An Other Place

Galerie Lelong, New York

Por Claire Breukel | febrero 01, 2012

Aunque las obras abarcan desde pintura hasta video instalaciones y aunque los artistas provienen de Perú, México, Argentina, Brasil y Colombia, “An Other Place” (“Otro lugar”) refleja un sentido colectivo de desplazamiento.

An Other Place

Latinoamérica es, históricamente, un espacio de tensiones sociopolíticas. Una generación de artistas, ejemplificada por la obra de Cildo Meireles, ha respondido a la represión de la sociedad y explorado las dualidades de la identidad artística y cultural. “An Other Place” expande estas ideas describiendo “lo otro” como un espacio física y conceptualmente anodino y extranjero, alejado del “aquí y ahora”. De este modo, el tema de la muestra son los opuestos. Untitled (Sin título), de Andre Komatsu, enfrenta lo hecho por el hombre con la naturaleza. Dos ventiladores se encuentran orientados hacia afuera; el de la izquierda arroja aire sobre un árbol floreciente; a la derecha, el viento ha partido una gran viga en dos. Cruzada, de Cinthia Marcelle, ofrece una vista panorámica de un cruce de cuatro sendas. El video desarrolla una secuencia de confrontaciones entre cuatro grupos de músicos identificados con colores diferentes que marchan en dirección convergente como si fueran a enfrentarse en una batalla. Eventualmente se fusionan en una unidad unificada para dispersarse luego en grupos de instrumentos y colores mezclados.
Estos encuentros son seguidos de una introspección lúdica en Inclination to the Left (Inclinación a la izquierda), de Marcius Galan, un rectángulo negro inclinado dentro del cual dos tablones de madera parecen colgar como piernas carentes de coordinación. Estas simples extensiones batallan contra el cubo confinado, quizás tropezando a causa de su peso, o elevando el bloque.
“An Other Place” recurre a cada obra para ahondar en el diálogo individual de cada artista referido al “aquí”. Esto hace que las obras parezcan estar aisladas. Mientras que podría dar la impresión de que se trata de una curadoría caprichosa, en este caso crea efectivamente una sensación de ambigüedad y de desplazamiento. Estos artistas miran hacia fuera desde su obra, alejados de las experiencias de otros artistas latinoamericanos, alejados del diálogo global que no es reacio a sus preocupaciones sociopolíticas individuales y alejados de esta nueva ciudad. La mayoría de estos artistas expone en Nueva York por primera vez, y se torna evidente que también representa “otro” lugar.