Carlos Cruz Diez
Casa de la Hacienda La Trinidad (HLTPC), Caracas
En 1980 es exhibida la muestra “ Didáctica y dialéctica del color” del maestro del color Carlos Cruz-Diez (Venezuela, 1923), en la Universidad Simón Bolívar (USB), de Caracas.
Esta primera muestra tuvo tanto éxito que fue presentada de forma itinerante, en diversos países, con el objeto de que el espectador tuviera acceso, de manera legible y simple, a los códigos del artista. Allí explica sus estudios de física sobre las teorías de Young, Goethe, Newton, el tratado de Chevreul, las investigaciones de Albers pasando por supuesto, por los pintores impresionistas. Cruz-Diez siempre ha tenido obsesión por educar al público. Ello ha sido una línea de su vida. Ha permitido ello, en la lectura de su trabajo, que el lego aprehenda de esos códigos y se sienta identificado con la obra. Aparte de que, en el caso de las chromosaturaciones el espectador –igual que ocurre con los penetrables de Soto-, las personas se “ introducen” en la obra, con lo cual se involucran con las piezas y esto trae como resultado una identificación inmediata con las obras y los artistas.
Treinta y cuatro años más tarde es vuelta a exhibir esta exposición esta vez en la Casa de la Hacienda La Trinidad (HLTPC) en Caracas, esta vez en una unión cultural CCD-USB-HLTPC. Nuevamente el artista presenta su exposición didáctica, con el objeto de aproximar su obra a las nuevas generaciones.
Se trata de cuarenta y siete piezas para entender la obra del maestro, desde sus primeras experiencias, hasta llegar a las phisichromies. Transcribimos parte de las palabras del artista en el catálogo de la exposición, de 1980, las cuales, a nuestro juicio, siguen vigentes: “ Mi propósito ha sido siempre el de un pintor y como tal, veo el mundo que me rodea. Trato de aprehender de todas las cosas lo que de plástica pueda desatarse. Como todos los pintores de mi generación soy hijo directo del impresionismo, del cubismo, del fauvismo, del constructivismo, que fueron preocupaciones, postulados y definiciones pictóricas y dieron soluciones del pintor a la pintura. Hablo de estas cosas porque hay una tendencia generalizada a confundir el mundo de las ideas con el mundo de la plástica. Se hace pintura con ideas propias del mundo de la narrativa y de la literatura en general, consecuencia del dadaísmo y el surrealismo. Estos movimientos, que en un principio infundieron un espíritu renovador del arte, con el tiempo ha contribuido a que muchos pintores olviden su compromiso de pintor y el de revolucionar la pintura”.
No hay duda de que Carlos Crúz-Diez es un maestro de la pintura. A sus 91 años tiene aún la frescura y la curiosidad de un niño. Un ser excepcional que transmite alegría. Esta exposición, enmarcada dentro del oasis que es la Hacienda La Trinidad, nos permite aproximarnos a las teorías del color, del maestro del cinetismo.
*Agosto 2014