Carlos Cruz-Diez
Sicardi Gallery, Houston
La muestra retrospectiva de 2010 “Carlos Cruz-Diez: Across Space and Time”, realizada en el Museo de Bellas Artes de Houston, literalmente dejó una huella en la ciudad. Frente al museo, sus diseños han permanecido pintados en las veredas. A sus ochenta y nueve años de edad, el pionero venezolano del arte Cinético y Op sigue trabajando incansablemente en sus estudios de Panamá y París.
Actualmente la Galería Sicardi alberga una muestra de algunos de sus trabajos más recientes. Las espaciosas salas de la galería permiten que el espectador experimente obras como Physiochromie Panam 94 (2011), de 26 pies de longitud, en la forma en que Cruz-Diez siempre lo pensó: de manera que él/ella puedan interactuar con la obra, moviéndose a lo largo de ella. Cuando el espectador se para frente a la obra, ve franjas verdes, amarillas, naranjas y azules. Cuando el espectador se mueve hacia la derecha de la obra, ve franjas azules/blancas; mientras que desde el extremo izquierdo, las franjas se ven rojas y negras. Estos efectos no son sólo técnicos, son también perceptivos. Cruz-Diez es miembro de un movimiento que investigó el color, la óptica, el movimiento y la percepción.
Cerca de los noventa años de edad Cruz-Diez es tan seriamente juguetón como lo era hace medio siglo —tal como se evidencia en la cromografía sobre vinilo Inducción Cromática a Doble Frecuencia Bacino (2012), una obra efímera específica para el sitio. Mientras que es en efecto cierto que Cruz-Diez está comprometido con una tradición estética en la cual la figuración es un anatema, cualquier espectador verá en esta obra formas que vuelan a través de las franjas de color que seguramente son tan intencionales como los rectángulos en Inducción Cromática A (2012). Estas formas pueden no representar algo específico, pero tampoco tienen la angularidad o la geometría predecible de su repertorio habitual de imaginería virtual. Tampoco son nuevas estas obras que están al borde de lo figurativo. Se las puede rastrear atrás en el tiempo hasta obras como Physiochromie # 42 (1961), si bien las actuales son mucho más sutiles. Tan exuberante como lo fue su muestra retrospectiva 2010 MFAH, es siempre un regalo ver las obras más recientes de Carlos Cruz-Diez.