Abstracción en Cuba
PanAmerican Art Projects, Miami
Antonia Eiriz solía referirse al almacén de Guido Llinás donde permanecieron guardadas –olvidadas por casi veinte años – las obras de los abstractos cubanos como “las catacumbas del arte cubano” y es que la historia de la abstracción en Cuba refleja uno de los caminos más azarosos dentro las artes visuales de la isla, enfrentando la más de las veces el rechazo o la incomprensión, si no el olvido.
Hacia la década de los años cincuenta y en consonancia con la tendencia internacional de las artes, se afianza en La Habana el lenguaje abstracto en sus dos vertientes, la informalista y la concreta, que pronto conduce a la creación de dos grupos fundacionales: el grupo de Los Once y Diez Pintores Concretos.
Paralelo a este empuje, Juan Marinello publica en La Habana, en 1958, Conversación con nuestros pintores abstractos. El panfleto, reeditado en 1960 y esgrimido como política cultural significaba la lapidación de toda tendencia no figurativa.
“Abstraction in Cuba ”, organizada por la galería Panamerican Art Projects, presenta una excelente selección de las obras de las figuras inmemoriales de este período de la abstracción en Cuba. Son ellos Guido Llinás y Raúl Martínez, Loló Soldevilla y Raúl Milián.
La sala principal de la galería ha sido destinada al gesto tempestuoso de Raúl Martínez y Guido Llinás, ambos miembros de Los Once. En el caso de las obras de Martínez (1927-1995), el visitante tiene el privilegio de asistir a la evolución formal de este grande de la pintura cubana.
De la primera etapa donde domina la mancha impetuosa, hay excelentes ejemplos. La exposición cuenta con dos piezas vitales de Martínez: Homenaje a la Ori, y Sin título (Homenaje a Salomón), ambas de comienzos de la década de los sesenta y donde el paso de la abstracción al lenguaje pop que caracterizará la obra posterior de Martínez se hace sentir. En el caso de la obra dedicada a Salomón, la excelente pieza es parte de una serie íntima hecha por el pintor y dedicada a otros pintores cubanos de la época, como es el caso de Chago Armada (creador del emblemático personaje Salomón).
De Guido Llinás, la muestra incluye un par de exponentes de la serie de trabajo con yute donde el gusto por el juego con la cualidad matérica es esencial.
En el caso de Loló Soldevilla, la sala abre con un lienzo atípico en azules y morados. La exquisita pieza de 1958 es de gran poder evocador.
La muestra incluye una serie de trabajos en técnica mixta sobre madera donde el sentido de progresión e interdependencia de las formas es fundamental.
En el caso de Raúl Milián, se exhibe una selección representativa de las tintas de este enigmático artista.
Como muestra de la diversidad que caracterizó este período de las artes plásticas en la isla, “Abstraction in Cuba ” es una exhibición imperdible.