Augusto Zanella & Luis Rodríguez: Mambo. Miranda Bosch, Buenos Aires
El espacio dirigido por Eleonora Molina presenta una exhibición que tiene como punto de partida las ilusiones ópticas.
En Miranda Bosch Arte, espacio que dirige Eleonora Molina, los artistas argentinos Augusto Zanella (Argentina, 1967) y Luis Rodríguez (Argentina, 1983) presentan Mambo, una exhibición que tiene como punto de partida las ilusiones ópticas.
Formado como arquitecto, Augusto Zanella es un verdadero investigador de espacio y, más precisamente, un investigador de los procesos de formación de imagen (proyección- reflexión- refracción) aplicados a la fotografía, el video y las instalaciones.
Inspirado en la Plaza del Campidoglio de Miguel Ángel, se dedicó a investigar la perspectiva y los juegos ópticos. Si bien le llamó la atención el diseño de planta ligeramente trapezoidal de esta genial obra urbanística de 1536, lo que más le atrajo fue la rosa de los vientos dibujada en el pavimento; notablemente aplanada y deformada y que sin embargo, según donde se ubique el observador, éste puede distinguir su verdadera forma circular. Este fue el paso inicial de sus geometrías complejas.
“Cada obra que realizo está concebida como un proyecto global”, afirma el artista- “y el que manda es el espacio.” En el caso particular de Miranda Bosch eligió la escalera y una puerta que se enfrentan a la vidriera y, en el primer piso, el área del ascensor, “un espacio totalmente inusual para exhibir arte”. Partiendo de la figura del círculo, el material elegido en un caso fue un vinilo naranja fluorescente y cinta de pintor -negra y azul- en el otro. Se trata de un trabajo complejísimo que le demandó más de una semana de trabajo sólo la instalación. La preproducción implica hacer un replanteo minucioso del lugar, fotografiarlo, encontrar el punto de vista exacto y a partir de allí, ayudado por proyectores digitales, descomponer la figura y trasladarla al soporte techo/ pared/ marco/ puerta/ pared interna del ascensor. “Para mis primeras obras elegí siempre figuras sencillas ya que las realizaba calculando complicados algoritmos, ahora con la ayuda de proyectores la tarea es mas sencilla”.
Luis Rodríguez, ex alumno y asistente, con gran experiencia en trabajos murales, interviene dos paredes de la galería pero, en su caso, dibujándola. Con la única ayuda de un pistolete y un marcador crea figuras danzantes. En homenaje a la pintura surrealista Desnudo bajando la escalera, de Duchamp, la obra de Rodríguez provoca graciosamente a quien se anime a subir por la escalera al primer piso. En una pequeña sala del segundo piso sorprenden unas gotas de vidrio negro que desafían a la gravedad emergiendo de la pared. Esta original obra es el resultado de una residencia artística en la Cristalería San Carlos que realizó este joven artista rosarino.
Pero, sin dudas, la obra cumbre de esta muestra es la que se encuentra en la sala de reuniones: Araña Cúbica, una obra concebida por ambos artistas en la que una forma construida por tubos de neón y que cuelga del centro de la sala se refleja en un espejo ubicado en un extremo y a su vez en otro fraccionado y ensamblado. El punto de vista de ventaja lo tendrá el observador que se siente en la cabecera y pueda apreciar en medio de este infinito de luces, el cubo que se forma.