Alexandre Arrechea

Galería Casado-Santapau, Madrid

Por Álvaro de Benito Fernández | noviembre 24, 2011

El objeto sacrificado es el nombre bajo el que Alexandre Arrechea (Trinidad, Cuba, 1970) presenta sus primeras producciones en grafito desde su periodo de formación. Tras haber pasado por el uso de varios materiales, vuelve, de cierta forma, a retomar el que es el quizá más “académico” para sorprender con nuevos conceptos. Habituados a una tendencia en la que las instalaciones tienen más presencia, la apuesta del artista cubano se convierte en más interesante. Si bien la hibridación de diseño y arquitectura puede encontrarse en su trayectoria previa, el presente proyecto arranca en Adán, una de sus primeras obras en las que se puede contemplar la unión de estas dos disciplinas, formando una sola pieza de dos ideas (silla y hombre) y que bien podría servir como el resumen conceptual de esta nueva propuesta. Así, desde esta escultura, presente en el centro del espacio, parte un proyecto con un claro interés por vincular los objetos cotidianos con otros conceptos y orientarlos a otras experiencias. Si cada elemento tiene en la realidad una autonomía, lo que resulta de la mezcla de dos objetos disfruta de una nueva independencia.

Alexandre Arrechea

Para Arrechea, estos juegos de semiótica en su obra tienen su origen en la asociación de objetos con una relación, a simple vista, distante en la forma o uso, pero que, conectándolos, nos llevan a experiencias personales del artista. De esta forma, los trabajos que se exhiben en esta exposición aportan nuevos valores en sus significados y se puede disfrutar de un objeto inédito que traslada al espectador a una experiencia novedosa para él. Con la captación de estas sensaciones, el visitante puede percibir elementos de la vida del artista que se mantienen en la esfera de lo privado pero que, de alguna forma, han escapado también hacia lo público; la confluencia de lo objetivo y lo subjetivo, de un nuevo entorno irreal creado desde lo real. El objeto sacrificado se completa con otra serie de obras más gráficas y escultóricas con una fuerte carga representativa de las ilusiones cotidianas, así como por los trazos de Nopal house, un proyecto de instalación que se ubicaría en el desierto y que mantendría un carácter funcional dentro de su concepción.