Cristina García Rodero
MDC Museum of Arts & Design, Miami
El registro fotográfico del sentimiento místico ha sido comúnmente enfocado desde las grandes religiones del mundo contemporáneo.
Estas documentaciones reiteradas han funcionado como una suerte de iconografías de la fe, oscilando en referencias que abarcan desde las vastas congregaciones del Vaticano y la Meca, hasta las multitudinarias oraciones junto al “Muro de los lamentos” en Jerusalén. El proyecto fotográfico de Cristina García Rodero opera en sentido alterno: rescata los pequeños relatos de la epopeya espiritual en un conjunto de comunidades de por sí apartadas de las grandes tribunas de la divulgación mediática. Su exposición Rituales en Haití, forma parte de un largo periplo etnográfico que la ha llevado desde la península Ibérica hasta la India, Suramérica, el Caribe y los Estados Unidos.
Resuelta en el estilo clásico de los grandes documentalistas del siglo XX, Rituales es una fuente visual de primera mano para entender el sincretismo religioso en el Caribe, así como la persistencia del “Eterno retorno” a los mitos primigenios (como planteara Mircea Eliade) en la conformación de una identidad que trasciende la geopolítica de la Post-Guerra y el afán globalizante del archivo contemporáneo.
La exposición se organiza desde un recorrido programado por las distintas ceremonias de la isla, agrupadas en conjuntos temáticos bajo una edición generosa en principio, más cercana al libro que la acompaña que a un despliegue sintético en sala. Ciertos espacios podrían haber incluido, oportunamente, la información necesaria para entender la naturaleza de los hechos dado el interés que despierta el poderoso registro visual. Pero las imágenes no dejan lugar a dudas.
El registro de García Rodero es ágil, revelador y temerario. Esta mujer afable, de estatura pequeña y gran fuerza vital se inserta en el vórtice del huracán como parafraseando en su andar ligero, aquella célebre frase de Frank Capa: “Si tus fotografías no son buenas, es porque no te acercaste lo suficiente”.
Rituales logra momentos de intensa poesía y dramatismo que la sitúa —como eslabón de un proyecto más amplio —en línea directa con lo mejor de la tradición humanista del género. La exposición cobra especial importancia en una ciudad como Miami, cuya población de inmigrantes haitianos se ha incrementado ostensiblemente en las últimas décadas. Y es que las fotos rescatan el universo simbólico del vudú, así como los más auténticos ritos de una cultura en estrecha comunión con la tierra, el agua y el culto a los muertos como elementos seminales. Este proceso de acceder a una definición de lo humano —sin carencias por defecto o excesos por concesiones—, es hoy día uno de los retos más difíciles del documentalista, quien carga en su espalda el peso de una tradición que ha visto en el sufrimiento, en lo grotesco o lo erótico, el paradigma de lo fotográfico.
El trabajo de García Rodero se inserta en lo contemporáneo desde los postulados históricos del género, demostrando --en una era que cuestiona la trascendencia artística del documento fotográfico--, que su lenguaje aun tiene mucho que aportar. Y no solo como vehículo de entendimiento universal, sino como vía de acceder a un mundo alterno y versátil, inaprensible en esencia.