Andy Warhol

Malba-Fundación Costantini, Buenos Aires

Por Victoria Verlichak | abril 11, 2010

Éxito de público, la itinerante Andy Warhol. Mr. America, en Malba- Fundación Costantini, coincidió con la venta de 200 One Dollar Bills (1962), rematada por Sotheby’s por 43 millones de dólares; la misma obra en versión pequeña y forma de cruz se vio en la muestra de Buenos Aires. Curada por Philip Larratt-Smith, y organizada con el Museo Andy Warhol de Pittsburgh, la exposición suma 170 obras de entre 1961 a 1968– e incluye dramáticos autorretratos del artis- ta travestido (con pelucas rubias, castañas, morenas, y pintado como una muchacha con inquietantes expresiones) y una selección de Screen Tests (pruebas cinematográficas) producidos en su estudio The Factory.

Self-Portrait, 1986. © 2009 Andy Warhol Foundation for the Visual Arts ARS, NY SAVA, Buenos Aires. Courtesy/Cortesía MALBA.

En “la fábrica” el artista, y empresario, experimentó con la serigrafía, instalaciones, cine, arte de los medios, fotografía, junto a las personas de su círculo, ayudantes que realizaban las obras. Una de las integrantes de “la fábrica” le disparó a quemarropa, en 1968, a Warhol, estrella consagrada, que alcanzó a vivir la fragilidad física y emocional de sus adoradas Marilyn Monroe, Jackie Kennedy, Liz Taylor, a las que retrató extensamente.

Resulta difícil separar la obra de la figura del influyente Andy Warhol (1928-1987), que se inspiró en el “sueño americano” y que tuvo como estrategia la reproducción y repetición. Su trabajo se asocia a la celebración de la sociedad de consumo, a su inte- rés por la muerte y el desastre y por el glamour de las estrellas del espectáculo. Adrenalina pura, se ocupó de reproducir sillas eléctricas, escenas de accidentes automovilísticos y de manifestaciones políticas. Retrató tanto latas de sopa Campbell, botellas de Coca-Cola y cajas de jabón en polvo Brillo, como rostros de famosos y de “hombres más buscados” (por la justicia), jugando con su título en inglés “most wanted”, que significa también “más deseados”. Con la serialización de las imágenes de los notorios, Warhol − que auguró 15 minutos de fama para todos − contri- buyó a hacer un culto de las celebridades, convirtiéndolas − y convirtiéndose − en fenómenos mediáticos.