria de la gente común; usando su trabajo para abordar la anonimidad y el empobrecimiento de los individuos en el paisaje urbano contando esa experiencia con humor y agudeza lingüística. A pesar de ser uno de los más importantes artistas conceptuales contemporáneos, Bruscky se ganó la vida trabajando para un hospital local durante la totalidad de su carrera.
Aunque su ocupación diaria podría haber sido un obstáculo para su práctica artística, en realidad le permitió la libertad de perseguir sus intereses artísticos independientemente de presiones externas. Más aún, el ambiente médico inspiró a Bruscky a producir algunos de sus trabajos de mayor ruptura, liderando experimentaciones con electroencefalogramas, electrocardiogramas, y máquinas de rayos X. En continuo interés de Bruscky en el equipo médico lo llevó a explorar poéticamente la relación entre el cuerpo y la máquina a través de una gran variedad de medios.
“Paulo Bruscky hace un trabajo que involucra a todos, particularmente a aquellos que han quedado fuera del diálogo del diálogo global de las artes” declaró Bessa, director de Programas Curatoriales y Educativos en el Bronx Museum. “Tenemos dos obras importantes suyas en nuestra colección permanente. Es interesante que en 1982, mientras vivía en Nueva York como becado del Guggenheim, Bruscky enviara uno de sus libros Xerox a nuestros curadores, quienes lo añadieron a nuestra colección. Creo que él nos envió esa pieza porque vio sus posibles conexiones, y tres décadas después estamos entusiasmados de presentarlo a nuestras audiencias”.
Destacados de las exhibiciones incluyen:
*Trabajos de performance de Bruscky que a menudo estuvieron inspirados en el mismo Recife donde el artista iba a la deriva en las calles siguiendo un patrón amorfo definido por su experiencia del ambiente urbano. Ejemplo de este proceso fue su trabajo de 1973 “Stop Art”, para la cual realizó una ceremonia de corte de una cinta en un puente público. Bruscky documentaba los carros detenidos en una línea creciente que permaneció estancada por 15 minutos (hasta que la cinta fue rota por un peatón impaciente), jugando con las expectativas de los habitantes urbanos relacionadas con los rituales de la ciudad y su voluntad de permanecer dóciles durante eventos que fueran percibidos como “oficiales”. Un video de este evento se muestra en la exhibición.
*Como una extensión del movimiento Situacionista que floreció en París en los tardíos 60´s, en su pieza ¿Qué es arte? ¿Para qué sirve? Bruscky vagaba por el centro de Recife llevando un tablero con esas preguntas impresas en este. El trabajo se documentará con varias imágenes en la exhibición.
* Para nuestros desaparecidos, un collage de postal de 1968 que muestra los rostros de tres personas que desaparecieron bajo el régimen militar en Recife, ejemplifica el rol pionero de Bruscky en el movimiento de arte por correo. Enviando cartas como esas alrededor del globo, Bruscky convertía sus obras de arte en herramientas políticas que le permitían desarrolla una red internacional de gente que estaba consciente de la persecución y de las violaciones a la libertad civil que el artista y sus contemporáneos estaban experimentando en Recife.
*Algunas piezas de la exhibición ilustran el continuo interés de Bruscky en usar su propio cuerpo como envoltorio para su propio arte, un área de exploración relacionada con su empleo de largo tiempo en el hospital de Recife hospital. Bio-graphy, de 2010, es una caja que contiene todos los records médicos del artista remontándose a su nacimiento.
El arte es nuestra última esperanza estará acompañada de una nueva monografía del artista escrita por Adolfo Montejo Navas que se lanzará en tres lenguas (Portugués, español e inglés) y será distribuida por Art Publishers.